martes, 5 de julio de 2011

12. El Tamaño de la Familia


Grave perjuicio para las madres, los hijos y la sociedad
Hay padres que, sin considerar si pueden o no atender con justicia a una familia grande, llenan sus casas de pequeñuelos desvalidos, que dependen por completo del cuidado y la instrucción de sus padres. Este es un perjuicio grave, no sólo para la madre, sino para sus hijos y para la sociedad. ¿Tiene la madre suficiente fuerza para cuidar de sus hijos? Y ¿puede el padre ofrecer las ventajas que amoldarán y educarán correctamente al niño? ¡Cuán poco se tiene en cuenta el destino del niño! Sólo se piensa en satisfacer la pasión, y se imponen a la esposa y madre cargas que minan su vitalidad y paralizan su fuerza espiritual. Con la salud quebrantada y el ánimo abatido se ve rodeada de un pequeño rebaño al cual no puede atender como debiera. Careciendo de la instrucción que debieran recibir, los niños crecen para deshonrar a Dios y comunicar a otros lo malo de su propia naturaleza, y así se forma un ejército al cual Satanás maneja cono quiere.

Otros factores
Dios quiere que los padres actúen como seres racionales y vivan de tal manera que cada hijo reciba la debida educación, y que la madre tenga fuerza y tiempo para emplear sus facultades mentales en la disciplina de sus pequeñuelos a fin de que sean dignos de alternar con los ángeles. Ella debe tener valor, para desempeñar noblemente su parte y hacer su obra en el temor y amor de Dios, a fin de que sus hijos resulten en bendición para la familia y la sociedad. El esposo y padre debe considerar todas estas cosas, no sea que su esposa se vea recargada y así abrumada de abatimiento. Debe procurar que la madre de sus hijos no se vea en situación tal que no pueda atender con justicia a sus numerosos pequeñuelos y darles la debida preparación. 43

Los padres no deben aumentar sus familias más ligero de lo que pueden cuidar y educar debidamente a sus hijos. El que haya año tras año un niño en los brazos de la madre significa una gran injusticia para ella. Reduce, y a menudo destruye, para ella el placer social y alimenta la miseria doméstica. Priva a sus hijos del cuidado, de la educación y de la felicidad que los padres tienen el deber de otorgarles.

Consejos a los padres de una familia grande
La cuestión que debéis decidir es ésta: "¿Estoy criando una familia de hijos para fortalecer la influencia de las potestades de las tinieblas y para aumentar sus filas, o estoy criando hijos para Cristo?" Si no gobernáis a vuestros hijos ni modeláis su carácter para satisfacer las exigencias de Dios, entonces cuantos menos sean los hijos que sufran por vuestra educación deficiente, mejor será para vosotros, los padres, y para la sociedad. A menos que los niños puedan ser educados y disciplinados desde su infancia por una madre sabia, juiciosa, concienzuda e inteligente que, modelando el carácter de ellos según la norma de justicia, gobierne a su familia en el temor del Señor, es un pecado aumentar la familia. Dios os ha dado la facultad del raciocinio y exige que la empleéis.

Consideraciones económicas
[Los padres] deben considerar con calma cómo han de proveer para sus hijos. No tienen derecho de traer al mundo hijos para que sean una carga para otros. ¿Tienen una ocupación con la cual pueden contar para sostener a una familia sin que necesiten ser una carga para otros? Si no la tienen, cometen un crimen al traer a este mundo hijos para que sufran por falta de cuidados, alimentos y ropas convenientes. Los que carecen seriamente de tino comercial y que son los menos preparados para progresar en el mundo llenan o generalmente sus casas de hijos, mientras que por lo común los hombres capacitados para adquirir propiedades no tienen más hijos de los que pueden atender debidamente. Los que no están preparados para atenderse a sí mismos no debieran tener hijos. 44


(Felicidad Y Armonía En El Hogar de E. G. de White)

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