jueves, 14 de julio de 2011

41. El Divorcio


Un contrato para toda la vida
En las mentes juveniles el matrimonio está revestido de romanticismo y es difícil despojarlo de ese carácter que le presta la imaginación, para hacer que la mente comprenda cuán pesadas responsabilidades entraña el voto matrimonial. Liga los destinos de dos personas con vínculos que sólo la muerte puede cortar.
Todo compromiso matrimonial debe ser considerado cuidadosamente, pues el casamiento es un paso que se da para toda la vida. Tanto el hombre como la mujer deben considerar cuidadosamente si pueden mantenerse unidos a través de las vicisitudes de la existencia mientras ambos vivan.

Corrección de falsos conceptos
Entre los judíos se permitía que un hombre repudiase a su mujer por las ofensas más insignificantes, y ella quedaba en libertad para casarse otra vez. Esta costumbre era causa de mucha desgracia y pecado. En el Sermón del Monte, Jesús indicó claramente que el casamiento no podía disolverse, excepto por infidelidad a los votos matrimoniales. "El que repudiare a su mujer -dijo él-, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.

Jesús vino a nuestro mundo para rectificar errores y restaurar la imagen moral de Dios en el hombre. En la mente de los maestros de Israel habían hallado cabida sentimientos erróneos acerca del matrimonio. Ellos estaban anulando la sagrada institución del matrimonio. El hombre estaba endureciendo de tal manera su corazón que por la excusa más trivial se separaba de su esposa, o si prefería, la separaba a ella de los hijos y la 134 despedía. Esto era considerado como un gran oprobio y a menudo imponía a la repudiada sufrimientos agudísimos. Cristo vino para corregir estos males, y cumplió su primer milagro en ocasión de un casamiento. Anunció así al mundo que cuando el matrimonio se mantiene puro y sin contaminación es una institución sagrada.

Consejos a quien pensaba divorciarse
Ud. ha tenido ideas erróneas acerca de la relación matrimonial. Nada que no sea la violación del lecho matrimonial puede romper o anular el voto del casamiento. Estamos viviendo en tiempos peligrosos, cuando no hay seguridad en nada que no sea una fe firme e inquebrantable en Jesucristo. No hay corazón que las artimañas de Satanás no pueden enajenar de Dios, si no vela en oración. La salud de Ud. habría sido mucho mejor si su espíritu hubiese gozado de paz y descanso; pero se confundió y desequilibró, y razonó incorrectamente con respecto al divorcio. Sus opiniones no pueden sostenerse sobre la base de la cual parte su raciocinio. Los hombres no están libres para crear su propia norma, a fin de evitar la ley de Dios y agradar a su propia inclinación. Deben acudir a la gran norma de justicia establecida por Dios. Dios indicó una sola causa por la cual una esposa pueda abandonar a su esposo, o éste pueda dejarla a ella, y fue el adulterio.

 Esta causa debe considerarse con oración.
A un esposo abandonado: "Lleve su cruz"
No puedo ver qué más se puede hacer en este caso, y pienso que lo único posible para Ud. es renunciar a su esposa. Si ella está así resuelta a no vivir con Ud., al intentarlo, ambos llevarían la existencia más miserable. En vista de que ella decidió plena y resueltamente su suerte, lo único que Ud. puede hacer es cargar su cruz y demostrar que es un hombre.

A la vista de Dios siguen casados, aunque divorciados
Una mujer puede estar legalmente divorciada de su esposo por las leyes del país y sin embargo no estar divorciada a la vista 135 de Dios ni según la ley superior. Sólo un pecado, que es el adulterio, puede colocar al esposo o a la esposa en situación de verse libre del voto matrimonial a la vista de Dios. Aunque las leyes del país concedan un divorcio, los cónyuges siguen siendo marido y mujer de acuerdo con la Biblia y las leyes de Dios. 136


(Felicidad Y Armonía En El Hogar de E. G. de White)

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