sábado, 25 de junio de 2011

XVIII. “Serán Recompensados”


85. Galardón Actual y Futuro
Una rica recompensa los aguarda.-
Si los padres dan la debida educación a sus hijos, experimentarán ellos mismos felicidad al ver, en el carácter cristiano de sus hijos, el fruto de su cuidadosa enseñanza. Están rindiendo a Dios el servicio más elevado al presentar al mundo familias bien ordenadas y disciplinadas, que no sólo temen al Señor, sino que le honran y glorifican por la influencia que ejercen sobre otras familias; y recibirán su recompensa.*

Padres creyentes, os incumbe una obra de responsabilidad para guiar los pasos de vuestros hijos aun en su experiencia religiosa. Cuando amen verdaderamente a Dios os bendecirán y reverenciarán por el cuidado que les otorgasteis y por vuestra fidelidad al restringir sus deseos y subyugar sus voluntades.*

Hay una recompensa cuando la semilla de verdad se siembra temprano en el corazón y se la atiende cuidadosamente.*

Los padres deben obrar teniendo en vista la futura cosecha. Aunque siembren con lágrimas, entre muchos desalientos, deben hacerlo con ferviente oración. Tal vez sólo vean promesas de una mies tardía y escasa, pero esto no debe impedirles que siembren. Deben hacerlo a orillas de todas las aguas, aprovechando toda oportunidad de perfeccionarse y de beneficiar a sus hijos. Una siembra tal no se hará en vano. Al tiempo de la siega muchos padres fieles volverán con regocijo trayendo sus gavillas.* 484

Dad a vuestros hijos cultura intelectual y preparación moral. Fortaleced sus mentes juveniles con principios firmes y puros. Mientras tenéis oportunidad, echad el fundamento de una noble virilidad y feminidad. Vuestra labor será recompensada mil veces.*

Los padres serán reverenciados.-
En la Palabra de Dios hallamos esta hermosa descripción de un hogar feliz y de la mujer que lo preside: "Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; y su marido también la alabó." ¿Qué mayor elogio podría desear una ama de casa que el así expresado? *

Si ella [la esposa y madre fiel] busca en Dios su fuerza y consuelo, y guiada por su sabiduría y temiéndole procura cumplir diariamente su deber, vinculará a su esposo con su propio corazón y verá a sus hijos madurar en hombres y mujeres honorables, que tendrán vigor moral para seguir el ejemplo de su madre.* Lo que ha de estimular grandemente a la madre laboriosa y sobrecargada es el hecho de que todo hijo debidamente educado y dotado del adorno interior de un espíritu manso y sosegado, tendrá idoneidad para el cielo y resplandecerá en los atrios del Señor.*

Los goces del cielo comienzan en el hogar.-
El cielo y la tierra no están más alejados hoy que cuando los pastores oyeron el canto de los ángeles. La humanidad sigue hoy siendo objeto de la solicitud celestial tanto como cuando los hombres comunes, de ocupaciones ordinarias, se encontraban con los ángeles al mediodía, y hablaban con los mensajeros celestiales en las viñas y los campos. Mientras recorremos las sendas humildes de la vida, el cielo puede estar muy cerca de nosotros. Los ángeles de los atrios celestes acompañarán los pasos de aquellos que vayan y vengan a la orden de Dios.*

La vida en la tierra es el comienzo de la vida en el cielo; la educación en la tierra es una iniciación en los principios del cielo; la obra de la vida aquí es una preparación para la obra 485 de la vida allá. Lo que somos ahora en carácter y servicio santo es el símbolo seguro de lo que seremos.*

El servicio prestado con sinceridad de corazón tiene gran recompensa. "Tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público." Por la vida que vivimos mediante la gracia de Cristo se forma el carácter. La belleza original empieza a ser restaurada en el alma. Los atributos del carácter de Cristo son impartidos, y la imagen del Ser divino empieza a resplandecer. Los rostros de los hombres y mujeres que andan y trabajan con Dios expresan la paz del cielo. Están rodeados por la atmósfera celestial. Para esas almas, el reino de Dios empezó ya. Tienen el gozo de Cristo, el gozo de beneficiar a la humanidad. Tienen la honra de ser aceptados para servir al Maestro; se les ha confiado el cargo de hacer su obra en su nombre.*

Preparados para el cielo.-
Dios desea que se cumpla el plan del cielo y que en cada familia, cada iglesia e institución prevalezcan como en el cielo la armonía y el orden divinos. Si este amor leudara la sociedad, veríamos la manifestación de nobles principios en caridad, cortesía y refinamiento cristianos hacia los que fueron comprados por la sangre de Cristo. En todas nuestras familias, instituciones e iglesias se vería una transformación espiritual. Cuando ésta se produzca aquellas agrupaciones llegarán a ser instrumentos por los cuales Dios comunicará la luz del cielo al mundo y así, mediante la disciplina y preparación divinas, alistará a hombres y mujeres para la sociedad del cielo.*

Galardón del postrer gran día.-
Al trabajar por vuestros hijos, valeos del gran poder de Dios. Confiad vuestros hijos al Señor en oración. Obrad por ellos fervorosa e incansablemente. Dios oirá vuestras oraciones y los atraerá a sí mismo. Luego, en el último gran día, podréis presentarlos a Dios diciendo: "He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová." *
Cuando Samuel reciba la corona de gloria, la mecerá delante 486 del trono para rendir honor, y reconocerá con gozo que las lecciones que su madre le dio fielmente por los méritos de Cristo le coronaron de gloria inmortal.*

Nunca apreciará el mundo la obra de los padres prudentes, pero cuando sesione el juicio y se abran los libros, esa obra se verá como Dios la ve y será recompensada delante de hombres y ángeles. Se verá que un hijo criado fielmente fue una luz en el mundo. Velar sobre la formación del carácter de ese hijo costó lágrimas, ansiedad y noches de insomnio, pero la obra se hizo sabiamente, y los padres oyen al Maestro decir: "Bien, buen siervo y fiel." *

La admisión en el palacio real.-
Enséñese a los jóvenes y niños a escoger para sí la vestidura real tejida en el telar del cielo, el "lino fino blanco, . . . y puro" que usarán todos los santos de la tierra. Se ofrece gratuitamente a todo ser humano esta vestidura, el carácter inmaculado de Cristo. Pero todo los que la reciban la han de recibir y usar aquí.
Enséñese a los niños que, al abrir su mente a los pensamientos de pureza y amor, y ejecutar acciones útiles y amables, se visten con la hermosa vestidura del carácter de Cristo. Este traje los hará hermosos y amados aquí, y más adelante será su título de admisión al palacio del Rey. Su promesa es: "Andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos. "*

La bienvenida divina.-
Vi gran número de ángeles que de la ciudad traían brillantes coronas, una para cada santo, y cuyo nombre estaba inscrito en ella. Cuando Jesús preguntó por las coronas, los ángeles se las presentaron, y con su propia mano derecha ciñólas en la cabeza de los santos. Y de la misma manera trajeron los ángeles arpas, y se las presentó a los santos. Los ángeles caudillos preludiaban la nota del cántico entonado por todas las voces en agradecida y dichosa alabanza. Todas las manos pulsaron hábilmente las cuerdas del arpa, dejando oír melodiosa música en fuertes y perfectos acordes. 487

Después vi que Jesús conducía a los redimidos a la puerta de la ciudad; y al llegar a ella, la hizo girar sobre sus goznes, y mandó que entraran cuantas gentes hubiesen guardado la verdad. Dentro de la ciudad había todo lo que puede agradar a la vista. Los redimidos contemplaban abundante gloria por doquiera. Después miró Jesús a sus redimidos santos, cuyo aspecto irradiaba esplendor, y fijando en ellos sus cariñosos ojos, dijo con su armoniosa y celeste voz: "Contemplo el trabajo de mi alma, y estoy satisfecho. Vuestra es esta excelsa gloria para disfrutarla eternamente. Terminaron vuestras tristezas. No habrá más muerte ni llanto ni clamor ni dolor." Vi que la hueste de los redimidos se postraba y arrojaba sus brillantes coronas a los pies de Jesús; y cuando su bondadosa mano lo alzó del suelo, pulsaron sus áureas arpas y llenaron el cielo con su deleitosa música y cánticos al Cordero....

Las palabras son demasiado pobres para intentar una descripción del cielo. Siempre que se vuelve a presentar ante mi vista, el espectáculo me anonada de admiración. Transportada por el insuperable esplendor y la excelsa gloria, dejo caer la pluma, exclamando: "¡Oh! ¡qué amor, qué maravilloso amor!" El más enfático lenguaje sería incapaz de describir la gloria del cielo ni las incomparables profundidades del amor del Salvador.* 488

86. La Vida en el Hogar Edénico
El Edén será restaurado.-
El huerto del Edén permaneció en la tierra mucho tiempo después que el hombre fuera expulsado de sus agradables senderos. Durante mucho tiempo después, se le permitió a la raza caída contemplar de lejos el hogar de la inocencia, cuya entrada estaba vedada por los vigilantes ángeles. En la puerta del paraíso, custodiada por querubines, se revelaba la gloria divina. Allí iban Adán y sus hijos a adorar a Dios. Allí renovaban sus votos de obediencia a aquella ley cuya transgresión los había arrojado del Edén. Cuando la ola de iniquidad cubrió al mundo, y la maldad de los hombres trajo su destrucción por medio del diluvio, la mano que había plantado el Edén lo quitó de la tierra. Pero en la final restitución, cuando haya "un cielo nuevo, y una tierra nueva," ha de ser restaurado más gloriosamente embellecido que al principio.

Entonces los que hayan guardado los mandamientos de Dios respirarán llenos de inmortal vigor bajo el árbol de la vida; y a través de las edades sin fin los habitantes de los mundos sin pecado contemplarán en aquel huerto de delicias un modelo de la perfecta obra de la creación de Dios, incólume de la maldición del pecado, una muestra de lo que toda la tierra hubiera llegado a ser si el hombre hubiera cumplido el glorioso plan de Dios.*

El gran plan de la redención dará por resultado el completo restablecimiento del favor de Dios para el mundo. Será restaurado todo lo que se perdió a causa del pecado. No sólo el 489 hombre, sino también la tierra, será redimida, para que sea la morada eterna de los obedientes. Durante seis mil años, Satanás luchó por mantener la posesión de la tierra. Pero se cumplirá el propósito original de Dios al crearla. "Tomarán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, y hasta el siglo de los siglos." *

"La redención de la posesión adquirida".-
El propósito que Dios tenía originalmente al crear la tierra se cumplirá cuando llegue a ser la morada eterna de los redimidos. "Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella." Habrá llegado el tiempo hacia el cual los santos miraban con anhelo desde que la espada flamígera echó del Edén a la primera pareja, el tiempo de "la redención de la posesión adquirida." La tierra originalmente dada al hombre como reino suyo, entregada alevosamente por él a las manos de Satanás, y durante tanto tiempo dominada por el poderoso enemigo, será recobrada por el gran plan de redención.*

Todo lo que perdió el primer Adán será restaurado por el segundo. Dice el profeta: "Oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorío primero." Y Pablo señala hacia delante, a "la redención de la posesión adquirida."

Dios creó la tierra para que fuese morada de seres santos y felices. Ese propósito se cumplirá cuando, renovada por el poder de Dios y liberada del pecado y de la tristeza, llegue a ser la patria eterna de los redimidos.*

Adán devuelto al Edén.-
Después de su expulsión del Edén, la vida de Adán en la tierra estuvo llena de pesar. Cada hoja marchita, cada víctima ofrecida en sacrificio, cada ajamiento en el hermoso aspecto de la naturaleza, cada mancha en la pureza del hombre, le volvían a recordar su pecado. Terrible fue la agonía del remordimiento cuando notó que aumentaba la iniquidad, y que en contestación a sus advertencias, se le tachaba de ser él mismo causa del pecado. Con 490 paciencia y humildad soportó, por cerca de mil años, el castigo de su transgresión. Se arrepintió sinceramente de su pecado y confió en los méritos del Salvador prometido, y murió en la esperanza de la resurrección. El Hijo de Dios reparó la culpa y caída del hombre, y ahora, merced a la obra de propiciación, Adán es restablecido a su primitiva soberanía.

Transportado de dicha, contempla los árboles que hicieron una vez su delicia -los mismos árboles cuyos frutos recogiera en los días de su inocencia y dicha. Ve las vides que sus propias manos cultivaron, las mismas flores que se gozaba en cuidar en otros tiempos. Su espíritu abarca toda la escena; comprende que éste es en verdad el Edén restaurado y que es mucho más hermoso ahora que cuando él fue expulsado. El Salvador le lleva al árbol de la vida, toma su fruto glorioso y, se lo ofrece para comer. Adán mira en torno suyo y nota una multitud de los redimidos de su familia que se encuentra en el paraíso de Dios. Entonces arroja su brillante corona a los pies de Jesús, y, cayendo sobre su pecho, abraza al Redentor. Toca luego el arpa de oro, y por las bóvedas del cielo repercute el canto triunfal: "¡Digno, digno, digno es el Cordero, que fue inmolado y volvió a vivir!" La familia de Adán repite los acordes y arroja sus coronas a los pies del Salvador, inclinándose ante él en adoración.

Presencian esta reunión los ángeles que lloraron por la caída de Adán y se regocijaron cuando Jesús, una vez resucitado, ascendió al cielo después de haber abierto el sepulcro para todos aquellos que creyesen en su nombre. Ahora contemplan el cumplimiento de la obra de redención y unen sus voces al cántico de alabanza.*

Mansiones para los peregrinos de la tierra.-
El temor de hacer aparecer la futura herencia de los santos demasiado material ha inducido a muchos a espiritualizar aquellas verdades que nos hacen considerar la tierra como nuestra morada. Cristo aseguró a sus discípulos que iba a preparar mansiones para 491 ellos en la casa de su Padre. Los que aceptan las enseñanzas de la Palabra de Dios no ignorarán por completo lo que se refiere a la patria celestial. . . . El lenguaje humano no alcanza a describir la recompensa de los justos. Sólo la conocerán quienes la contemplen. Ninguna inteligencia limitada puede comprender la gloria del paraíso de Dios.

En la Biblia se llama la herencia de los bienaventurados una patria. Allí conduce el divino Pastor a su rebaño a los manantiales de aguas vivas. El árbol de vida da su fruto cada mes, y las hojas del árbol son para el servicio de las naciones. Allí hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al lado de las cuales se mecen árboles que echan su sombra sobre los senderos preparados para los redimidos del Señor. Allí las vastas llanuras alternan con bellísimas colinas y las montañas de Dios elevan sus majestuosas cumbres. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar.*

Hay mansiones para los peregrinos de la tierra. Hay vestiduras, coronas de gloria y palmas de victoria para los justos. Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Las cosas difíciles de entender hallarán entonces su explicación. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestras mentes finitas discernían solamente confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado de Aquel que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria. . . .


Vamos hacia la patria. El que nos amó al punto de morir por nosotros, nos ha edificado una ciudad. La Nueva Jerusalén es nuestro lugar de descanso. No habrá tristeza en la 492 ciudad de Dios. Nunca más se oirá el llanto ni la endecha de las esperanzas destrozadas y de los afectos tronchados. Pronto las vestiduras de pesar se trocarán por el manto de bodas. Pronto presenciaremos la coronación de nuestro Rey. Aquellos cuya vida quedó escondida con Cristo, aquellos que en esta tierra pelearon la buena batalla de la fe, resplandecerán con la gloria del Redentor en el reino de Dios .*

Privilegios de los redimidos.-
El cielo es un lugar agradable. Yo anhelo estar allí y contemplar a mi hermoso Jesús que por mí dio la vida, y ser transmutada en su gloriosa imagen. ¡Oh, quién me diera palabras para expresar la gloria del brillante mundo venidero! Estoy sedienta de las vivas corrientes que alegran la ciudad de nuestro Dios.
El Señor me mostró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas, y un ángel me acompañó desde la ciudad a un brillante y glorioso lugar. La hierba era de un verde vivo y las aves gorjeaban un dulce canto. Los moradores, de aquel lugar eran de todas estaturas, nobles, majestuosos y hermosos. Llevaban la manifiesta imagen de Jesús, y su semblante refulgía de santo júbilo, como expresión de la libertad y dicha que en aquel lugar disfrutaban. Le pregunté a uno de ellos por qué eran mucho más bellos que los habitantes de la tierra, y me respondió: "Hemos vivido en estricta obediencia a los mandamientos de Dios, y no incurrimos en desobediencia como los habitantes de la tierra." . . . Supliqué a mi ángel acompañante que me dejara permanecer en aquel sitio. No podía sufrir el pensamiento de volver de nuevo a este tenebroso mundo. El ángel me dijo entonces: "Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los ciento cuarenta y cuatro mil, el privilegio de visitar todos los mundos y ver la obra de las manos de Dios."*

La familia unida del cielo y de la tierra.-
Allí los redimidos conocerán como son conocidos. Los sentimientos de amor y simpatía que el mismo Dios implantó en el alma, se 493 desahogarán del modo más completo y más dulce. El trato puro con seres santos, la vida social y armoniosa con los ángeles bienaventurados y con los fieles de todas las edades que lavaron sus vestiduras y las emblanquecieron en la sangre del Cordero, los lazos sagrados que unen a "toda la familia en los cielos, y en la tierra" -todo eso constituye la dicha de los redimidos.*

Las naciones de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de los hombres aclamarán de gozo, mientras Dios y Cristo se unirán para proclamar: No habrá más pecado ni muerte.*

Desde aquella escena de gozo celestial [la ascensión de Cristo], nos llega a la tierra el eco de las palabras admirables de Cristo: "Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios." La familia del cielo y la familia de la tierra son una. Nuestro Señor ascendió para nuestro bien y para nuestro bien vive. "Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." *

Aunque se demore, la promesa es segura.-
Largo tiempo hemos esperado el retorno del Salvador, pero ello no quita seguridad a su promesa. Pronto estaremos en la patria prometida. Allí Jesús nos conducirá junto al vivo caudal que fluye del trono de Dios y nos explicará las obscuras providencias por las cuales nos hizo pasar en esta tierra para perfeccionar nuestro carácter. Allí contemplaremos con límpida visión las bellezas del Edén restaurado. Arrojando a los pies del Redentor las coronas que puso sobre nuestras cabezas y tocando nuestras arpas de oro, llenaremos todo el cielo con las alabanzas del que está sentado en su trono.*

Todo lo hermoso de nuestra patria terrenal ha de recordarnos 494 el río de cristal y los campos verdes, los árboles ondeantes y las fuentes de aguas vivas, la ciudad resplandeciente y los cantores vestidos de blanco de nuestra patria celestial, el mundo de una belleza que ningún pintor puede reproducir y que ninguna lengua humana puede describir. "Cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman." * 495

87. Cuadros de la Tierra Nueva
Visiones de la gloria futura.-
Con Jesús al frente, descendimos todos de la ciudad a la tierra, y nos posamos sobre una ingente montaña que, incapaz de sostener a Jesús, se partió en dos, de modo que quedó hecha una vasta llanura. Miramos entonces hacia arriba y vimos la gran ciudad con doce cimientos y doce puertas, tres en cada uno de sus cuatro lados, y un ángel en cada puerta. Todos exclamamos: "¡La ciudad, la ciudad, ya baja, ya baja de Dios, del cielo!" Descendió, pues, la ciudad, y se asentó en el lugar donde nosotros estábamos. Después miramos las espléndidas afueras de la ciudad. Vi bellísimas casas que parecían de plata, sostenidas por cuatro columnas engastadas de preciosas perlas muy admirables a la vista. Estaban destinadas a ser residencia de los santos. En cada una había un anaquel de oro. Vi muchos santos que entraban en las casas, y, desciñéndose sus resplandecientes coronas, las colocaban sobre el anaquel. Después salían al campo contiguo a las casas para hacer algo con la tierra, aunque no en modo alguno como para cultivarla como hacemos ahora. Un glorioso nimbo circundaba sus cabezas, y estaban continuamente alabando a Dios.

Vi otro campo lleno de toda clase de flores, y al cogerlas exclamé: "No se marchitarán." Después vi un campo de crecida hierba, cuyo hermosísimo aspecto causaba admiración. Era de color verde vivo, y tenía reflejos de plata y oro al ondular gallardamente para gloria del Rey Jesús. Luego entramos en un campo lleno de toda clase de animales: el león 496 el cordero, el leopardo y el lobo, todos vivían allí juntos en perfecta unión. Pasamos por en medio de ellos, y nos siguieron mansamente.

De allí fuimos a un bosque, no sombrío como los de la tierra actual, sino esplendente y glorioso en todo. Las ramas de los árboles ondulaban de uno a otro lado, y nosotros exclamamos todos: "Moraremos seguros en el párramo y dormiremos en los bosques." *


Progresos futuros.-
¿ Os parece que no aprenderemos nada allí? No tenemos la menor idea de lo que se abrirá entonces delante de nosotros. Con Cristo andaremos al lado de las aguas vivas. Nos revelará la hermosura, y gloria de la naturaleza. Nos revelará lo que él es para nosotros, y lo que somos para él. Conoceremos entonces la verdad que no podemos conocer ahora, por causa de nuestras limitaciones finitas .* La familia cristiana ha de ser una escuela de la cual los niños se gradúen para pasar a otra superior en las mansiones de Dios.*

El cielo es una escuela; su campo de estudio, el universo; su maestro, el Ser infinito. En el Edén fue establecida una dependencia de esta escuela y, una vez consumado el plan de redención, se reanudará la educación en la escuela del Edén....

Entre la escuela establecida al principio en el Edén y la escuela futura, se extiende todo el período de la historia de este mundo, historia de la transgresión y del sufrimiento humano, del sacrificio divino, y de la victoria sobre la muerte y el pecado. . . . Restaurado a la presencia de Dios, el hombre volverá a ser enseñado por él, como en el principio: "Conocerá mi pueblo la virtud de mi Nombre: . . . en aquel día conocerán que yo soy aquel que dice: ¡Heme aquí!" . . . ¡Qué campo se abrirá allí a nuestro estudio cuando se quite el velo que obscurece nuestra vista y nuestros ojos contemplen ese mundo de belleza del cual ahora tenemos vislumbres por 497 medio del microscopio; cuando contemplemos las glorias de los cielos estudiados ahora por medio del telescopio; cuando, borrada la mancha del pecado, toda la tierra aparezca en "la hermosura de Jehová nuestro Dios!" *

El conocimiento celestial será progresivo.-
Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos -mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y de la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación -soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden a ellos asignado circuyen el trono de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y en todas ellas se ostenta la riqueza de su poder.

Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter.*

La vida social.-
Allí conoceremos como somos conocidos. Allí hallarán aplicación más dulce y verdadera el amor y las simpatías que Dios ha implantado en el alma. La comunión pura con seres celestiales, la armoniosa vida social con los ángeles bienaventurados y los fieles de todas las épocas, el sagrado compañerismo que une "toda la familia en los cielos, y en la tierra," se cuentan entre los incidentes del más allá.*

Ocupaciones en la tierra nueva.-
En la tierra renovada, los 498 redimidos participarán en las ocupaciones y los placeres que daban felicidad a Adán y Eva en el principio. Se vivirá la existencia del Edén, en huertos y campos. "Y edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán, y otro morará; no plantarán y otro comerá: porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos perpetuarán las obras de sus manos." *

Allí se desarrollará toda facultad y toda aptitud aumentará. Se llevarán adelante las mayores empresas, se lograrán las más elevadas aspiraciones y se realizarán las mayores ambiciones. Y aún se levantarán nuevas alturas a las cuales llegar, nuevas maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que despertarán las facultades del cuerpo, la mente y el alma.*

A punto de suceder.-
Estamos viviendo en un momento solemnísimo de la historia de esta tierra. Nunca es tiempo oportuno para pecar; es siempre peligroso continuar en la transgresión; pero esto es actualmente cierto en un sentido especial. Nos hallamos en los mismos lindes del mundo eterno y nos vemos, frente al tiempo y a la eternidad, en una situación más solemne que nunca antes. Cada persona escudriñe ahora su corazón y suplique que los brillantes rayos del Sol de justicia disipen todas las tinieblas espirituales y eliminen toda contaminación.*

A nosotros que estamos a punto de ver su cumplimiento, ¡de cuánto significado, de cuán vivo interés, son estos delineamientos de las cosas por venir, acontecimientos por los cuales, desde que nuestros primeros padres dieron la espalda al Edén, los hijos de Dios han estado velando y aguardando, anhelando y orando!
Compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y 499 descanso. Contemplemos por la fe el bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de Dios.*

Un llamamiento a prepararse.-
Os ruego que os preparéis para la venida de Cristo en las nubes de los cielos. Día tras día, desechad de vuestro corazón el amor al mundo. Comprended por experiencia lo que significa tener comunión con Cristo. Preparaos para el juicio, para que cuando Cristo venga para ser admirado por todos los que creen, podáis estar entre aquellos que le recibirán en paz. En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria: los que fueron lavados y emblanquecidos en la sangre del Cordero. Se elevará un canto de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, testimonios de que su misión de sufrimiento y sacrificio no fue en vano.*


(El Hogar Cristiano de E. G. de White)

XVII. “Recreación y Solaz”


79. La Recreación es Esencial
Opiniones extremistas.-
Hay personas de imaginación enfermiza para quienes la religión es un tirano, que las gobierna con vara de hierro. Las tales lamentan constantemente su propia depravación, y gimen por males supuestos. No existe amor en su corazón; su rostro es siempre ceñudo. Las deja heladas la risa inocente de la juventud o de cualquiera. Consideran como pecado toda recreación o diversión, y creen que la mente debe estar constantemente dominada por pensamientos austeros. Este es un extremo. Otros piensan que la mente debe dedicarse constantemente a inventar nuevas diversiones a fin de tener salud. Aprenden a depender de la excitación, y se sienten intranquilos sin ella. Los tales no son verdaderos cristianos. Van a otro extremo. Los verdaderos principios del cristianismo abren ante nosotros una fuente de felicidad cuya altura, profundidad, longitud y anchura son inconmensurables.*

Refrigerio para el espíritu y el cuerpo.-
Es privilegio y deber de los cristianos procurar refrigerar su espíritu y vigorizar su cuerpo mediante recreaciones inocentes, con el propósito de utilizar sus facultades físicas y mentales para la gloria de Dios. Nuestras recreaciones no deben consistir en escenas de alegría sin sentido ni rebajarse a la insensatez. Podemos dirigirlas de tal manera que beneficien y eleven a aquellos con quienes nos asociamos, y nos dejen a ellos y a nosotros mismos 448 mejor preparados para cumplir con éxito los deberes que nos incumben como cristianos.*

Se me mostró que, como pueblo, los observadores del sábado trabajan demasiado arduamente sin concederse cambios ni plazos de descanso. La recreación es necesaria para los que se dedican al trabajo físico y es aun más esencial para aquellos cuya labor es principalmente mental. No es esencial para nuestra salvación ni para la gloria de Dios que mantengamos nuestro intelecto trabajando de continuo y en exceso, ni aun cuando lo dedicamos a temas religiosos.*

Los alrededores del hogar y de la escuela tienen mucho que ver con la recreación. Deberían tenerse en cuenta estas cosas al escoger la casa para vivir o el lugar para establecer una escuela. Aquellos para quienes el bienestar físico y mental es de mayor importancia que el dinero y las exigencias o las costumbres de la sociedad, deberían buscar para sus hijos el beneficio de la enseñanza de la naturaleza y la recreación en el ambiente que ella ofrece.*

Esencial para hacer el mejor trabajo.-
El tiempo pasado en ejercicio físico no es perdido. . . . Un ejercicio proporcionado de todos los órganos y facultades del cuerpo es esencial para el mejor trabajo de cada uno. Cuando el cerebro está constantemente recargado, en tanto que los demás órganos de la maquinaria viviente se hallan inactivos, hay una pérdida de fuerza física y mental. El sistema físico es despojado de su saludable tono, la mente pierde su frescura y vigor, y una excitabilidad morbosa es la consecuencia.*

Es necesario ejercer cuidado en lo que respecta a las horas destinadas al sueño y al trabajo. Debemos tener plazos de descanso, otros de recreación, y otros para la vida contemplativa. . . . Los principios de la temperancia tienen más alcance de lo que muchos piensan.*

Los estudiantes necesitan descanso. -
Los que se dedican al estudio deben tener solaz. La mente no debe dedicarse 449 constantemente a la reflexión detenida, porque se gastaría la delicada maquinaria mental. Tanto el cuerpo como la mente deben tener ejercicio.*

La atención prestada a la recreación y a la cultura física interrumpirá sin duda a veces la rutina del trabajo escolar, pero la interrupción no será un verdadero obstáculo. Con el fortalecimiento de la mente y del cuerpo, el cultivo de un espíritu abnegado, y la unión del alumno y el maestro por lazos de interés común y amistad, se recompensará cien veces el gasto de tiempo y esfuerzo. Se proveerá un uso correcto a la inquieta energía que con tanta frecuencia es una fuente de peligro para los jóvenes. Como salvaguardia contra el mal, el hecho de estar preocupada la mente con cosas buenas, es de mucho más valor que un sinnúmero de barreras, de leyes y de disciplina.*

Oficinistas que necesitaban recreación. -
Vi que son pocos los que comprenden la labor constante y agotadora de los que llevan las responsabilidades de la obra en la oficina. Están encerrados día tras día y semana tras semana, mientras que el constante recargo impuesto a sus facultades mentales mina su constitución y reduce su asidero de la vida. Estos hermanos están en peligro de sufrir un quebranto repentino. No son inmortales y si no realizan un cambio se agotarán y la obra perderá sus servicios.

Tenemos dones preciosos en los Hnos. A, B y C. No podemos permitirles que se arruinen la salud por estar siempre encerrados y trabajando incesantemente entre cuatro paredes. . . No han tenido casi variación, con excepción de la que les han dado las fiebres y otras enfermedades. Debieran tener un cambio a menudo, dedicar con frecuencia un día completo a recrearse con sus familias, que se ven casi totalmente privadas de su compañía. Tal vez no puedan todos dejar el trabajo al mismo tiempo; pero debieran arreglarlo de tal manera que uno o dos puedan ausentarse, quedando los otros 450 para reemplazarlos, y luego dar la misma oportunidad a estos últimos.

Vi que esos hermanos, A, B y C debieran considerar como deber religioso el cuidar la salud y la fuerza que Dios les ha dado. El Señor no requiere de ellos por el momento que sean mártires para su causa. No obtendrán recompensa alguna por hacer este sacrificio, pues Dios quiere que vivan.*

Recreos inocentes e instructivos.-
Existen modos de recrearse que son muy benéficos para la mente y el cuerpo. Un intelecto ilustrado y discernidor hallará abundantes medios de entretenimiento y diversión, en fuentes que no sólo sean inocentes, sino también instructivas. La recreación al aire libre, la contemplación de las obras de Dios en la naturaleza, serán del más alto beneficio.*

Creo que aun mientras estamos procurando refrigerar nuestros espíritus y vigorizar nuestros cuerpos, Dios requiere de nosotros que empleemos todas nuestras facultades en todos los momentos con el mejor propósito. Podemos asociarnos juntos como lo hacemos hoy,* y hacerlo todo para gloria de Dios. Podemos y debemos dirigir nuestras recreaciones de tal manera que nos dejen más idóneos para desempeñar con éxito los deberes que nos incumben, y para que nuestra influencia sea más benéfica sobre aquellos con quienes tratamos. Tal debiera ser especialmente el caso en una ocasión como ésta, que debiera alegrarnos a todos. Podemos volver a nuestras casas con el espíritu animado y el cuerpo refrigerado, preparados para reanudar el trabajo con mejor esperanza y más valor.*

Dios invita a los jóvenes.-
A cada joven llega la invitación de Dios: "Hijo mío, dame tu corazón; lo conservaré puro; satisfaré sus anhelos con verdadera felicidad." Dios se deleita 451 en hacer felices a los jóvenes, y por esto quiere que entreguen su corazón a su custodia, para que todas las facultades que les dio se conserven en condición vigorosa y sana. Dios les ha confiado el don de la vida. Hace palpitar el corazón; da fuerza a toda facultad. El gozo puro no degradará uno solo de los dones de Dios.* 452

80. Cómo Hemos de jugar
Lo inocente en lugar de lo pecaminoso.-
No se puede hacer que los jóvenes sean tan calmosos y graves como los ancianos, el hijo tan sobrio como el padre. Aunque se condenan las diversiones pecaminosas, como en verdad debe hacerse que los padres, maestros y tutores de los jóvenes provean en su lugar placeres inocentes, que no mancillen ni corrompan la moral. No sujetéis a los jóvenes bajo reglas y restricciones rígidas, que los induzcan a sentirse oprimidos, y a precipitarse en sendas de locura y destrucción. Con mano firme, bondadosa y considerada, sujetad las riendas del gobierno, guiando y vigilando sus mentes y propósitos, aunque de manera tan suave, sabia y amorosa, que ellos puedan darse cuenta de que tenéis presentes sus mejores intereses.*

Hay diversiones, como el baile, los naipes, el ajedrez, las damas, etc., que no podemos aprobar porque el Cielo las condena. Estas diversiones abren las puertas a un gran mal. Su tendencia no es benéfica, sino que ejercen una influencia excitante, y producen en algunos una pasión que los arrastra a los juegos de azar y a la disipación. Todos aquellos juegos deben ser condenados por los cristianos y reemplazados por algo perfectamente inofensivo.*

Mientras imponemos restricciones a nuestros hijos con respecto a los placeres mundanales que tienden a corromper y extraviar, debemos proveerles recreación inocente, para conducirlos por sendas agradables en las cuales no haya peligro. Ningún hijo de Dios necesita vivir triste y lamentándose. 453 Esto lo demuestran las órdenes y las promesas divinas. Los caminos de la sabiduría "son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz."*

Mientras rehuimos lo falso y artificial y descartamos las carreras de caballos, los juegos de naipes, las loterías, los asaltos de boxeo, las bebidas alcohólicas y el consumo de tabaco, debemos proveer fuentes de placer que sean puras, nobles y elevadoras.*

Lugar útil del gimnasio.-
Los ejercicios gimnásticos son útiles en muchas escuelas, pero si no hay una vigilancia cuidadosa, son llevados a menudo al exceso. Muchos jóvenes, por hacer despliegue de fuerza en el gimnasio, se han dañado para toda la vida. El ejercicio en el gimnasio, por bien dirigido que sea, no puede substituir a la recreación al aire libre, para la cual deberían proveer más oportunidades nuestras escuelas.*

Los juegos de pelota: principios básicos.-
No condeno el ejercicio sencillo del juego de pelota; pero aun esto, con toda su sencillez, puede ser llevado a la exageración. Siempre temo el casi seguro resultado que sigue a estas diversiones. Provoca un desembolso de recursos que debieran dedicarse a comunicar, la luz de la verdad a las almas que están pereciendo lejos de Cristo. Las diversiones y el despilfarro de recursos para agradarse a sí mismo, que conducen paso a paso a la glorificación propia, y el adiestramiento en estos juegos por placer desarrollan una pasión por tales cosas, que no favorece el perfeccionamiento del carácter cristiano.

La manera en que se las ha dirigido en el colegio no lleva el sello del cielo. No fortalece el intelecto. No refina ni purifica el carácter. Hay actividades que llevan a costumbres y prácticas mundanales, y quienes participan en ellas quedan tan embargados e infatuados que en el cielo se los declara amadores de placeres más que de Dios. En vez de, quedar con el intelecto fortalecido para ser mejores estudiantes, en 454 vez de estar mejor preparados como cristianos para cumplir sus deberes de tales, al ejercitarse en esos juegos llenan sus cerebros de pensamientos que los desvían de sus estudios. . . .

¿Se procura sinceramente glorificar a Dios en estos juegos? Sé que no es éste el caso. Se pierde de vista el camino de Dios y su propósito. En este tiempo de gracia, la ocupación de ciertos seres inteligentes es invalidar la voluntad que Dios ha revelado, y poner en su lugar las especulaciones e inventos del agente humano, al lado del cual está Satanás para infundirle su espíritu. . . . El Señor Dios del cielo protesta contra la ardiente pasión que se ha cultivado por la supremacía en los juegos esclavizadores.*

El problema de muchos deportes.-
Los alumnos deben hacer ejercicio vigoroso. Pocos males deben ser más temidos que la indolencia y la falta de propósito. Sin embargo, la tendencia de la mayor parte de los deportes atléticos es causa de preocupación para los que se interesan por el bienestar de la juventud. Los maestros se sienten turbados al considerar la influencia que tienen estos deportes, tanto sobre el progreso del estudiante en la escuela, como sobre su éxito en la vida ulterior. Los juegos que ocupan una parte tan grande de su tiempo, apartan su mente del estudio. No contribuyen a preparar a la juventud para la obra práctica y seria de la vida. Su influencia no tiende hacia el refinamiento, la generosidad, o la verdadera virilidad.

Algunas de las diversiones más populares, como el futbol y el boxeo, se han transformado en escuelas de brutalidad. Desarrollan las mismas características que desarrollaban los juegos de la antigua Roma. El amor al dominio, al orgullo de la fuerza bruta, la temeraria indiferencia hacia la vida, ejercen sobre los jóvenes un poder desmoralizador que espanta.

Otros juegos atléticos, aunque no son tan brutales, son apenas menos objetables, a causa del exceso al cual son llevados. Estimulan el amor al placer y a la excitación, fomentando 455 la antipatía hacia el trabajo útil, la tendencia a esquivar las responsabilidades y deberes prácticos. Tienden a destruir el gusto por las serias realidades de la vida y sus gozos tranquilos. Así se abre la puerta a la disipación y a la ilegalidad, con sus terribles resultados.*

Cuando la vida era más sencilla.-
En épocas primitivas, la vida del pueblo que estaba bajo la dirección de Dios era sencilla. Vivían en contacto con el corazón de la naturaleza. Los hijos compartían el trabajo de los padres y estudiaban las bellezas y los misterios del tesoro de la naturaleza. En la quietud del campo y del bosque meditaban en las poderosas verdades transmitidas como legado sagrado de generación a generación. Esta educación producía hombres fuertes.

En esta época, la vida ha llegado a ser artificial y los hombres han degenerado. Aunque no debemos volver enteramente a los sencillos hábitos primitivos, podemos aprender de ellos lecciones que harán de nuestros momentos de recreación lo que su nombre implica: momentos de verdadera edificación para el cuerpo, la mente y el alma.*

Excursiones familiares.-
Unanse varias familias residentes en una ciudad o en un pueblo, y, dejando las ocupaciones que las han recargado física e intelectualmente, hagan una excursión al campo, a la orilla de un lindo lago, o a un hermoso bosquecillo en medio de escenas naturales de gran belleza. Deben proveerse de alimentos sencillos e higiénicos, de las mejores frutas y cereales, y extender su mesa a la sombra de algún árbol o bajo la bóveda celeste. El viaje, el ejercicio y el panorama estimularán el apetito, y podrán disfrutar de una comida envidiable aun para los reyes.

En tales ocasiones los padres y los hijos deben sentirse libres de cuidados, trabajos y perplejidades. Los padres deben hacerse niños con sus hijos, y procurar que todo sea tan agradable como resulte posible. Dedíquese todo el día a la recreación. El ejercicio al aire libre beneficiará la salud de aquellos que 456 han estado ocupados en forma sedentaria y entre cuatro paredes. Todos los que pueden hacerlo han de considerar como un deber el obrar así. Nada se perderá con ello, sino que mucho se ganará. Podrán volver a sus ocupaciones con nueva vida y dedicarse a su trabajo con nuevo valor y celo, y estarán mejor preparados para resistir a las enfermedades.*

Hállese felicidad en la naturaleza.-
No pensemos que Dios desea que renunciemos a cosa alguna que debamos conservar para ser felices aquí. Todo lo que él requiere que dejemos es aquello que al ser retenido no contribuiría a nuestro bien ni a nuestra felicidad.

El Dios que plantó los nobles árboles y los vistió de rico follaje, que nos dio los brillantes y hermosos matices de las flores y cuya hermosa obra vemos en toda la naturaleza, no quiere vernos desdichados; ni es su propósito que no hallemos gusto ni placer en esas cosas. Quiere que disfrutemos de ellas, que seamos felices entre los encantos de la naturaleza, que él mismo creó.*

Reuniones sociales provechosas.-
Las reuniones sociales resultan provechosas e instructivas en grado máximo cuando los que se congregan en ellas tienen el amor de Dios en su corazón, cuando se reúnen para sostener un intercambio de pensamientos acerca de la Palabra de Dios o para considerar los métodos de hacer progresar su obra y hacer bien a sus semejantes. Cuando el Espíritu Santo es huésped bienvenido en estas reuniones, cuando nada se dice ni se hace para hacerlo retirarse contristado, Dios resulta honrado, y los concurrentes son refrigerados y fortalecidos.*

Debemos conducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera, que al volver a nuestros hogares podamos tener una conciencia libre de ofensa hacia Dios y los hombres; una seguridad de que no hemos herido ni perjudicado en nada a aquellos con quienes hemos estado asociados, ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos.* 457

Jesús halló placer en escenas de felicidad inocente.-
Jesús condenaba la complacencia propia en todas sus formas; sin embargo, era de naturaleza sociable. Aceptaba la hospitalidad de todas las clases, visitaba los hogares de los ricos y de los pobres, de los sabios y de los ignorantes, y trataba de elevar sus pensamientos de los asuntos comunes de la vida, a cosas espirituales y eternas. No autorizaba la disipación, y ni una sombra de liviandad mundanal manchó su conducta; sin embargo, hallaba placer en las escenas de felicidad inocente, y con su presencia sancionaba las reuniones sociales. Una boda entre los judíos era una ocasión impresionante, y el gozo que se manifestaba en ella no desagradaba al Hijo del hombre. . . . En el pensar de Cristo, la alegría de las festividades de boda simbolizaba el regocijo de aquel día en que él llevará la Esposa a la casa del Padre, y los redimidos juntamente con el Redentor se sentarán a la cena de las bodas del Cordero.*

Su ejemplo en la conversación y conducta.-
Cuando, al comenzar su obra, era invitado a alguna comida o festín por un fariseo o un publicano, aceptaba la invitación. . . . En tales ocasiones Cristo dirigía la conversación en la mesa y daba muchas preciosas lecciones. Los presentes le escuchaban; porque ¿no había sanado a sus enfermos, consolado a los afligidos, tomado a sus niños en los brazos para bendecirlos? Los publicanos y los pecadores eran atraídos a él, y cuando abría los labios para hablar, la atención de todos se concentraba en él.

Jesús enseñó a sus discípulos cómo debían conducirse cuando estaban en la compañía de personas que no fuesen religiosas y en la de quienes lo fuesen. Por su ejemplo les enseñó que al asistir a alguna reunión pública, no había de faltarles qué decir. Pero la conversación de él difería por completo de la que se había oído en lo pasado en tales festines. Cada palabra que pronunciaba tenía sabor de vida para sus 458 oyentes, quienes le escuchaban con subyugada atención, como deseosos de oír con un propósito.*

La Sra. de White y una reunión social.-
Al terminar el largo viaje que me trajo del este, llegué a casa a tiempo para pasar la víspera de Año Nuevo en Healdsburg. El salón de actos del colegio había sido preparado para una reunión de la escuela sabática. Se habían ordenado con buen gusto guirnaldas de ciprés, hojas otoñales, ramas de coníferos y flores. Una gran campana formada con ramas de pino colgaba del arco de entrada al salón. El árbol estaba bien cargado de donativos, que iban a emplearse para beneficio de los pobres y para contribuir a la compra de una campana. . . .En esa ocasión nada se dijo ni se hizo que hubiese de cargar la conciencia de nadie. Algunos me dijeron: "Hermana White, ¿qué piensa Vd. de esto? ¿Concuerda con nuestra fe?" Les contesto: "Concuerda con mi fe."*

Atráigase a la juventud.-
Dios quisiera que toda familia y toda iglesia ejerciera un poder atrayente para apartar a los niños de los placeres seductores del mundo y del trato social con aquellos cuya influencia habría de ejercer una tendencia corruptora. Procuremos ganar a los jóvenes para Jesús.* 459

81. Recreación Satisfactoria
Ejercicio para la mano, el intelecto y el carácter.-
El beneficio mayor no se obtiene del ejercicio hecho a guisa de juego o de ejercicio simplemente. Hay cierto beneficio que se deriva de estar al aire puro y también del ejercicio de los músculos; pero conságrese la misma cantidad de energía al cumplimiento de deberes provechosos y el beneficio será mayor y se experimentará un sentimiento de satisfacción; pues un ejercicio de esa naturaleza lleva consigo la sensación de lo beneficioso y la aprobación, de la conciencia por el deber bien cumplido.*

En los niños y jóvenes se debe despertar la ambición de hacer ejercicio ejecutando algo que sea beneficioso para sí mismos y de ayuda para otros. El ejercicio que desarrolla la mente y el carácter, que enseña las manos a ser útiles y prepara a los jóvenes para llevar lo que les toca de las cargas de la vida, es el que proporciona fuerza corporal y aviva cada facultad. Y hay recompensa en la laboriosidad virtuosa y en el cultivo del hábito de vivir para hacer bien.*


Ninguna recreación que sea útil únicamente para ellos dará por resultado una bendición tan grande para los niños y jóvenes como aquella que los haga útiles para los demás. Los jóvenes, que por naturaleza son entusiastas e impresionables, responden rápidamente a la insinuación.*

El ejemplo de Jesús en su juventud.-
La vida de Jesús rebosaba de laboriosidad, y él hacía ejercicio al cumplir sus variadas tareas en armonía con el desarrollo de su fuerza 460 física. Al hacer el trabajo que le era asignado, no tenía tiempo para entregarse a diversiones excitantes e inútiles. No participaba en cosas que hubieran envenenado su moralidad y rebajado su tono físico, sino que se adiestró en el trabajo útil, y esto hasta poder soportar duras pruebas.*

En su vida terrenal fue Cristo un ejemplo para toda la familia humana y en el hogar fue obediente y útil. Aprendió el oficio de carpintero y con sus propias manos trabajó en el pequeño taller de Nazaret. . . .
La Biblia dice de Jesús: "Y el niño crecía, y se iba fortaleciendo en espíritu, llenándose de sabiduría: y la gracia de Dios era sobre él." A medida que trabajaba, durante su infancia y juventud, su mente y su cuerpo se desarrollaban. No empleó sin miramiento sus fuerzas físicas, sino que les proporcionó una clase de ejercicio tal como para mantenerlas en buen estado, a fin de poder hacer el trabajo mejor en cualquier dirección. No quería ser defectuoso ni aun en el manejo de las herramientas. Era perfecto como obrero y era perfecto en cuanto al carácter. Por precepto y ejemplo, Cristo ha dignificado el trabajo útil.*

Refrigerio por una variación de trabajo.-
Los jóvenes deben recordar que son responsables de todos los privilegios de que han disfrutado, del aprovechamiento de su tiempo y del debido uso de sus capacidades. Pueden preguntar: "¿No tendremos diversión o recreación?" "¿Trabajaremos y trabajaremos y trabajaremos, sin ninguna variación?"*

Por un tiempo puede ser muy necesario que obtengan un cambio del trabajo físico que sobrecargó sus fuerzas, a fin de que puedan reanudar sus labores y trabajar con mayor éxito. Sin embargo, puede ser que no necesiten reposo absoluto, o que éste no daría los mejores resultados en lo que a la fuerza física se refiere. Aun cuando se cansen de una clase de trabajo, no necesitan desperdiciar sus momentos preciosos. Pueden procurar entonces hacer algo que no sea tan 461 agotador, pero que beneficiaría a su madre y a sus hermanas. Al aliviar las cargas de ellas asumiendo ellos mismos las más pesadas, pueden hallar la diversión proveniente de los buenos principios, que les proporcionará verdadera felicidad, y no perderán su tiempo en bagatelas o satisfacciones egoístas. Pueden aprovecharlo siempre ventajosamente y ser refrigerados constantemente por la variación, al paso que estén redimiendo el tiempo de tal modo que cada momento beneficiará a alguien.*

Muchos aseveran que para conservar la salud física es necesario entregarse a diversiones egoístas. Es verdad que los cambios son necesarios para el mejor desarrollo del cuerpo, porque la variación refrigera y vigoriza la mente y el cuerpo; pero ella no se obtiene participando en diversiones insensatas ni descuidando los deberes diarios cuyo cumplimiento debe requerirse de los jóvenes.*

Programa bendecido por Dios.-
Debemos enseñar a los jóvenes que ejerciten por igual, las facultades mentales y físicas. El ejercicio saludable de todo el ser dará una educación amplia y abarcante.
Nos tocó hacer una obra austera en Australia para educar al respecto a los padres y a los alumnos; pero perseveramos en nuestros esfuerzos hasta que aprendieron la lección de que a fin de que los alumnos obtengan una educación completa, su tiempo debe dividirse entre la adquisición del saber por los libros y la del conocimiento de un trabajo práctico.

Se dedicaba al trabajo útil una parte de cada día, durante la cual los alumnos aprendían a desmontar el suelo, a cultivarlo y a construir casas, en vez de pasar ese tiempo jugando y procurando divertirse. Y el Señor bendijo a los alumnos que dedicaron así su tiempo a aprender lecciones de utilidad.*
Dios proveyó ocupaciones útiles para el desarrollo de la salud, y ellas prepararán además a los alumnos para valerse a sí mismos y para ayudar a otros.* 462

En vez de proveer diversiones que entretengan solamente, deben ordenarse ejercicios que reporten algún bien.*

La actividad misionera es ejercicio ideal.-
En nuestro mundo, hay bastantes cosas necesarias y útiles que hacer para que el ejercicio hecho por placer y diversión resulte casi completamente innecesario. El cerebro, los huesos y los músculos adquirirán fuerza y solidez al usarlos con un propósito, al dedicarlos a la reflexión útil y concentrada y a idear planes que desarrollen las facultades del intelecto y la fuerza de los órganos físicos. Así se dará uso práctico a los talentos otorgados por Dios, con los cuales se le puede glorificar.*

Al emplear los músculos y el cerebro que Dios les dio, los jóvenes tienen el deber de procurar siempre que hagan bien y sean útiles a otros, aliviando sus labores, consolando a los tristes, alentando a los desanimados y desesperados y desviando a los alumnos de las bromas y diversiones que con frecuencia rebajan su dignidad y los hunden en la vergüenza y deshonra. El Señor quiere que la mente se eleve y procure cauces de utilidad más elevados y nobles.*

La misma facultad de ejercitar el intelecto y los músculos podría sugerir métodos y medios de practicar una clase superior de ejercicio en el cumplimiento de trabajo misionero que los haga colaborar con Dios y educarse para prestar mayor utilidad en esta vida realizando trabajo provechoso, lo cual es una actividad esencial en la educación. . . .


¿No es ésta la obra que cada joven debiera tratar de hacer para trabajar de acuerdo con los planes de Cristo? Disponéis de su ayuda. Las ideas de los alumnos se ampliarán. Serán abarcantes y vuestras posibilidades de ser útiles, aun mientras estudiáis, aumentarán de continuo. Los brazos y las manos que Dios os dio deben emplearse para hacer el bien que llevará el sello del cielo, para que podáis oír al fin el "Bien, buen siervo y fiel."* 463

Una receta para los inválidos.-
Se me ha indicado que cuando se anime a los enfermos a dejar sus habitaciones y pasar cierto tiempo al aire libre, cuidando flores o haciendo otro trabajo liviano y placentero, su atención se desviará de sí mismos a algo más saludable. El ejercicio al aire libre debe prescribirse como necesidad benéfica y vivificante.*

No podemos menos que alegrarnos mientras escuchamos la música de las felices aves y nuestros ojos reposan sobre campos y jardines florecientes. Debemos invitar nuestra mente a interesarse en todas las cosas gloriosas que Dios nos proveyó con mano generosa; y al reflexionar en estas ricas pruebas de su amor y cuidado, podremos olvidar los achaques, alegrarnos y elevar de todo corazón melodías al Señor.*

Durante años se me ha mostrado una y otra vez que se ha de enseñar a los enfermos que es malo suspender todo trabajo físico para recobrar la salud. Al obrar así la voluntad se adormece, la sangre circula perezosamente por el organismo y se vuelve cada vez más impura. En los casos en que el paciente corre el riesgo de imaginarse en peor condición que la real, la indolencia producirá inevitablemente los resultados más desdichados. El trabajo bien regulado da al inválido la impresión de que no es totalmente inútil en este mundo, sino que reporta por lo menos cierto beneficio. Esto le da satisfacción, valor y vigor, cosa que nunca lograrían las vanas diversiones mentales.*

Dios provee placeres verdaderos.-
Para cada uno Dios ha provisto un placer que puede ser disfrutado por ricos y pobres a saber el que se halla al cultivar la pureza del pensamiento y el altruismo en las acciones, el placer que dimana de hablar con simpatía y obrar con bondad. De aquellos que prestan tal servicio resplandece la luz de Cristo para alegrar vidas obscurecidas por muchas tristezas.* 465

82. Cómo Elige el Cristiano sus Recreaciones
Recreación cristiana y diversión mundanal.-
Hay una distinción entre recreación y diversión. La recreación, cuando responde a su nombre, re-creación, tiende a fortalecer y reparar. Apartándonos de nuestros cuidados y ocupaciones comunes, provee refrigerio para la mente y el cuerpo y de ese modo nos permite volver con nuevo vigor al trabajo serio de la vida. Por otra parte, se busca la diversión para experimentar placer y con frecuencia se la lleva al exceso; absorbe las energías requeridas para el trabajo útil y resulta de ese modo un obstáculo para el verdadero éxito de la vida.*

Un gran contraste se notará entre el trato social de los seguidores de Cristo en sus recreaciones cristianas y las reuniones de los mundanos para obtener placer y diversión. En vez de que se oigan oraciones y la mención de Cristo y de las cosas sagradas, se desprenden de los labios de los mundanos risas tontas y conversaciones triviales. Lo que procuran es una hilaridad ruidosa. Sus diversiones comienzan en la insensatez y acaban en vanidad.

Hay una gran necesidad de temperancia en las diversiones, como en cualquier otra actividad. Su carácter debe ser considerado cuidadosa y cabalmente. Todo joven debe preguntarse: ¿Qué influencia tendrán estas diversiones sobre mi salud física, mental y moral? ¿Quedará mi mente tan infatuada que me olvide de Dios? ¿Dejaré de tener presente su gloria?* 466

La regla de los placeres lícitos.-
No olvidemos jamás que Jesús es manantial de gozo. No se deleita en la miseria de los seres humanos, sino en verlos felices. Los cristianos disponen de muchas fuentes de felicidad, y pueden decir con exactitud infalible qué placeres son lícitos y correctos. Pueden disfrutar de recreaciones que no disiparán el intelecto ni degradarán el alma. Tampoco desilusionarán ni dejarán una triste influencia ulterior que destruya el respeto propio o impida ser útil. Si pueden llevar a Jesús consigo y conservar un espíritu de oración, están perfectamente seguros.*

No será peligrosa cualquier diversión a la cual podáis dedicaros y pedir con fe la bendición de Dios. Pero cualquier diversión que os descalifique para la oración secreta, para la devoción ante el altar de la oración, o para tomar parte en la reunión de oración, no sólo no es segura, sino peligrosa.*

Diversiones que descalifican.-
Pertenecemos a la clase de los que creen que es su privilegio glorificar a Dios en la tierra cada día de su vida. Creemos que no vivimos en este mundo tan sólo para divertirnos y agradarnos a nosotros mismos. Estamos aquí para beneficiar a la humanidad y a la sociedad; pero si permitimos que nuestra mente vaya por el cauce bajo que sigue la de muchos que buscan solamente la vanidad y la insensatez, ¿cómo podremos beneficiar a nuestra especie y a nuestra generación? ¿Cómo podemos ser una bendición para la sociedad que nos rodea? No podemos participar inocentemente en cualquier diversión que nos incapacitaría para el desempeño más fiel de nuestros deberes comunes.*

No debe ponerse en peligro el bienestar del alma por la satisfacción de un deseo egoísta, y debe rehuirse cualquier diversión que fascine de tal manera la mente que los deberes comunes de la vida parezcan carecer de interés. Al ceder a un placer tal el ánimo se endurece en la mala dirección, y Satanás pervierte de tal modo los pensamientos que lo malo llega a 467 parecer bueno. Entonces la restricción y la sumisión a los padres, como la observada por Cristo para con los suyos, parecen insoportables.*

Reuniones sociales reprensibles.-
Existen muchas cosas que son correctas en sí, pero que, pervertidas por Satanás, resultan en una trampa para los incautos.* Las fiestas, tal como se llevan a cabo por lo general, son un obstáculo para el verdadero crecimiento, ya sea de la mente o del carácter. Las compañías frívolas, los hábitos de despilfarro, el afán por los placeres y a menudo por la disipación, nacen como consecuencia, y amoldan toda la vida para el mal. En vez de tales diversiones, los padres y maestros pueden hacer mucho para proveer diversiones sanas y vivificadoras.*

Hay una clase de reuniones sociales, . . . partidas de placer que han deshonrado nuestras instituciones y la iglesia. Estimulan el orgullo de la indumentaria y de la apariencia, la complacencia propia, la hilaridad y el espíritu trivial. Satanás es agasajado como un huésped, honrado y toma posesión de los que patrocinan estas reuniones.

Me fue mostrada una visión de una compañía tal, donde se habían congregado los que profesan creer la verdad. Uno estaba sentado frente a un instrumento de música, y se oían cantos que hacían llorar a los ángeles que todo lo observaban. Había alegría, había risa grosera, había mucho entusiasmo, y cierta clase de inspiración; pero la alegría era de la clase que sólo Satanás puede crear. Es un entusiasmo y una infatuación de los cuales se avergonzarán todos los que aman a Dios. Prepara a quienes participan en ello para los pensamientos y los actos profanos. Tengo motivos para creer que algunos de los que participaron en aquella escena, se arrepintieron de corazón de su actuación vergonzosa.

Muchas reuniones tales me han sido presentadas. He visto la alegría, la ostentación de la indumentaria, el atavío personal. Todos quieren ser considerados brillantes y se entregan 468 a la hilaridad, a las bromas insensatas, a la adulación baja y grosera y a las risas ruidosas. Los ojos chispean, las mejillas están rojas, la conciencia duerme. Comen, beben y se alegran, y hacen cuanto pueden para olvidarse de Dios. La escena de placer es su paraíso. Y el cielo mira, viéndolo y oyéndolo todo.*

Las reuniones destinadas a la diversión confunden la fe y hacen que el motivo sea mixto e incierto. El Señor no acepta un corazón dividido. Quiere todo el ser.*

Pocas diversiones populares son buenas.-
Muchas de las diversiones que son populares en el mundo hoy, aun entre aquellos que se llaman cristianos, tienden al mismo fin que perseguían las de los paganos. Son, en verdad, pocas las diversiones que Satanás no aprovecha para destruir las almas. Por medio de las representaciones dramáticas ha obrado durante siglos para excitar las pasiones y glorificar el vicio. La ópera con sus exhibiciones fascinadoras y su música embelesadora, las mascaradas, los bailes y los juegos de naipes, son cosas que usa Satanás para quebrantar las vallas de los principios sanos y abrir la puerta a la sensualidad. En toda reunión de placer donde se fomente el orgullo o se dé rienda suelta al apetito, donde se le induzca a uno a olvidarse de Dios y a perder de vista los intereses eternos, allí está Satanás rodeando las almas con sus cadenas.*

El cristiano verdadero no deseará entrar en un lugar de diversiones o participar en pasatiempo alguno sobre el cual no pueda pedir la bendición de Dios. No se le hallará en el teatro, ni en un juego de billar o de bolos. No estará con los alegres aficionados al vals y a otros placeres hechizadores que destierran a Cristo del pensamiento.

A los que abogan por estas diversiones contestamos: No podemos participar en ellas en el nombre de Jesús de Nazaret. No se invocaría la bendición de Dios sobre la hora pasada en el teatro o en el baile. Ningún cristiano quisiera hallar 469 la muerte en tal lugar. Nadie querrá ser encontrado allí cuando Cristo venga.*

El teatro es foco de inmoralidad.-
Entre los más peligrosos lugares de placer se cuenta el teatro. En vez de ser una escuela de moralidad y virtud, como se pretende a menudo, es el semillero de la inmoralidad. Estas diversiones fortalecen y confirman los hábitos viciosos y las propensiones pecaminosas. Los cantos viles, los ademanes, las expresiones y actitudes lascivas depravan la imaginación y degradan la moral. Todo joven que asista habitualmente a estos espectáculos, se corromperá en sus principios. No hay en nuestra tierra influencia más poderosa para envenenar la imaginación, destruir las impresiones religiosas, y embotar el gusto por los placeres tranquilos y las sobrias realidades de la vida, que las diversiones teatrales. El amor por estas escenas aumenta con cada asistencia, como el deseo de bebidas embriagantes se fortalece con su consumo. La única conducta segura consiste en huir del teatro, del circo y otros lugares dudosos de diversión.*

El baile es escuela de depravación.-
En muchas familias religiosas se hace del baile y del juego de naipes pasatiempos de sala. Se insiste en que son diversiones domésticas sosegadas, de las que se puede disfrutar con toda seguridad bajo las miradas paternas. Pero se cultiva así una afición a estos placeres excitantes y lo que se tuvo por inofensivo en la casa pronto dejará de considerarse peligroso fuera de ella. Todavía queda por ver si se puede obtener algo bueno de esas diversiones. No dan vigor al cuerpo ni descanso al intelecto. No implantan en el alma un solo sentimiento virtuoso o santo. Por el contrario, destruyen todo aprecio por los pensamientos serios y los servicios religiosos. Es verdad que hay un gran contraste entre las mejores reuniones sociales y las promiscuas y degradadas concurrencias del salón de bailes de baja ralea. Sin embargo, todas estas cosas constituyen pasos en la senda de la disipación.* 470

La danza de David no sienta precedente.-
El hecho de que, en su alegría reverente, David bailó delante de Dios ha sido citado por los amantes de los placeres mundanos para justificar los bailes modernos; pero este argumento no tiene fundamento. En nuestros días, el baile va asociado con insensateces y festines de medianoche. La salud y la moral se sacrifican en aras del placer. Los que frecuentan los salones de bailes no hacen de Dios el objeto de su contemplación y reverencia. La oración o los cantos de alabanza serían considerados intempestivos en esas asambleas y reuniones. Esta prueba debiera ser decisiva. Los cristianos verdaderos no han de procurar las diversiones que tienden a debilitar el amor a las cosas sagradas y a aminorar nuestro gozo en el servicio de Dios. La música y la danza de alegre alabanza a Dios mientras se transportaba el arca no se asemejaban para nada a la disipación de los bailes modernos. Las primeras tenían por objeto recordar a Dios y ensalzar su santo nombre. Los segundos son un medio que Satanás usa para hacer que los hombres se olviden de Dios y le deshonren.*

Los naipes son preludio del delito.-
Debiera prohibirse el juego de naipes. Las tendencias y las compañías relacionadas con él son, peligrosas. El príncipe de las potestades tenebrosas preside en la sala de juegos y doquiera se juegue a los naipes. Los malos ángeles son huéspedes familiares en esos lugares. En tales diversiones, no hay nada que beneficie al alma o al cuerpo. Nada hay que fortalezca el intelecto o que le proporcione ideas valiosas para un empleo futuro. La conversación gira en derredor de temas triviales y degradantes. . . . La pericia con la baraja no tardará en provocar un deseo de aprovechar ese conocimiento y tacto para obtener un beneficio personal. Se juega por una suma pequeña, y luego por otra mayor, hasta que se adquiere la sed del juego, que conduce a la ruina inevitable. ¡Cuántos fueron arrastrados por esta diversión perniciosa a toda práctica pecaminosa, a la pobreza, a 471 la cárcel, al homicidio y al cadalso! Y sin embargo, muchos padres no ven el terrible abismo de ruina que quiere tragarse a nuestros jóvenes.*

El temor de singularizarse.-
Los cristianos profesos, pero superficiales en su carácter y experiencia religiosa, son empleados por el tentador como lazos para entrampar. Esta clase está siempre lista para las reuniones de placer y deportes, y su influencia atrae a otros. Los jóvenes y señoritas que procuran ser cristianos de acuerdo con la Biblia son inducidos a unirse al grupo y atraídos en el círculo. No consultan con oración; la norma divina, para saber lo que dijo Cristo en cuanto a los frutos que debe llevar el árbol cristiano. No disciernen que estos entretenimientos son realmente el banquete de Satanás, preparado para impedir que las almas acepten la invitación a la cena del Cordero y reciban el manto blanco del carácter, que es la justicia de Cristo. Se confunden en cuanto a lo que es correcto hacer como cristianos. No quieren que se los considere singulares, y se inclinan naturalmente a seguir el ejemplo de los demás. Así caen bajo la influencia de los que nunca han sentido el toque divino sobre su mente o corazón.*

Evítese el primer paso.-
Tal vez no veáis peligro real en dar el primer paso hacia la frivolidad y la búsqueda de placeres, y penséis que cuando deseéis cambias vuestra conducta podréis hacer el bien tan fácilmente como antes de entregaros a hacer el mal. Pero esto es un error. Por la elección de malos compañeros, muchos han sido desviados paso a paso de la senda de la virtud a profundidades de desobediencia y disipación a las cuales consideraban una vez que les era imposible descender.*

Declaración de principios cristianos.-
Si Vd. pertenece realmente a Cristo, tendrá oportunidades de testificar por él. Será invitado a lugares de diversión, y tendrá ocasión de testificar por su Señor. Si es entonces fiel a Cristo, no tratará de 472 formular excusas por no asistir, sino que con sencillez y modestia declarará que es hijo de Dios y que sus principios no le permiten estar siquiera una vez en un lugar al cual no podría invitar la presencia de su Señor.*
Es el propósito de Dios manifestar por su pueblo los principios de su reino. A fin de que en su vida y carácter se revelen estos principios, él desea separarlos de las costumbres, hábitos y prácticas del mundo. . . .
Nos esperan escenas maravillosas; y en este tiempo debe manifestarse en la vida del profeso pueblo de Dios un testimonio vivo, a fin de que el mundo pueda ver que en estos tiempos en que el mal reina por todos lados, hay todavía un pueblo que pone a un lado su voluntad y procura hacer la de Dios, un pueblo en cuyo corazón y vida está escrita la ley divina. Dios espera de los que llevan el nombre de Cristo, que lo representen. Sus pensamientos han de ser puros, sus palabras nobles y elevadoras. La religión de Cristo se ha de entretejer con todo lo que hagan y digan. . . . El desea que sus hijos demuestren por su vida la ventaja que sobre la mundanalidad tiene el cristianismo; que demuestren que están trabajando en un plano elevado y santo. * 473

83. El Señuelo del Placer
El corazón natural lo procura.-
La mente natural se inclina hacia el placer y la complacencia propia. Es política de Satanás fabricarlos en abundancia. El procura llenar la mente de los hombres con un deseo de diversión mundanal, a fin de que no tengan tiempo de hacerse la pregunta: ¿Cómo está mi alma? El amor a los placeres es infeccioso. Entregada a él, la mente vuela de un punto a otro, buscando siempre una diversión.*

Los placeres del mundo infatúan; y por sus goces momentáneos muchos sacrifican la amistad del Cielo, así como la paz, el amor y el gozo que ella otorga. Pero aquellos selectos objetos de deleite no tardan en resultar desagradables y nada satisfactorios.*


Millones buscan diversiones.-
En esta era del mundo existe un afán de placeres que no tiene precedente. Por doquiera prevalecen la disipación y una prodigalidad temeraria. Las muchedumbres ansían divertirse. El espíritu se vuelve trivial y frívolo porque no se acostumbró a la meditación ni se disciplinó en el estudio. Un sentimentalismo ignorante es cosa corriente. Dios requiere de toda alma que sea culta, refinada, elevada y ennoblecida; pero con demasiada frecuencia toda realización valiosa queda descuidada en favor de la ostentación de las modas y el placer superficial.*

Las diversiones excitantes de nuestro tiempo mantienen febriles las mentes de hombres y mujeres, pero particularmente de los jóvenes, y esto mina su vitalidad mucho más que todos 474 sus estudios y trabajos físicos, además de tender a empequeñecer el intelecto y corromper la moralidad.*

La juventud es llevada por la corriente general. Los que aprenden a amar las diversiones, abren la puerta a un diluvio de tentaciones. Se entregan a los placeres sociales y a la alegría irreflexiva. Pasan de una forma de disipación a otra, hasta perder la capacidad y el deseo de vivir de una manera útil. Las aspiraciones religiosas se enfrían; la vida espiritual se debilita. Las más nobles facultades del alma, en una palabra, todo lo que liga al hombre con el mundo espiritual, es envilecido.*

Amadores de los placeres en la iglesia.-
Muchos están participando ávidamente en diversiones mundanales desmoralizadoras que la Palabra de Dios prohibe. Cortan así su relación con Dios y se colocan en las filas de quienes aman los placeres del mundo. Los pecados que destruyeron a los antediluvianos y las ciudades de la llanura existen hoy, no sólo en tierras paganas ni únicamente entre los que profesan un cristianismo popular, sino también entre algunos de los que profesan esperar la venida del Hijo del hombre. Si Dios os presentase estos pecados como los ve, os llenaríais de vergüenza y terror.*

El deseo de excitación y agradable entretenimiento es una tentación y una trampa para el pueblo de Dios y especialmente para los jóvenes. Satanás está preparando constantemente seducciones que distraigan las mentes de la obra solemne de preparación para las escenas que están a punto de sobrevenir. Por medio de los agentes humanos, mantiene una excitación continua para inducir a los incautos a participar en los placeres mundanales. Hay espectáculos, conferencias y una variedad infinita de entretenimientos calculados para inducirlos a amar al mundo; y esta unión con el mundo debilita la fe.*

Satanás es un hábil encantador.-
Los jóvenes se conducen generalmente como si las preciosas horas del tiempo de gracia, 475 mientras perdura aun la misericordia, fuesen una gran fiesta y como si ellos estuviesen en este mundo simplemente para divertirse y ser halagados con un ciclo continuo de excitaciones. Satanás ha estado haciendo esfuerzos especiales para inducirlos a encontrar felicidad en las diversiones mundanales y a justificarse mediante esfuerzos por demostrar que esas diversiones son inofensivas, inocentes y hasta importantes para la salud.*

El [Satanás] presenta la senda de la santidad como difícil mientras que los caminos del placer mundanal están cubiertos de flores. Ante los ojos de los jóvenes, despliega el mundo y sus placeres con colores halagüeños pero falsos. Mas los placeres de la tierra terminarán pronto, y se habrá de segar lo que se sembró.   El es, en todo sentido de la palabra, un engañador, un hábil encantador. Tiene muchas redes de mallas finas, que parecen inocentes, pero que han sido preparadas hábilmente para atrapar a los jóvenes incautos.*

Empequeñece la educación.-
Los padres cometen un error cuando introducen apresuradamente a sus hijos en la sociedad en edad temprana, como si temieran que no sabrán nada a menos que asistan a fiestas y traten con los amadores del placer. Aun mientras están en la escuela, les permiten que asistan a fiestas y se rocen con la sociedad. Este es un grave error. Sus hijos aprenden así lo malo mucho más ligero que las ciencias, y su mente se atiborra de cosas inútiles, mientras que su pasión por las diversiones se desarrolla a tal punto que les resulta imposible obtener siquiera un conocimiento de los ramos comunes de la instrucción. Su atención se divide entre los estudios y el amor al placer, y como este amor predomina, el progreso intelectual de esos jóvenes es lento.*
Como el antiguo Israel, los amantes de los placeres comen, beben y se levantan a bailar. Hay alegría y jaranas, hilaridad y júbilo. En todo esto los jóvenes siguen el ejemplo de los 476 autores que escribieron los libros puestos en sus manos, para que los estudien. El peor mal de todo esto es el efecto permanente que estas cosas ejercen sobre el carácter.*

Indiferencia hacia el último mensaje.-
Mientras que su tiempo de gracia estaba concluyendo, los antediluvianos se entregaban a una vida agitada de diversiones y festividades. Los que poseían influencia y poder se empeñaban en distraer la atención del pueblo con alegrías y placeres para que ninguno se dejara impresionar por la última solemne advertencia. ¿No vemos repetirse lo mismo hoy? Mientras los siervos de Dios proclaman que el fin de todas las cosas se aproxima, el mundo va en pos de los placeres y las diversiones. Hay constantemente abundancia de excitaciones que causan indiferencia hacia Dios e impiden que la gente sea impresionada por las únicas verdades que podrían salvarla de la destrucción que se avecina.*

Los observadores del sábado probados.-
Los jóvenes observadores del sábado que han cedido a la influencia del mundo, tendrán que ser probados. Los peligros de los postreros días están por sobrecogernos, y espera a los jóvenes una prueba que muchos no han anticipado. Se verán envueltos en perplejidad angustiosa, y la sinceridad de su fe será probada. Profesan esperar al Hijo del hombre; sin embargo, algunos de ellos han sido un miserable ejemplo para los incrédulos. No han estado dispuestos a renunciar al mundo, sino que se han unido a él asistiendo a picnics* y otras reuniones de placer, lisonjeándose de que participaban de diversiones inocentes. Sin embargo, son precisamente estas complacencias las que los separan de Dios, y los hacen hijos de este siglo...

Dios no reconoce como seguidor suyo al que busca el placer. 477 Unicamente los abnegados, los que viven con sobriedad, humildad y santidad, son verdaderos seguidores de Jesús. Y los tales no pueden disfrutar de la conversación frívola y vacía del que ama al mundo.*

La consideración suprema.-
Nadie empiece a creer que las diversiones son esenciales y que un negligente desprecio del Espíritu Santo durante las horas de placer egoísta se pueda considerar como asunto trivial. De Dios nadie se burla. Pregúntese cada persona joven: "¿Estaría yo preparado para que mi vida terminase hoy? ¿Tiene mi corazón el apresto que me haga idóneo para hacer la obra que el Señor me ha encargado?"* 478

84. Encaucemos a los jóvenes
Las normas se rebajan.-
Los padres están cediendo a las propensiones de sus hijos a amar al mundo. Abren la puerta a diversiones que una vez prohibían por principio.*

Aun entre los padres cristianos se ha sancionado demasiado el amor a las diversiones. Los padres han recibido las máximas del mundo, se han conformado a la opinión general de que era necesario que la primera parte de la vida de los niños y jóvenes se desperdiciase en la ociosidad, en diversiones egoístas e insensateces. De esta manera se ha creado el gusto por el placer excitante, y niños y jóvenes se han acostumbrado, a ello de tal modo que se deleitan en representaciones excitantes y les desagradan los serios y útiles deberes de la vida. Llevan una vida que concuerda más bien con la de los brutos. No piensan en Dios ni en las realidades eternas y revolotean como las mariposas en su estación del año. No actúan como seres sensatos cuya vida es capaz de medirse con la divina, y que habrán de dar cuenta al Señor por cada hora de su tiempo.*


Las madres pueden idear juegos.-
En vez de despedir a sus hijos de su presencia, para no ser molestadas por el ruido que hacen ni por las numerosas atenciones que desean, ella considerará que el mejor empleo que pueda dar a su tiempo consiste en calmar y distraer el espíritu inquieto y activo de ellos con alguna diversión u ocupación ligera y feliz. La madre quedará ampliamente recompensada por los esfuerzos que haga y el tiempo que dedique a inventar entretenimiento para sus hijos. 479

Los niños pequeños anhelan compañía. Por lo general, no pueden sentir gozo estando solos; y la madre debe considerar que, en la mayoría de los casos, el lugar de sus hijos cuando están en la casa es la habitación que ella ocupe. Puede entonces ejercer su vigilancia general sobre ellos y estar lista para arreglar sus pequeñas divergencias cuando ellos apelan a su juicio, corregir sus malos hábitos o sus manifestaciones de egoísmo y de ira, y encauzar debidamente sus espíritus. Los niños piensan que lo que a ellos les gusta agradará a su madre y les resulta muy natural consultarla en los asuntos menudos que les causan perplejidad. La madre, por su parte, no debiera herir el corazón de su pequeñuelo sensible tratando el asunto con indiferencia o negándose a ser molestada por cosas de tan poca importancia. Lo que es insignificante para ella es grande para ellos, y muchas veces una palabra de dirección o cautela en el momento oportuno resultará de gran valor.*

No se les prive de placeres inocentes.-
Por falta de tiempo y reflexión, más de una madre niega a sus hijos tal o cual placer inocente, mientras que sus dedos hábiles y sus ojos cansados se empeñan con diligencia en labores destinadas solamente al adorno, que a lo sumo sólo sirven para fomentar la vanidad y la prodigalidad en sus jóvenes corazones. Al acercarse los jóvenes a la edad adulta, estas lecciones dan por fruto el orgullo y la falta de dignidad moral. La madre se queja de las faltas de sus hijos, pero no se da cuenta de que cosecha lo que ella misma sembró.
Hay madres que no tratan a sus hijos de un modo uniforme. A veces les permiten hacer o tener cosas que les perjudican, y otras veces les niegan placeres inocentes que llenarían de contento los corazones infantiles. En esto no siguen el ejemplo de Cristo, quien amaba a los niños, comprendía sus sentimientos y simpatizaba con ellos en sus placeres y sus pruebas.* 480

Cómo los regía la Sra. de White.-
Cuando los niños ruegan que se los deje ir en cierta compañía, o asistir a tal reunión para divertirse, decidles: "Hijos, no os puedo dejar ir; sentaos aquí mismo y os diré por qué. Estoy trabajando para la eternidad y para Dios. El es quien os confió a mi cuidado. Para vosotros, ocupo el lugar de Dios, y por lo tanto debo velar sobre vosotros como quien deberá rendir cuentas en el día de Dios. ¿Quisierais que el nombre de vuestra madre se anotase en el libro del cielo como el de quien no cumplió su deber para con sus hijos y dejó que el enemigo entrase y ocupase el terreno que ella debiera haber ocupado? Niños, voy a deciros cuál es el buen camino, y luego si decidís apartaros de vuestra madre y entrar en caminos de maldad, ella estará libre de culpa, pero vosotros tendréis que sufrir por vuestro pecado."

Así solía obrar yo con mis hijos, y antes que terminara de hablar, se ponían a llorar y decían: "¿No quieres orar por nosotros?" Naturalmente, nunca rehusaba orar por ellos. Me arrodillaba a su lado y oraba por ellos. Luego me apartaba e intercedía con Dios hasta que el sol estaba ya alto en el cielo, tal vez durante toda la noche, para que cesase el ensalmo del enemigo y yo obtuviese la victoria. Aunque me costaba una noche de trabajo, me sentía ricamente recompensada cuando mis hijos se me echaban al cuello y decían: "¡Oh, mamá, nos alegramos tanto de que no nos dejaste ir cuando te lo pedíamos! Ahora vemos que habría sido malo."
Padres, así es como debéis obrar, como quienes toman el asunto en serio. Y debéis tomarlo en serio si esperáis salvar a vuestros hijos para el reino de Dios.*

Problemas de la adolescencia.-
En el estado actual de la sociedad no es tarea fácil para los padres refrenar a sus hijos e instruirlos de acuerdo con la regla del bien que dicta la Biblia. Los niños se vuelven a menudo impacientes bajo las restricciones, y quieren cumplir su voluntad, e ir y venir 481 como les place. Especialmente entre los diez y los dieciocho años, se inclinan a sentir que no hay daño alguno en ir a reuniones mundanales de compañeros jóvenes. Los padres cristianos experimentados pueden ver el peligro. Se han familiarizado con los temperamentos peculiares de sus hijos, y conocen la influencia que estas cosas tienen sobre su mente; y porque desean su salvación, debieran impedirles esas diversiones excitantes.*

Es necesario velar después de la conversión.-
Cuando los niños deciden por su cuenta abandonar los placeres del mundo y hacerse discípulos de Cristo, ¡de qué preocupación se ve librado el corazón de los padres cuidadosos y fieles! Aun entonces no deben cesar las labores de los padres. Estos jóvenes tan sólo han comenzado en serio la guerra contra el pecado y contra los males del corazón natural, y necesitan en un sentido especial el consejo y el cuidado vigilante de sus padres.*

Cómo guardarlos del mundo.-
¡Cuántos padres lamentan el hecho de que no pueden retener a sus hijos en la casa, pues ellos no tienen amor por ésta. Desde temprano desean estar en compañía de extraños; y tan pronto como tienen edad para ello, rompen con lo que les parece una esclavitud y restricciones irracionales, de modo que ya no quieren escuchar las oraciones de su madre ni los consejos de su padre. Por lo general una investigación revelaría que los padres tienen la culpa de esto. No hicieron del hogar lo que debiera haber sido: un lugar atractivo, agradable, radiante con la alegría de las palabras bondadosas, las miradas placenteras y el amor verdadero.

El secreto para salvar a vuestros hijos estriba en hacer vuestro hogar hermoso y atrayente. La indulgencia de los padres no ligará a los hijos con Dios ni con la familia, mientras que una influencia firme y piadosa dedicada a educar debidamente su espíritu, salvará de la ruina a muchos de ellos.*

Es deber de los padres vigilar las salidas y las entradas de  sus hijos. Deben estimularlos y presentarles incentivos que los atraigan al hogar y les hagan ver que sus padres se interesan en ellos. Deben hacer alegre y placentero el hogar.* 483



(El Hogar Cristiano de E. G. de White)

XVI. “Las Relaciones Sociales”


73. Nuestras Necesidades Sociales
Dios proveyó para nuestras necesidades sociales.-
En los arreglos hechos para la educación del pueblo escogido, se pone de manifiesto que la vida que tiene por centro a Dios, es una vida completa. El provee el medio de satisfacer toda necesidad que ha implantado, y trata de desarrollar toda facultad impartida.

Como Autor de toda belleza, y amante de lo hermoso, Dios proveyó el medio de satisfacer en sus hijos el amor a lo bello. También hizo provisión para sus necesidades sociales, para las relaciones bondadosas y útiles que tanto hacen para cultivar la simpatía, animar y endulzar la vida.*

Influencia de las compañías.-
Cada uno hallará compañeros o los hará. Y la intensidad de la amistad determinará la influencia que los amigos ejerzan unos sobre otros, para bien o para mal. Todos tendrán amistades, influirán en ellas y recibirán su influencia.* Dios recalca mucho la influencia de las compañías, aun sobre los hombres y las mujeres. ¡Cuánto mayor es su poder sobre la mente y el carácter de los niños y los jóvenes que están en pleno desarrollo! Las compañías que traten, los principios que adopten, los hábitos que adquieran, decidirán su utilidad aquí y su destino futuro. . . .

Es inevitable que los jóvenes tengan compañías, y necesariamente sentirán su influencia. Hay misteriosos vínculos 413 que ligan las almas, de manera que el corazón de uno responde al corazón del otro. El uno adopta inconscientemente las ideas, los sentimientos y el espíritu del otro. Este trato puede ser una bendición o una maldición. Los jóvenes pueden ayudarse y fortalecerse mutuamente, mejorando en conducta, disposición y conocimiento; o permitirse llegar a se descuidados e infieles, ejerciendo así una influencia desmoralizadora.*

Se ha dicho con verdad: "Dime con quien andas, y te diré quien eres." Los jóvenes no comprenden cuán sensiblemente quedan afectados su carácter y su reputación por su elección de compañías. Uno busca la compañía de aquellos cuyos gustos, hábitos y prácticas congenian con los suyos. El que prefiere la sociedad de los ignorantes y viciosos a la de los sabios y buenos, demuestra que su propio carácter es deficiente. Puede ser que al principio sus gustos y hábitos sean completamente diferentes de los gustos y hábitos de aquellos cuya compañía procura; pero a medida que trata con esta clase, cambian sus pensamientos y sentimientos; sacrifica los buenos principios, e insensible, aunque inevitablemente, desciende al nivel de sus compañeros. Como un arroyo adquiere las propiedades del suelo donde corre, los principios y hábitos de los jóvenes se tiñen invariablemente del carácter de las compañías que tratan.

Los tendencias naturales hacia abajo.-
Se pudiese persuadir a los jóvenes a asociarse con los puros, reflexivos y amables, el efecto sería muy saludable. Si eligen compañeros que temen al Señor, su influencia los conducirá a verdad, al deber y a la santidad. Una vida verdaderamente cristiana es un poder para el bien. Pero por otro lado, los que se asocian con hombres y mujeres de moral dudosa, de costumbres y principios malos, no tardarán en andar en la misma senda. El impulso de las tendencias del corazón natural es hacia abajo. El que se asocia con los escépticos no tardará en llegar a ser 414 escéptico; el que elija la compañía de los viles, llegará seguramente a ser vil. El andar en el consejo de los impíos es el primer paso en la senda que, conduce al camino de los pecadores y a sentarse con los escarnecedores.*

Entre los jóvenes del mundo, el amor a la sociedad y al placer llega a ser una pasión absorbente. La gran finalidad de la vida parece ser ataviarse, conversar, satisfacer el apetito y las pasiones, y sumirse en una ronda de disipación social. Dejados solos, se sienten desgraciados. Su deseo principal es ser admirados y adulados, e impresionar la sociedad; y cuando este deseo no se cumple, la vida les parece insoportable.*

Los que aman la sociedad ceden con frecuencia a esta inclinación hasta que ella llega a ser una pasión predominante. . . . No pueden soportar la lectura de la Biblia ni la contemplación de las cosas celestiales. Se sienten miserables a menos que haya algo que los excite. No tienen en si el poder de ser felices, sino que dependen para serlo de la compañía de otros jóvenes tan irreflexivos y temerarios como ellos mismos. Dedican a la insensatez y a la disipación mental las facultades que podrían aplicar a fines nobles.*

Bendiciones de la sociabilidad cristiana.-
El pueblo de Dios no cultiva bastante la sociabilidad cristiana. . . . Los que se encierran en si mismos y no están dispuestos a prestarse para beneficiar a otros mediante amigable compañerismo, pierden muchas bendiciones; porque merced al trato mutuo el entendimiento se pule y refina; por el trato social se formalizan relaciones y amistades que acaban en una unidad de corazón y en una atmósfera de amor agradables a la vista del cielo.

Especialmente aquellos que han gustado el amor de Cristo debieran desarrollar sus facultades sociales; pues de esta manera pueden ganar almas para el Salvador. Cristo no debiera ser ocultado en sus corazones, encerrado como tesoro codiciado, sagrado y dulce, que sólo ha de ser gozado por ellos; ni tampoco debieran ellos manifestar el amor de Cristo sólo 415 hacia aquellos que les son más simpáticos. Se debe enseñar a los alumnos la manera de demostrar, como Cristo, un amable interés y una disposición sociable para con aquellos que se hallan en la mayor necesidad, aun cuando los tales no sean sus compañeros preferidos. En todo momento y en todas partes, manifestó Jesús amante interés en la familia humana y esparció en derredor suyo la luz de una piedad alegre.* 416

74- Seguridad o Peligro de las Amistades
Cosas que influyen en nosotros y en nuestros hijo.-
Todo trato que tengamos con otros, por limitado que sea, ejerce alguna influencia sobre nosotros. La medida en que cedemos a dicha influencia quedará determinada por el grado de intimidad, la constancia de las relaciones, y nuestro amor y veneración por la persona con quien nos asociamos.*

Si nos colocamos entre relaciones cuya influencia tienda a hacernos olvidar lo que el Señor requiere de nosotros, invitamos la tentación y debilitamos nuestra fuerza moral al punto de no poder resistirla. Llegamos a participar del espíritu y de las ideas de aquellos con quienes tratamos y a considerar las cosas sagradas y eternas como inferiores a las ideas de nuestros amigos. Quedamos, en resumen, leudados como lo desea el enemigo de toda justicia.

Cuando los jóvenes caen bajo esta influencia son afectados por ella con más facilidad que aquellos que tienen más años. Todo deja su impresión en la mente de ellos: los rostros que ven, las voces que oyen, los lugares que visitan, las compañías que frecuentan y los libros que leen. Es imposible estimar en exceso la importancia que tienen para este mundo y el venidero las amistades que escogemos para nosotros mismos y, más especialmente, para nuestros hijos.*

En peligro por frecuentar a los impíos.-
El mundo no ha de ser la norma por la cual juzguemos las cosas. No hemos de 417 asociarnos con los impíos ni participar de su espíritu, porque apartarían nuestro corazón de Dios para hacernos adorar dioses falsos. El que es firme en la fe puede hacer mucho bien; puede comunicar bendiciones del orden más elevado a aquellos con quienes trata, pues la ley de Jehová está en su corazón. Pero no podemos asociarnos voluntariamente con los que están pisoteando la ley de Dios, y conservar nuestra fe pura y sin mancha. Nos contagiará el espíritu de ellos y a menos que los dejemos, quedaremos al fin vinculados con ellos, para compartir su condenación.*

Por sus relaciones con los idólatras y la participación que tuvieron en sus festines, los hebreos fueron inducidos a violar la ley de Dios, y atrajeron sus juicios sobre toda la nación. Así también ahora Satanás obtiene su mayor éxito, en lo que se refiere a hacer pecar a los cristianos, cuando logra inducirlos a que se relacionen con los impíos y participen en sus diversiones. "Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo." Dios exige hoy de su pueblo que se mantenga tan distinto del mundo, en sus costumbres, hábitos y principios, como debía serlo el antiguo Israel.*

La decisión de Sansón.-
EL cuidado providencial de Dios había asistido a Sansón, para que pudiera prepararse y realizar la obra para la cual había sido llamado. Al principio mismo de la vida se vio rodeado de condiciones favorables para el desarrollo de su fuerza física, vigor intelectual y pureza moral. Pero bajo la influencia de amistades y relaciones impías, abandonó aquella confianza en Dios que es la única seguridad del hombre, y fue arrebatado por la marea del mal. Los que mientras cumplen su deber son sometidos a pruebas pueden tener la seguridad de que Dios los guardará; pero si los hombres se colocan voluntariamente bajo el poder de la tentación, caerán tarde o temprano.*

Levadura insidiosa de la maldad.-
Amados alumnos, día y noche os acompañarán las oraciones de vuestros padres. 418 Escuchad sus súplicas y advertencias, y no elijáis amistades temerarias. No podéis discernir como la levadura de impiedad puede corromper insidiosamente vuestro ánimo y vuestros hábitos y, haciéndoos reincidir en malas costumbres, lograr que desarrolléis un carácter defectuoso. Tal vez no veáis ningún peligro real y penséis que podréis hacer el bien con tanta facilidad como antes de ceder a la tentación de hacer lo malo, pero esto es un error. Vuestros padres y maestros que aman y temen a Dios pueden amonestaros, suplicaros y aconsejaros, pero todo será en vano si no os entregáis a Dios ni os valéis de los talentos que os dio para su gloria.*

Cuidado con los indiferentes.-
Sí los niños están en compañía de personas cuya conversación se dedica a cosas terrenales sin importancia, su espíritu se pondrá al mismo nivel. Si oyen expresiones de desprecio por los principios de la religión y de nuestra fe, si sus oídos perciben astutas objeciones contra la verdad, todo esto se grabará en su mente y modelará su carácter.*

Nada puede evitar o desterrar las impresiones serias y los buenos deseos con tanta eficacia como el trato con personas vanas, descuidadas y de mente corrompida. Por muy atractivas que resulten las tales personas por su ingenio, sus sarcasmos y sus bromas, el hecho de que tratan la religión con liviandad e indiferencia es razón suficiente para que no debamos asociarnos con ellas. Cuanto más fascinantes sean en otros respectos, tanto más debe temerse su influencia como amistades, porque rodean su vida irreligiosa con muchas atracciones peligrosas.*

Las relaciones mundanales atraen y deslumbran de tal manera los sentidos que la piedad, el temor de Dios, la fidelidad y la lealtad no tienen poder para mantener firmes a los hombres. La vida humilde y modesta de Cristo parece carecer por completo de atractivo. Para muchos de los que profesan ser hijos e hijas de Dios, Jesús, la Majestad del cielo, es 419 "como raíz de tierra seca: no hay parecer en él ni hermosura."*

No concentremos nuestros afectos en mundanos.-
No podemos servir a Dios y al mundo al mismo tiempo. No debemos concentrar nuestros afectos en parientes mundanos, que no desean aprender la verdad. Tal vez, mientras tratamos con ellos procuremos de toda manera posible dejar brillar nuestra luz; pero nuestras palabras, nuestro comportamiento, nuestras costumbres y prácticas, no deben en sentido alguno ser modelados por las ideas y costumbres de aquellos parientes. Debemos revelar la verdad en todo nuestro trato con ellos. Si no lo logramos, cuanto menos trato tengamos con ellos, mejor será para nuestra espiritualidad.*

Rehuyamos a los de baja moralidad.-
Es malo que los cristianos se asocien con los de baja moralidad. El trato diario íntimo que requiere tiempo sin contribuir para nada al fortalecimiento del intelecto o de la moral, es peligroso. Si la atmósfera moral que rodea las personas no es pura ni santificada, sino manchada de corrupción, los que la respiren notarán que obra casi insensiblemente sobre el intelecto y el corazón para envenenarles y arruinarlos. Es peligroso tratar con aquellos cuya mente se mantiene por naturaleza en un nivel bajo. Gradual e imperceptiblemente los que son concienzudos y aman la pureza descenderán al mismo nivel y participarán con simpatía en la imbecilidad y esterilidad moral con las cuales están constantemente relacionados.*

Un buen nombre es más precioso que el oro. Existe en los jóvenes la inclinación a asociarse con los que son de mentalidad y moral inferior. ¿Qué felicidad verdadera puede esperar una persona joven de una relación voluntaria con personas que tienen una norma baja de pensamientos, sentimientos y conducta? Hay personas de gustos envilecidos y costumbres depravadas, y todos los que elijan tales compañeros seguirán su ejemplo. Vivimos en tiempos peligrosos que deben infundir temor en todos los corazones.* 420

El temor al ridículo.-
Los niños . . . deben tener compañeros que no ridiculizarán lo que es puro y digno, sino que abogarán por lo que es recto. El temor al ridículo induce a muchos jóvenes a ceder a la tentación y a andar en el camino de los impíos. Por su ejemplo y por sus preceptos, las madres pueden hacer mucho para enseñar a sus hijos a ser íntegros en medio del escarnio y del ridículo.*

¿Por qué no consideran nuestros jóvenes que quienes están listos para conducir a otros en sendas prohibidas son fácilmente vencidos por la tentación y son agentes de Satanás para fomentar hábitos desordenados, para burlarse de los que son concienzudos y quisieran conservar la integridad de su carácter?*

Vivamos como delante de Dios.-
Jóvenes amigos, no paséis una sola hora en compañía de quienes quisieran incapacitaros para la obra pura y sagrada de Dios. No hagáis delante de extraños cosa alguna que no haríais delante de vuestros padres, o de la cual os habríais de avergonzar delante de Cristo y de los santos ángeles.

Es posible que algunos piensen que tales recomendaciones no son necesarias para quienes observan el sábado. Pero aquellos a quienes se aplican saben lo que quiero decir. Os recomiendo, jóvenes, que tengáis cuidado; porque nada podéis hacer que no esté expuesto a la vista de los ángeles y de Dios mismo. No podéis hacer una mala obra sin que ella afecte a otros. Mientras que vuestra conducta revela la clase de material que usáis en la edificación de vuestro carácter, ejerce también una influencia poderosa sobre otros. Nunca perdáis de vista el hecho de que perteneces a Dios, que él os compró y que debéis darle cuenta de todos los talentos que os confió.*

Auxilio especial cuando se lo necesita.-
No hemos de colocar a nuestros hijos donde hayan de tratar con depravados y degradados. Puede ser que a veces, en su providencia, Dios 421 ponga a nuestros jóvenes en compañía de quienes son impuros e intemperantes. Si ellos están dispuestos a cooperar con él, les dará fuerza de propósito y poder para resistir la tentación, como los dio a Daniel y a sus compañeros en Babilonia. Deben mantenerse en constante comunión con Dios, conservarse puros, negarse a hacer cualquier cosa que habría de deshonrar a Dios, y vivir siempre sinceramente para su gloria. Deben velar por las almas, trabajar fervorosamente por aquellos en quienes la imagen de Dios se ha borrado, procurando reformarlos, elevarlos y ennoblecerlos.*

Eiíjanse amistades serias.-
Los jóvenes que están en armonía con Cristo elegirán compañeros que les ayudarán a hacer el bien, y rehuirán la sociedad de los que no les presten ayuda en el desarrollo de los buenos principios y nobles propósitos. En todo lugar se hallarán jóvenes cuya mente se ha formado en un molde inferior. Cuando se vean en compañía de esta clase, los que se han puesto sin reserva de parte de Cristo, se mantendrán firmes por aquello que la razón y la conciencia les dicen que es correcto.*

Aquellos que quieran adquirir un carácter íntegro deben elegir como asociados a quienes sean de inclinación seria, reflexiva y religiosa. Los que han contado el costo, y desean edificar para la eternidad, deben poner buen material en su edificación. Si aceptan maderas podridas, si se conforman con deficiencias de carácter, el edificio quedará condenado a la ruina. Presten todos atención a cómo edifican. La tempestad de la tentación lanzará sus embates contra el edificio, y a menos que éste se halle firme y fielmente construido, no resistirá la prueba.*

Por el trato con los que andan de acuerdo con los buenos principios, aun los negligentes aprenderán a amar la justicia. Y por la práctica del bien hacer, se creará en el corazón una repugnancia por lo trivial, común y diferente de los principios de la Palabra de Dios.* 423

75. Dirección Paternal en Asuntos Sociales
Influencias casi abrumadoras.-
La mala influencia que rodea a nuestros niños es casi abrumadora; está corrompiendo sus mentes y arrastrándolos a la perdición. Las mentes juveniles son por naturaleza dadas a la liviandad; y en tierna edad, antes que su carácter esté formado y su juicio maduro, manifiestan a menudo su preferencia por compañías que ejercen sobre ellos una influencia perjudicial.*

Si mi voz pudiese alcanzar a los padres en todo el país, los amonestaría a que no cedan a los deseos de sus hijos en lo que respecta a elegir compañeros o asociados. Poca consideración conceden los padres al hecho de que los jóvenes reciben las impresiones perjudiciales con más facilidad que las divinas. Por lo tanto, sus relaciones deben ser de la índole más favorable para que el desarrollo de la gracia y para que la verdad revelada en la Palabra de Dios arraigue en el corazón.*

Colóquese a los jóvenes en las circunstancias más favorables que se pueda; porque las compañías que frecuenten, los principios que adopten, los hábitos que contraigan, decidirán con certidumbre infalible la cuestión de su utilidad aquí y de sus intereses futuros y eternos.*

Peligros de la libertad ilimitada.-
Padres, vuestros hijos y vuestras hijas no son debidamente guardados. Nunca debiera permitírseles ir y venir cuando les agrade, sin vuestro conocimiento ni consentimiento. La libertad ilimitada que se concede 424 a los hijos en esta época ha causado la ruina de millares. ¡A cuántos se permite estar en la calle por la noche mientras que sus padres se conforman con permanecer en la ignorancia acerca de las compañías que frecuentan! Demasiado a menudo eligen compañeros cuya influencia tiende tan sólo a desmoralizarlos.
Al amparo de la obscuridad, los jóvenes se reunen en grupos para recibir sus primeras lecciones en lo que se refiere a los juegos de naipes y los de azar, así como a fumar y beber vino o cerveza. Los hijos de padres religiosos se aventuran en las tabernas para comer ostras o cosas por el estilo, y se ponen así en el camino de la tentación. La misma atmósfera de esos lugares está impregnada de blasfemias y contaminación. Nadie puede permanecer mucho en ella sin corromperse. En tal ambiente es donde jóvenes promisorios se transforman en ebrios y criminales. Hay que protegerlos contra los mismos comienzos del mal. Padres, a menos que sepáis que vuestros hijos están en lugares intachables, no les permitáis que vayan a la calle después de anochecer para participar en deportes al aire libre, o con el fin de encontrarse con otros jóvenes para divertirse. Si se aplica rígidamente esta regla, llegará a ser habitual el acatarla, y cesará el deseo de transgredirla.*

Los padres deben elegirlos.-
Los padres deben recordar que la compañía de los de baja moralidad y carácter grosero ejercerá una influencia perjudicial sobre los jóvenes. Si no eligen la debida sociedad para sus hijos, y les permiten tratar con jóvenes de moralidad dudosa, los colocan, o permiten que se coloquen en una escuela donde se enseñan y practican lecciones de depravación. Puede ser que ellos piensen que sus hijos son bastante fuertes para resistir la tentación; pero ¿cómo pueden estar seguros de esto? Es mucho más fácil ceder a las malas influencias que resistirlas. Antes que se den cuenta de ello, sus hijos estarán imbuídos con el espíritu de 425 sus compañeros y ya estarán tal vez degradados o arruinados.*

Los peligros de los jóvenes quedan grandemente acrecentados cuando se los asocia con gran número de otros jóvenes de diverso carácter y hábitos de vida. En tales circunstancias, muchos padres se inclinan a relajar más bien que a duplicar sus propios esfuerzos por custodiar y regir a sus hijos.*

Unidos y con oración, el padre y la madre deben llevar la grave responsabilidad de guiar correctamente a sus hijos. Cualesquiera que sean las otras cosas que descuiden, nunca deben dejar a sus hijos en libertad para errar por las sendas del pecado. Muchos padres permiten a sus hijos que salgan y obren como les agrade, que se diviertan por su cuenta y elijan malas compañías. En el día del juicio esos padres llegarán a saber que sus hijos perdieron el cielo porque no fueron mantenidos bajo la restricción del hogar.*

¿Dónde pasan sus veladas?-
A cada hijo e hija debe pedírsele cuenta si se ausenta de la casa de noche. Los padres deben saber en qué compañía se hallan sus hijos, y en casa de quién pasan sus veladas. Algunos hijos engañan a sus padres con mentiras para evitar que quede expuesta su mala conducta.*

Sin cultivo, las malezas predominan.-
Con demasiada frecuencia los padres dejan que sus hijos elijan por su cuenta sus diversiones, sus compañeros y su ocupación. El resultado es el que sería razonable esperar. Déjese un campo sin cultivo, y producirá espinas y cardos. Nunca se verá que una hermosa flor o un arbusto selecto sobresalga entre las malas hierbas venenosas y de mal aspecto. La zarza inútil crecerá en forma exuberante sin recibir el menor cuidado, mientras que otras plantas, apreciadas por su utilidad o belleza, requieren un cultivo esmerado. Así sucede con nuestros jóvenes. Si se desea que adquieran hábitos correctos y se amolden a los buenos principios, hay que hacer una obra fervorosa. Corregir 426 los malos hábitos es una tarea que requiere diligencia y perseverancia.*

Acostúmbrense a confiar en sus padres.-
Padres, custodiad como a la niña del ojo los principios y hábitos de vuestros hijos. No les permitáis asociarse con persona alguna cuyo carácter no conozcáis. No les permitáis trabar intimidad con nadie hasta que no estéis seguros de que no los perjudicará. Acostumbrad a vuestros hijos a confiar en vuestro juicio y experiencia. Enseñadles que tenéis una percepción más clara del carácter que la que ellos pueden tener en su inexperiencia, y que no deben despreciar vuestras decisiones.*

Restricciones firmes, pero bondadosas.-
Los padres no deben ceder a las inclinaciones de sus hijos, sino seguir la clara senda del deber que Dios trazó, y restringirlos con bondad, negarles con firmeza y determinación, aunque con amor, lo que deseen equivocadamente y alejar sus pasos del mundo hacia el cielo mediante la oración y esfuerzos fervientes y perseverantes. No se debe dejar que los niños vaguen por cualquier camino hacia el cual se sientan inclinados, ni que se desvíen de la senda recta entrando en avenidas abiertas por todos lados. Nadie corre mayor peligro que aquellos que no recelan del peligro y se impacientan frente a los consejos y a las palabras de cautela.*

Proteged a vuestros hijos contra toda influencia censurable; porque en la infancia están más sujetos a recibir impresiones, sean de dignidad moral, pureza y hermosura del carácter, o de egoísmo, impureza y desobediencia. Si se los somete a la influencia de un espíritu de murmuración, orgullo, vanidad e impureza, la mancha puede resultar tan indeleble como la vida misma.*

Al hecho de que la educación recibida en el hogar es defectuosa se debe que los jóvenes estén tan poco dispuestos a someterse a la autoridad correspondiente. Yo soy madre, y sé de qué hablo cuando digo que los jóvenes y niños están, no 427 solamente más seguros sino también más felices, bajo una sana restricción que cuando siguen su propia inclinación.*

Las visitas no acompañadas.-
Algunos padres cometen el error de conceder a sus hijos demasiada libertad. Tienen a veces tanta confianza en ellos que no ven sus defectos. Es malo permitir a los niños realizar visitas distantes que entrañan cierto gasto, sin estar acompañados de sus padres o tutores. Ello tiene una mala influencia sobre los niños. Llegan a pensar que son muy importantes y que les pertenecen ciertos privilegios, y si éstos no les son concedidos, se creen maltratados. Hacen alusión a otros niños que van y vienen y tienen muchos privilegios, mientras que ellos tienen tan pocos.

Y la madre, temiendo que sus hijos la crean injusta, satisface sus deseos, lo cual les causa gran perjuicio. Los jóvenes visitantes, que no se hallan bajo el ojo vigilante de alguno de sus padres, de modo que éstos puedan ver y corregir sus faltas, reciben a menudo impresiones cuya supresión requiere meses.*

Los consejos imprudentes.-
Retened a vuestros hijos en casa; y si hay quienes os dicen: "Sus hijos no sabrán conducirse en el mundo," contestad a vuestras amistades que no os preocupáis mucho acerca del asunto, sino que deseáis llevarlos al Maestro para que los bendiga, así como antiguamente las madres llevaron a sus hijos a Jesús. Decid a vuestros consejeros: "Los hijos son herencia del Señor, y yo quiero ser fiel a mi cometido. . . . Mis hijos deben criarse de tal manera que no serán arrebatados por las influencias del mundo sino que, cuando sean tentados a pecar, sabrán pronunciar un rotundo No.". . . Decid a vuestros amigos y vecinos que queréis ver a vuestra familia dentro de las puertas de la hermosa ciudad.*

Les esperan grandes pruebas.-
Debe educarse a los niños de tal manera que consideren normal la perspectiva de hacer frente a dificultades, tentaciones y peligros. Se les debe enseñar 428 a ejercer dominio sobre sí mismos y a vencer noblemente las dificultades; y si no se precipitan voluntariosamente al peligro ni se colocan innecesariamente en el camino de la tentación, si evitan las malas influencias y la sociedad viciosa, y luego se ven inevitablemente obligados a estar en compañía peligrosa, tendrán fuerza de carácter para quedar de parte del bien y de los buenos principios, y mediante la fuerza de Dios saldrán con su moralidad intacta. Las facultades morales de los jóvenes que han sido debidamente educados, y que pongan su confianza en Dios, podrán resistir la prueba más severa.* 429

76. Fiestas y Aniversarios
Necesidad de dirección al celebrarlos.-
Vi que no debemos festejar los días feriados como los festeja el mundo, y sin embargo no debemos pasarlos por alto, sin prestarles atención, porque esto dejaría descontentos a nuestros hijos. En estos tiempos, cuando hay peligro de que nuestros hijos estén expuestos a malas influencias y sean corrompidos por los placeres y la excitación del mundo, procuren los padres preparar algo que reemplace las diversiones más peligrosas. Haced comprender a vuestros hijos que pensáis en su bienestar y felicidad.*

Por la observancia de los días de fiesta, tanto la gente del mundo como los miembros de las iglesias han llegado a creer que dichos días son esenciales para la salud y la felicidad; pero los resultados revelan que el mal abunda en ellos.*

Nos hemos esforzado en serio por hacer que las fiestas fueran tan interesantes como se pudiera para los jóvenes y los niños mientras cambiábamos ese orden de cosas. Nuestro fin era mantenerlos alejados de las escenas de diversión entre incrédulos.*

¿Anotará el ángel: "Un día perdido"?-
Una vez terminado un día en que se buscó placer, ¿dónde está la satisfacción de los buscadores? Como obreros cristianos, ¿a quiénes han ayudado a llevar una vida mejor, más elevada y más pura? ¿Qué verían si pudieran mirar lo anotado por el ángel en el registro? ¿Un día perdido? Para sus almas y para el servicio de Cristo, el día se perdió porque ningún bien se hizo durante 430 sus horas. Podrán disponer de otros días, pero jamás tendrán aquel día pasado en la ociosidad y las charlas insensatas entre jóvenes varones y niñas.
Nunca volverán a presentarse aquellas mismas oportunidades. Habría sido mejor que en aquel día de fiesta se hubiesen dedicado al trabajo más arduo. No dieron a su día de fiesta el empleo correcto, y pasó a la eternidad para que en el juicio los confronte como un día mal empleado.*

Los cumpleaños son ocasiones para alabar a Dios.-
Bajo la economía judaica, Dios había ordenado que se le presentara una ofrenda en ocasión del nacimiento de los hijos. Ahora vemos a los padres procurar en forma especial ofrecer regalos a sus hijos en sus cumpleaños. Hacen de ello una ocasión para honrar al niño, como si se debiera honrar a un ser humano. En esto Satanás ha logrado lo que quería y ha distraído hacia los seres humanos la atención y los regalos, de manera que los pensamientos de los niños se dirigen a sí mismos, como si hubieran de ser objeto de favores especiales. . . .

En ocasión de los cumpleaños se debe enseñar a los niños que tienen motivos por agradecer a Dios por su bondad que les conservó la vida otro año. Así se les puede dar lecciones preciosas. Estamos en deuda con el Dador de todas las mercedes tanto por la vida, la salud, el alimento y el vestido, como por la esperanza de vida eterna. Debemos, pues, reconocer sus dones y presentar nuestras ofrendas de gratitud a nuestro mayor benefactor. Estos regalos de cumpleaños son reconocidos por el Cielo.*

Es el momento de repasar lo hecho.-
Enseñadles a repasar el año de su vida que ha transcurrido, a considerar si les agradaría hallarse frente a lo anotado en los libros del cielo. Estimulad en ellos serias reflexiones acerca de si su comportamiento, sus palabras y sus obras fueron de un carácter que agrado a Dios. ¿Hicieron que sus vidas fueran más semejantes a la de Cristo y hermosas a los ojos de Dios? Enseñadles 431 el conocimiento del Señor, sus caminos y sus preceptos.*

La obra de Dios en primer lugar.-
He dicho a mi familia y a mis amistades que mi deseo es que nadie me haga un regalo de cumpleaños o de Navidad, a menos que sea con el permiso de transferirlo a la tesorería del Señor, para ser asignado al establecimiento de las misiones.*

¿Cómo observaremos el Día de Acción de Gracias?-*
Se acerca nuestro Día de Acción de Gracias. ¿Será, como ha sido en muchos casos, una manifestación de agradecimiento hacia nosotros mismos? ¿O será un día de agradecimiento a Dios? Nuestros días de acción de gracias pueden ser ocasiones de gran beneficio para nuestras almas, así como para otras personas, si aprovechamos la oportunidad para recordar a los pobres que hay entre nosotros. . . .

Pueden idearse cien maneras de ayudar a los pobres con tanta delicadeza que les hagamos sentir que nos hacen un favor al recibir nuestros regalos y nuestra simpatía. Debemos recordar que es más bienaventurado dar que recibir. Las atenciones de nuestros hermanos son más liberales cuando las tributan a personas a quienes desean honrar, y cuyo respeto desean, pero que no necesitan su ayuda. La costumbre y la moda dicen: Dad a aquellos que os darán; pero no es la regla que dicta la Biblia para regir los donativos. La Palabra de Dios se declara contraria a esta manera de satisfacernos a nosotros mismos al otorgar nuestros regalos, y dice: "El . . . que da al rico, ciertamente será pobre."

Llega una ocasión en la cual nuestros principios serán probados. Empecemos a preguntarnos qué podemos hacer para los menesterosos de Dios. Podemos hacerlos, por nuestro 432 intermedio, recipientes de las bendiciones de Dios. Reflexionemos acerca de qué viuda, qué huérfano, qué familia pobre, podremos aliviar, no de una manera ostentosa, sino como intermediarios de la bendición del Señor a sus pobres. . . .

Pero esto no abarca todo nuestro deber. Hagamos una ofrenda a nuestro mejor Amigo; reconozcamos sus bondades; manifestemos nuestra gratitud por sus favores; llevemos una ofrenda de agradecimiento a Dios. . . . Hermanos y hermanas, tengamos una comida sencilla el Día de Acción de Gracias, y con el dinero que gastaríamos en cosas adicionales para halagar el apetito, presentemos una ofrenda de agradecimiento a Dios.*

No observemos ya el Día de Acción de Gracias para halagar el apetito y glorificar al yo. Tenemos motivo por presentarnos en los atrios del Señor con ofrendas de gratitud porque nos conservó la vida un año más. . . . Si ha de haber banquete, sea para los que están en necesidad.*

Un Día de Acción de Gracias.-*
Pienso que tenemos algo por lo cual estar agradecidos. Debemos alegramos y regocijarnos en Dios porque nos ha concedido muchas mercedes. . . Queremos que este Día de Acción de Gracias sea todo lo que implica. No permitamos que se pervierta ni que haya escorias mezcladas con nuestro agradecimiento. Sea más bien ese día lo que su nombre implica, es decir dedicado a dar gracias. Asciendan nuestras voces en alabanza a Dios.*

Días dedicados a Dios.-
¿No sería bueno que nosotros dedicásemos a Dios fiestas durante las cuales podríamos hacer revivir en nuestra mente el recuerdo del trato que él nos ha dispensado? ¿No sería bueno considerar sus bendiciones pasadas, recordar las amonestaciones impresionantes que dirigió a nuestras almas para que nos olvidásemos de él? 433

El mundo tiene muchas fiestas, y los hombres se han dejado enfrascar en deportes, carreras de caballos, juegos, hábitos de fumar y emborracharse. . . .
¿No tendrá el pueblo de Dios, con más frecuencia, santas convocaciones para dar gracias a Dios por sus ricas bendiciones?*

Oportunidades de hacer obra misionera.-
Necesitamos en la iglesia hombres capaces de desarrollarse en la tarea de organizar y dar trabajo práctico a jóvenes y señoritas para que alivien las necesidades de la humanidad y trabajen para salvar las almas de hombres, mujeres, jóvenes y niños. Será imposible que todos dediquen el total de su tiempo a esa obra, debido al trabajo que deben hacer para ganarse la vida. Sin embargo, disponen de las fiestas y otros momentos que pueden dedicar a la obra cristiana y así hacer bien, aun cuando sus recursos no les permitan dar mucho.*

Cuando tenéis una fiesta, haced de ella un día agradable y feliz para vuestros hijos, y haced también que sea un día agradable para los pobres y afligidos. No dejéis transcurrir el día sin llevar a Jesús ofrendas de agradecimiento.* 434

77. La Navidad
La fiesta de la Navidad.-
"Ya llega la Navidad," es la nota que resuena por el mundo, del este al oeste y del norte al sur. Para los jóvenes, para los de edad madura y aun para los ancianos, es una ocasión de regocijo general. Pero, ¿qué es la Navidad para que requiera tanta atención?. . .

Se dice que el 25 de diciembre es el día en que nació Jesucristo, y la observancia de ese día se ha hecho costumbre popular. Sin embargo, no hay seguridad de que estemos guardando el día preciso en que nació nuestro Salvador. La historia no nos da pruebas ciertas de ello. La Biblia no señala la fecha exacta. Si el Señor hubiese considerado tal conocimiento como esencial para nuestra salvación, habría hablado de ello por sus profetas y apóstoles, a fin de dejarnos enterados de todo el asunto. Por lo tanto, el silencio de las Escrituras al respecto nos parece evidencia de que nos fue ocultado con el más sabio de los propósitos.
En su sabiduría, el Señor no reveló el lugar donde había sepultado a Moisés. Le enterró, luego le resucitó y lo llevó al cielo. Obró así en secreto para evitar la idolatría. Aquel contra quien se habían rebelado [los israelitas] mientras estaba en servicio activo, aquel a quien provocaron casi más allá de lo que podía soportar un ser humano, fue casi adorado como Dios después que la muerte lo separó de ellos. Por el mismo motivo Dios ocultó el día preciso en que nació Cristo, a fin de que ese día no recibiese el honor que debía darse a Cristo como Redentor del mundo y el único que debía ser recibido 435 y en quien se debía confiar por ser el único capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que se allegan a él. La adoración del alma debe tributarse a Jesús como Hijo del Dios infinito.*

Es difícil pasarla por alto.-
En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito.

Es necesario tratar a los jóvenes con mucho cuidado. No se les debe dejar que en ocasión de Navidad busquen diversión en la vanidad y la búsqueda de placeres, o en pasatiempos que pudieran perjudicar su espiritualidad. Los padres pueden controlar esto dirigiendo la atención y las ofrendas de sus hijos hacia Dios y su causa, y hacia la salvación de las almas.

En vez de ser ahogado y prohibido arbitrariamente, el deseo de divertirse debe ser controlado y dirigido por esfuerzos esmerados de parte de los padres. Su deseo de hacer regalos puede ser desviado por cauces puros y santos a fin de que beneficie a nuestros semejantes al suplir la tesorería con recursos para la grandiosa obra que Cristo vino a hacer en este mundo. La abnegación y el sacrificio propio caracterizaron su conducta, y deben caracterizar también la de los que profesamos amar a Jesús porque en él se concentra nuestra esperanza de vida eterna.*

El intercambio de regalos.-
Se acerca la época de las fiestas con su intercambio de regalos, y tanto los jóvenes como los adultos consideran atentamente que pueden dar a sus amigos en señal de afectuoso recuerdo. Por insignificantes que sean los regalos, es agradable recibirlos de aquellos a quienes amamos. Constituyen una demostración de que no nos han olvidado, y parecen estrechar un poco más los lazos que nos unen con ellos. . . . Está bien que nos otorguemos unos a otros pruebas de cariño y aprecio con tal que no olvidemos a Dios, 436 nuestro mejor Amigo. Debemos hacer regalos que sean de verdadero beneficio para quienes los reciban. Yo recomendaría libros que ayuden a comprender la Palabra de Dios o que acrecienten nuestro amor por sus preceptos. Proveamos algo que leer para las largas veladas del invierno.*

Libros recomendados para los niños.-
Son muchos los que no tienen libros ni publicaciones relativas a la verdad presente. Representan, sin embargo, un importante renglón en el cual se puede invertir dinero. Son muchos los pequeñuelos a quienes se debieran proveer buenas lecturas. Las series de lecturas y Poesías para el Sábado* son libros preciosos que pueden introducirse en todo hogar. Las muchas sumas pequeñas que suelen gastarse en caramelos y juguetes inútiles pueden guardarse para tener con que comprar tales libros. . . .

Los que quieran ofrecer regalos valiosos a sus hijos, nietos o sobrinos, pueden proporcionarles los libros mencionados arriba, que se destinan a los niños. Para los jóvenes, la Vida de José Bates es un tesoro; también lo son los tres tomos de El Espíritu de Profecía.* Estos tomos debieran estar en cada hogar del país. Dios está dando luz del cielo, y ni una sola familia debiera quedar privada de ella. Sean los regalos que ofrezcáis de tal índole que derramen rayos de luz sobre la senda que conduce al cielo.*

No debe olvidarse a Jesús.-
Hermanos y hermanas, mientras estáis pensando en los regalos que queréis ofreceros unos a otros, quisiera haceros acordar de nuestro Amigo celestial, no sea que olvidéis lo que él nos pide. ¿No le agradará nuestra demostración de que no le hemos olvidado? Jesús, el Príncipe de vida, lo dio todo para poner la salvación a nuestro alcance. 437

. . .Hasta sufrió la muerte, para poder darnos la vida eterna.
Mediante Cristo es como recibimos toda bendición. . . . ¿No compartirá nuestro Benefactor celestial las pruebas de nuestra gratitud y amor? Venid, hermanos y hermanas, con vuestros hijos, aun con los niños de brazos, y traed vuestras ofrendas a Dios de acuerdo con lo que podáis dar. Hónrenle vuestros corazones con melodías y alabadle con vuestros labios.*

Es tiempo para honrar a Dios.-
El mundo dedica las fiestas a la frivolidad, el despilfarro, la glotonería y la ostentación. . . . En ocasión de las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y prácticas de esta época de degeneración; y en vez de gastar recursos simplemente para satisfacer el apetito y comprar inútiles adornos o prendas de vestir, podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión de honrar y glorificar a Dios.*

Cristo debe ser el objeto supremo; pero en la forma en que se ha estado observando la Navidad, la gloria se desvía de él hacia el hombre mortal, cuyo carácter pecaminoso y defectuoso hizo necesario que el Salvador viniese a nuestro mundo. Jesús, la Majestad del cielo, el Rey del cielo, depuso su realeza, dejó su Trono de gloria, su alta investidura, y vino a nuestro mundo para traer auxilio divino al hombre caído, debilitado en su fuerza moral y corrompido por el pecado. . . .

Los padres debieran recordar estas cosas a sus hijos e instruirlos, renglón tras renglón, precepto tras precepto, en su obligación para con Dios, no en la que creen tener uno hacia otro, de honrarse y glorificarse mutuamente con regalos.*

Encaucemos sus pensamientos.-
Son muchas las cosas que pueden idearse con buen gusto y a un costo mucho menor que el de los regalos innecesarios que con tanta frecuencia se ofrecen a los niños y a los parientes. Así se manifestará cortesía en el hogar y habrá felicidad en él. 438

Podéis enseñar una lección a vuestros hijos al explicarles vuestros motivos por hacer cambios con respecto al valor de sus regalos y decirles que os convencisteis de que solíais considerar su placer antes que la gloria de Dios. Decidles que pensabais más en vuestro propio placer y en la satisfacción de ellos que en el progreso de la causa de Dios, a la cual descuidabais para manteneros en armonía con las costumbres y las tradiciones del mundo, haciendo regalos a quienes no los necesitaban. Como los antiguos magos, podéis ofrecer a Dios vuestros mejores regalos y demostrarle por vuestras ofrendas que apreciáis el don que hizo a un mundo pecaminoso. Encauzad los pensamientos de vuestros hijos en una nueva dirección, que los haga altruistas al incitarlos a presentar ofrendas a Dios por el don de su Hijo unigénito.*

"¿Tendremos árbol de Navidad?"-
Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto.* Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que éste estriba en el motivo que hace obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol.

El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración.*

Las fiestas de Navidad y Año Nuevo pueden y deben celebrarse 439 en favor de los desamparados. Dios es glorificado cuando damos para ayudar a los que han de sustentar familias numerosas.*

No es un pecado-
No adopten los padres la conclusión de que un árbol de Navidad puesto en la iglesia para distraer a los alumnos de la escuela sabática es un pecado, porque es posible hacer de él una gran bendición. Dirigid la atención de esos alumnos hacia fines benévolos. En ningún caso debe ser la simple distracción el objeto de esas reuniones. Aunque algunos truequen estas ocasiones en momentos de negligente liviandad y no reciban la impresión divina, para otras mentes y caracteres dichas ocasiones resultan altamente benéficas. Estoy bien convencida de que pueden idearse substitutos inocentes para muchas reuniones desmoralizadoras.*

Diversiones inocentes.-
¿No os levantaréis, mis hermanas y hermanos cristianos, y no habréis de ceñiros para cumplir vuestro deber en el temor de Dios, y no ordenaréis este asunto de modo que, en vez de carecer de interés, rebose de placer inocente y lleve la señal del cielo? Sé que la clase más pobre responderá a esta sugestión. Los más ricos también debieran manifestar interés y dar regalos y ofrendas proporcionales a los recursos que Dios les confió. ¡Ojalá que en los libros del cielo se hagan acerca de la Navidad anotaciones cual nunca se las vio, por causa de los donativos que se ofrezcan para sostener la obra de Dios y el fortalecimiento de su reino!.* 440

78. La Familia Como Centro Misionero
Dirijan correctamente los padres a sus hijos.-
A nosotros, como padres cristianos, nos toca dar a nuestros hijos la debida dirección. Deben ser guiados con cuidado, prudencia y ternura en la senda del ministerio cristiano. Un pacto sagrado con Dios nos impone la obligación de educar a nuestros hijos para servirle. Rodearlos de una influencia que los lleve a escoger una vida de servicio, y darles la educación necesaria para ello, tal es nuestro primer deber.*

Pueden ser como Daniel y Ester.-
El propósito de Dios para con los niños que crecen en nuestros hogares es más amplio, más profundo, y más elevado de lo que ha comprendido nuestra restringida visión. En lo pasado, Dios ha llamado a personas de origen humilde a las cuales ha visto fieles para que diesen testimonio de él en los sitios más encumbrados del mundo. Y más de un muchacho de hoy día que crezca como Daniel en su hogar de Judea, estudiando la Palabra de Dios y sus obras y aprendiendo lecciones de servicio fiel, se hallará aún ante asambleas legislativas, en tribunales de justicia, o en cortes reales, como testigo del Rey de reyes. Multitudes serán llamadas a un ministerio más amplio. El mundo entero se abre al Evangelio.... De toda región del mundo, llega el clamor de corazones heridos por el pecado que ansían conocer al Dios de amor.... A los que hemos recibido este conocimiento, junto con nuestros hijos a quienes podemos 441 impartirlo, nos toca responder a su clamor. A toda casa y toda escuela, a todo padre, maestro y niño sobre los cuales ha brillado la luz del Evangelio, se hace en esta crisis la pregunta hecha a Ester en aquella crisis decisiva de la historia de Israel: "¿Quién sabe si para esta hora te han hecho llegar al reino?"*

Maneras de testificar por Cristo.-
Todos no pueden ir a los campos extranjeros como misioneros, pero cada cual puede hacer trabajo misionero en su familia y en su vecindario. Los miembros de iglesia pueden comunicar el mensaje de muchas maneras a quienes los rodean. Uno de los medios más eficaces es vivir una vida cristiana útil y desinteresada. Aquellos que pelean la batalla de la vida con grandes desventajas, pueden ser animados y fortalecidos por medio de pequeñas atenciones que no cuestan nada. Las palabras amables dichas con sencillez, junto con pequeñas atenciones, bastarán a veces para disipar las nubes de la tentación y de la duda que cubren las almas. Una simpatía cristiana, del corazón, expresada con franqueza, puede abrir la puerta de los corazones que necesitan el delicado toque del Espíritu del Señor.*

Un vasto campo de actividad se abre delante de las mujeres así como de los hombres. Se necesitan cocineras competentes, costureras y enfermeras. Enseñad a los pobres a cocinar los alimentos, a remendar sus ropas, a atender a los enfermos y a cuidar debidamente sus casas. Debiera acostumbrarse a los niños a hacerse útiles prestando pequeños servicios a los que son menos favorecidos que ellos.*

Niños y jóvenes que sirven a otros.-
Algunos dirán, tratando de disculparse: "Mis deberes domésticos y mis hijos exigen todo mi tiempo y todos mis recursos." Padres, vuestros hijos pueden ser para vosotros una ayuda que acreciente vuestras fuerzas y capacidades de trabajar para el Maestro. Los niños son los miembros más jóvenes de la familia del Señor. Deben ser inducidos a consagrarse a Dios, a quien 442 pertenecen por derecho de creación y de redención. Se les debe enseñar que todas sus energías del espíritu, del cuerpo y del alma pertenecen al Señor. Hay que enseñarles a servir en diferentes actividades útiles y desinteresadas. No permitáis que vuestros hijos sean impedimentos. Ellos deben compartir con vosotros vuestras cargas espirituales así como las materiales. Al ayudar a otros, ellos acrecientan su propia felicidad y utilidad.*

Si en cada iglesia los jóvenes de uno y otro sexo se consagraran solemnemente a Dios, si practicaran la abnegación en la vida familiar, aliviando a sus madres cansadas y acongojadas, ¡qué cambio no se vería en nuestras iglesias! La madre podría hallar tiempo para hacer visitas en el vecindario. Según tuvieran oportunidad, los niños, aun en tierna edad, podrían ayudar haciendo pequeños mandados de misericordia y amor en beneficio de otras personas. Así se podría entrar en miles de hogares pobres y menesterosos que no conocen nuestra fe. En muchas familias, podrían colocarse libros referentes a salud y temperancia. Hacer circular tales libros es obra importante; porque contienen preciosos conocimientos acerca de cómo tratar las enfermedades, conocimientos que serían de gran bendición para los que no pueden gastar en visitas de médico.*

Dios quiere pequeños misioneros.-
Dios quiere que todo niño de tierna edad sea hijo suyo, adoptado en su familia. Aun cuando sus años sean pocos, los jóvenes pueden ser miembros de la familia de la fe y gozar una experiencia preciosa.* Durante sus primeros años los niños pueden ser útiles en la obra de Dios. . . . El les dará su gracia y su Espíritu Santo, para que venzan la impaciencia, la irritabilidad y todo pecado. Jesús ama a los niños. Les reserva bendiciones y se deleita en verlos obedecer a sus padres. Desea que sean sus pequeños misioneros, que sacrifiquen sus propias inclinaciones y sus 443 deseos de placer egoísta a fin de servirle; y este servicio es tan aceptable para Dios como lo es el de sus hijos adultos.*

Por sus preceptos y su ejemplo, los padres han de enseñar a sus hijos a trabajar por los inconversos. Los niños deben ser educados de tal manera que simpaticen con los ancianos y afligidos y procuren aliviar los padecimientos de los pobres y angustiados. Se les debe enseñar a ser diligentes en la obra misionera; y desde sus primeros años debe inculcárseles que, a fin de colaborar con Dios, han de ser abnegados y hacer sacrificios para beneficiar a los demás y hacer progresar la causa de Cristo.*

Enseñen los padres a sus pequeñuelos la verdad tal cual es en Jesús. En su sencillez, los niños repetirán a sus compañeros lo que han aprendido.*

La iglesia tiene trabajo para los jóvenes.-
Deben los dirigentes de la iglesia idear planes para que los jóvenes de uno y otro sexo se preparen para utilizar los talentos que se les confió. Los miembros de la iglesia que tienen más edad han de procurar hacer una obra ferviente y compasiva en favor de los niños y jóvenes. Dediquen los pastores toda su habilidad a idear planes para inducir a los miembros jóvenes de la iglesia a cooperar con ellos en la obra misionera. No os imaginéis, sin embargo, que podéis despertar su interés con sólo predicar un largo sermón en la reunión misionera. Haced planes que despierten vivo interés y den a todos una parte que hacer. Preparad a los jóvenes para que hagan lo que se les asigne, y pedidles que, trayendo semana tras semana sus informes a la reunión misionera, relaten lo que experimentaron y qué éxito tuvieron por la gracia de Cristo. Tales informes, presentados por obreros consagrados, harán que las reuniones misioneras no sean tediosas ni carezcan de concurrentes. Rebosarán, más bien, de interés.*

Búsquense oportunidades.-
Hay oportunidades al alcance de cada uno. Emprended la obra que debe ser hecha en 444 vuestro vecindario y de la cual se os hace responsables.* No aguardéis a que otros os insten a avanzar. Obrad sin dilación y recordando vuestra responsabilidad individual hacia Aquel que dio su vida por vosotros. Actuad como si oyerais a Cristo invitándoos personalmente a despertar de vuestro sueño y a ejercitar toda facultad que Dios os dio para rendir lo máximo en su servicio. No os detengáis a mirar si los demás están listos para recibir la inspiración de la Palabra del Dios viviente. Si estáis cabalmente consagrados, él traerá a la verdad, por vuestro intermedio, a quienes pueda usar para transmitir la luz a muchas almas que están en tinieblas.*


Vayan familias cristianas a regiones sin luz.-
Dios invita a familias cristianas a que se trasladen en medio de las comunidades sumidas aún en las tinieblas y el error, a fin de trabajar para el Maestro con tacto y perseverancia. Se necesita renunciamiento para responder a tales llamadas. Mientras que muchos esperan que toda dificultad haya desaparecido, hay almas que mueren sin esperanza y sin Dios en el mundo. Muchas personas están dispuestas a aventurarse en regiones pestilenciales y sufrir penurias y privaciones por alguna ventaja terrenal o para adquirir conocimientos científicos. ¿Quién está dispuesto a hacer otro tanto para hablar del Salvador? ¿Dónde están los hombres y las mujeres que querrán ir a las regiones necesitadas del Evangelio para anunciar el Redentor a quienes viven en las tinieblas?*

Si hubiese familias dispuestas a establecerse en los lugares obscuros de la tierra, donde los habitantes están rodeados de lobreguez espiritual, y allí dejaran que la luz de la vida de Cristo resplandeciese por su intermedio, se podría realizar una gran obra. Comiencen su obra de una manera modesta y sosegada, sin gastar recursos de la asociación hasta que el 445 interés se extienda tanto que no lo puedan atender sin ayuda pastoral.*

Los niños harán lo que otros no puedan hacer.-
Cuando los agentes celestiales vean que no se permite más a los hombres presentar la verdad, el Espíritu de Dios descenderá sobre los niños y ellos harán en la proclamación de la verdad una labor que los obreros de mayor edad no podrán hacer, por cuanto su camino se hallará cerrado.*

En las escenas finales de la historia de esta tierra, muchos de estos niños y jóvenes asombrarán a la gente por su testimonio de la verdad, que darán con sencillez, pero con espíritu y poder. Se les habrá enseñado el temor de Jehová y su corazón habrá sido enternecido por un estudio cuidadoso de la Biblia, acompañado de oración. En el cercano futuro, muchos niños serán dotados del Espíritu de Dios, y harán en la proclamación de la verdad al mundo, una obra que en aquel entonces no podrán hacer los miembros adultos.*

Nuestras escuelas de iglesia han sido instituídas por Dios para preparar a los niños para esta gran obra. En ellas han de ser educados los niños en las verdades especiales para este tiempo y en la obra misionera práctica. Ellos han de alistarse en el ejército de obreros para auxiliar a los enfermos y a los que sufren. Los niños pueden tomar parte en la obra médico-misionera y mediante sus jotas y tildes pueden contribuir a llevarla adelante.... Por su intermedio se hará notorio el mensaje de Dios y su salud salvadora a todas las naciones. Por lo tanto, preocúpese la iglesia por los corderos del rebaño. Sean los niños educados y preparados para servir a Dios, pues ellos son la heredad del Señor.*

Aprendan trabajando.-
El amor y la lealtad a Cristo son las fuentes de todo servicio verdadero. En el corazón conmovido por su amor se engendra el deseo de trabajar por él. Estimúlese y diríjase debidamente este deseo. Ya sea en el hogar, el vecindario, o la escuela, la presencia del pobre, el 446 afligido, el ignorante o el desgraciado, no debería ser considerada como una desgracia, sino como el medio de proveer una preciosa oportunidad para el servicio.

En esta obra, como en cualquiera otra, se adquiere pericia en el trabajo mismo. Se obtiene eficiencia por medio de la preparación en los deberes comunes de la vida y en el ministerio a los necesitados y dolientes. Sin esto, los esfuerzos mejor intencionados son con frecuencia inútiles y hasta perjudiciales. Los hombres aprenden a nadar en el agua, y no en tierra.* 447



(El Hogar Cristiano de E. G. de White)