La Biblia es fuente de principios
No hay ramo de negocios lícitos para el cual no provea la Biblia una preparación esencial. Sus principios de diligencia, honradez, economía, temperancia y pureza son el secreto del verdadero éxito. Estos principios, según los presenta el libro de Proverbios, constituyen un tesoro de sabiduría práctica. ¿Dónde pueden hallar el comerciante, el artesano, el director de hombres en cualquier ramo comercial, mejores máximas para sí y sus empleados que las que se encuentran en las palabras del sabio?
"¿Ves a un hombre diligente en sus negocios? se presentará delante de los reyes; no estará en presencia de hombres de baja esfera".
"El alma del perezoso desea, y nada tiene".
"El beodo y el comilón empobrecerán, y la somnolencia vestirá al hombre de andrajos".
Más de un hombre hubiera escapado al fracaso y a la ruina financiera, si hubiese tenido en cuenta las repetidas advertencias que se recalcan en las Escrituras:
"El que se apresura a enriquecerse no será inocente".
"Las riquezas adquiridas sin esfuerzo se menoscaban; pero el que recoge con mano laboriosa, las aumenta".
"Allegar tesoros con lengua mentirosa, es como el fugaz aliento de los que buscan la muerte".
"El que toma prestado es siervo de aquel que presta" .
"Llevará el daño aquel que sale por fiador de un extraño; mas el que odia las fianzas anda seguro".
Si al tratar con nuestros semejantes cometemos pequeñas faltas de honradez o fraudes más audaces, así trataremos también con Dios. Los hombres que persisten en una conducta ímproba 152 seguirán sus principios hasta defraudar a sus propias almas y perder el cielo y la vida eterna. Sacrificarán el honor y la religión por una mezquina ventaja mundanal.
Consejos a un deudor
Resuelva que nunca se volverá a endeudar. Niéguese mil cosas antes que endeudarse. El contraer deudas ha sido la maldición de su vida. Evítelo como evitaría la viruela. Haga un solemne pacto con Dios, de que por su bendición pagará sus deudas y no volverá a deber cosa alguna a nadie aun cuando haya de sustentarse con gachas de maíz y pan. Al ordenar la comida, es muy fácil gastar algunas monedas en algo adicional. Cuídense los centavos, y se ahorrarán pesos. Niéguese algo, por lo menos mientras le acosan las deudas. No vacile, no se desanime ni retroceda. Sacrifique sus gustos, rehúse satisfacer sus apetitos, ahorre sus centavos y pague sus deudas. Liquídelas cuanto antes. Cuando pueda erguirse nuevamente como hombre libre, que no deba a nadie nada, habrá obtenido una gran victoria.
Hay peligro en los extremos
Algunos no son discretos e incurren en deudas que podrían evitarse. Otros manifiestan una cautela que raya en incredulidad. Aprovechando las circunstancias podemos a veces invertir recursos tan ventajosamente que la obra de Dios se fortalecida y edificada, y esto no obstante habernos mantenido estrictamente fieles a los buenos principios. 153
(Felicidad Y Armonía En El Hogar de E. G. de White)
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