48. Cómo Estima el Cielo a los Niños
Comprados por la sangre de Cristo.-
Cristo asignaba a los niños un valor tan elevado que dio su vida por ellos. Tratadlos como a quienes fueron comprados por su sangre. Con paciencia y firmeza educadlos para él. Disciplinadlos con amor y paciencia. Mientras hagáis esto, llegarán a ser para vosotros una corona de regocijo y resplandecerán como luces en el mundo.*
El niño más pequeño que ama y teme a Dios es mayor a su vista que el hombre más instruido y talentoso que descuida la gran salvación. Los jóvenes que consagran su corazón y vida a Dios se han puesto, al hacerlo, en contacto con la Fuente de toda sabiduría y excelencia.*
"De los tales es el reino de Dios."-
El alma del pequeñuelo que cree en Cristo es tan preciosa a sus ojos como los ángeles que rodean su trono. Los niños deben ser llevados a Cristo y educados para él. Debe guiárselos en la senda de la obediencia, y no favorecer la satisfacción de su apetito o su vanidad.*
Si tan sólo quisiéramos aprender las lecciones admirables que Jesús procuro enseñar a sus discípulos mediante un niñito, ¡cuántas cosas que parecen ahora dificultades insuperables desaparecerían! Cuando los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: "¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?253 ... llamando Jesús a un niño, le puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvierais y fuereis como un niño, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humillaré como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos." *
Son propiedad de Dios confiada a los padres.-
Los niños reciben la vida y el ser de sus padres, y sin embargo es al poder creador de Dios al que vuestros hijos deben la vida, porque Dios es el Dador de ella. Recuérdese que los niños no han de ser tratados como si fuesen nuestra propiedad personal. Los hijos son herencia del Señor, y el plan de redención incluye la salvación de ellos tanto como la nuestra. Han sido confiados a sus padres para que éstos los críen en la disciplina y admonición del Señor, a fin de que sean preparados para hacer su obra en este tiempo y en la eternidad.*
Madres, tratad amablemente con vuestros pequeñuelos. Cristo fue una vez un niñito. Por amor suyo, honrad a los niños. Consideradlos como un cometido sagrado, no para mimarlos y hacer de ellos ídolos, sino para enseñarles a vivir una vida pura y noble. Son propiedad de Dios; él los ama y os invita a cooperar con él para ayudarles a adquirir un carácter perfecto.*
Si queréis ir en paz al encuentro de Dios, suministrad ahora alimento espiritual a su grey, porque cada niño tiene la posibilidad de alcanzar la vida eterna. Los niños y los jóvenes son el tesoro peculiar de Dios.*
Es necesario inculcar a los jóvenes la verdad de que sus dones no les pertenecen. La fuerza, el tiempo, el intelecto, no son sino tesoros prestados. Pertenecen a Dios, y todo joven debería resolverse a darles el uso más elevado; él es una rama de la cual Dios espera fruto; un mayordomo cuyo capital debe producir renta; una luz para iluminar la obscuridad del mundo. Todo joven y niño tiene una obra que hacer para honra de Dios y elevación de la humanidad.* 254
La senda del cielo es adecuada a su capacidad.-
Vi que Jesús conoce nuestras flaquezas, y ha experimentado lo mismo que nosotros en todo, menos en el pecado. Por lo tanto, nos ha preparado una senda adecuada a nuestra fuerza y capacidad, y como Jacob, ha andado suavemente y con serenidad con los niños según lo que ellos pudieran soportar, a fin de sostenernos por el consuelo de su compañía y servirnos de guía perpetuamente. El no desprecia, descuida ni deja atrás a los niños del rebaño. El no nos ha ordenado que avancemos y los dejemos. El no ha viajado tan apresuradamente como para dejarnos rezagados juntamente con nuestros hijos. ¡Oh, no; sino que ha emparejado la senda de la vida, aun para los niños! Y requiere que los padres, los conduzcan por el camino estrecho. Dios nos ha señalado una senda adecuada a la fuerza y capacidad de los niños.* 255
49. Auxiliadores de la Madre
Los niños son socios de la firma,-
Tanto los hijos como los padres tienen importantes deberes que cumplir en el hogar. Se les ha de enseñar a los primeros que también forman parte de la sociedad del hogar. Se les da de comer, se les viste, se les ama y se les cuida; y ellos a su vez, deben corresponder a todos estos favores compartiendo las responsabilidades domésticas y proporcionando toda la felicidad posible a su familia.*
Enseñe toda madre a sus hijos que son miembros de la sociedad formada por la familia y que en ella deben llevar su parte de las responsabilidades. Cada miembro de la familia debe desempeñar estas responsabilidades tan fielmente como llevan las suyas los miembros de la iglesia con respecto a ésta.
Haced saber a los niños que al cumplir pequeñas diligencias están ayudando a su padre y a su madre. Dadles algún trabajo que puedan hacer para vosotros y decidles que después de hacerlo dispondrán de tiempo para jugar .*
Los niños tienen mentes activas, y necesitan emplearlas para aliviar las cargas de la vida práctica. . . . Nunca debe dejárselas escoger su propia ocupación. Los padres mismos deben regir este asunto.*
Padres e hijos tienen obligaciones.-
Los padres tienen la obligación de alimentar, vestir y educar a sus hijos, y los niños tienen la obligación de servir a sus padres con fidelidad alegre y fervorosa. Cuando los hijos dejan de sentir su obligación de compartir el trabajo y las cargas con sus padres, ¿les 256 convendría que sus padres dejasen de sentir su obligación de proveer para ellos? Al cesar de cumplir su deber de ser útiles a sus padres y de aliviar sus cargas haciendo lo que es tal vez desagradable y trabajoso, los hijos pierden la oportunidad de obtener una educación muy valiosa que los haría idóneos para su utilidad futura.*
Dios quiere que a los hijos de todos los creyentes se les enseñe desde sus primeros años a compartir las cargas que sus padres deben llevar al cuidar de ellos. Les conceden alojamiento en la casa y el derecho y privilegio de sentarse a la mesa familiar. Dios requiere de los padres que alimenten y vistan a sus hijos. Pero las obligaciones de padres e hijos son mutuas. Por su parte, los hijos deben respetar y honrar a sus padres.*
Los padres no han de ser esclavos de sus hijos, ni ser quienes realicen todos los sacrificios mientras permiten que los niños se críen descuidados y despreocupados, satisfechos con que todas las cargas recaigan sobre sus padres.*
La bondad equivocada les enseña a ser indolentes.-
Desde muy temprano se debe enseñar a los niños a ser útiles, a ayudarse a si mismos y a ayudar a otros. En nuestra época, muchas hijas pueden, sin remordimiento de conciencia, ver a sus madres trabajar, cocinar, lavar o planchar, mientras ellas permanecen en la sala leyendo cuentos, o haciendo crochet o bordados. Sus corazones son tan insensibles como una piedra.
Pero, ¿dónde está el origen de este mal? ¿Quiénes son generalmente los más culpables? Los pobres y engañados padres. Ellos pasan por alto el bien futuro de sus hijas, y en su ternura equivocada las dejan en la ociosidad, o les permiten hacer cosas que tienen poca utilidad o no requieren ejercicio de la mente o de los músculos, y luego disculpan a sus hijas insolentes porque son débiles. Pero, ¿qué es lo que las ha debilitado? En muchos casos ha sido la conducta errónea de los padres. Una cantidad apropiada de ejercicio en la 257 casa mejoraría tanto su mente como su cuerpo. Pero, debido a ideas falsas, las niñas son privadas de dicho ejercicio, hasta que llegan a profesar aversión al trabajo.*
Si vuestros hijos no se han acostumbrado al trabajo, pronto se cansarán. Se quejarán de dolores en los costados y en los hombros, y de que tienen los miembros cansados; y vuestra simpatía os hará correr el riesgo de hacer el trabajo vosotros mismos más bien que verlos sufrir un poco. Sea muy ligera al principio la carga impuesta a los niños, y luego vaya aumentando un poco cada día, hasta que puedan hacer debida cantidad de trabajo sin cansarse.*
Peligros de la ociosidad.-
Se me ha mostrado que mucho pecado es resultado de la ociosidad. Las manos y las mentes activas no hallan tiempo para ceder a toda tentación que enemigo sugiere; pero las manos y los cerebros ociosos están totalmente preparados para ser dominados por Satanás. Cuando la mente no está debidamente ocupada, se espacia en cosas impropias. Los padres deben enseñar a sus hijos que la ociosidad es pecado.*
Nada hay que conduzca tan seguramente al mal como aliviar a los hijos de toda carga, para dejarles llevar una vi ociosa y sin objeto, no haciendo nada u ocupándose según les agrade. La mente de los niños es activa, y si no se ocupa con cosas buenas y útiles, se dedicará inevitablemente a lo malo. Aunque es correcto y necesario que tengan recreación, se les debe enseñar a trabajar, a tener horas regulares para el trabajo físico y también para leer y estudiar. Procúrese que tengan ocupación apropiada para sus años y que estén provistos libros útiles e interesantes.*
La ocupación útil es una salvaguardia.-
Una de las salvaguardias más seguras para los jóvenes es la ocupación útil. Si se les hubiese inculcado hábitos de laboriosidad, de manera que todas sus horas estuviesen empleadas en algo útil, no tendrían tiempo para lamentar su suerte o entregarse a 258 fantasías ociosas. Correrían poco peligro de adquirir hábitos viciosos ni de frecuentar malas compañías. Si los padres están tan ocupados en otras cosas que no pueden mantener a sus hijos ocupados en cosas útiles, Satanás los mantendrá atareados. *
Deben aprender a llevar cargas.-
Los padres deben reconocer que la lección más importante para sus hijos es aprender que deben cumplir su parte en cuanto a llevar las cargas del hogar.... Los padres deben enseñar a sus hijos a mirar la vida con sentido común, a darse cuenta de que deben ser útiles en el mundo. En el hogar, bajo la dirección de una madre sabia, niños y niñas deben recibir su primera instrucción en cuanto a llevar las cargas de la vida.*
La educación del niño para el bien o para el mal empieza durante sus primeros años.... A medida que se van criando los hijos mayores, deben ayudar a cuidar de los miembros menores de la familia. La madre no debe agobiarse haciendo trabajo que sus hijos pudieran y debieran hacer.*
Compartir las cargas da satisfacción.-
Padres, ayudad a vuestros hijos a hacer la voluntad de Dios cumpliendo fielmente los deberes que les tocan realmente como miembros de la familia. Esto les comunicará una experiencia muy valiosa. Les enseñará que no han de concentrar sus pensamientos en sí mismos para hacer lo que les plazca o divertirse. Educadlos pacientemente para que desempeñen su papel en el círculo familiar, para que tengan éxito en sus esfuerzos por compartir las cargas de sus padres y hermanos. Así tendrán la satisfacción de saber que son realmente útiles.*
Se puede enseñar a los niños a prestar servicio. Son por naturaleza activos y se inclinan a mantenerse atareados; esta actividad es susceptible de ser adiestrada y dirigida debidamente. Se puede enseñar a los niños, cuando están todavía en tierna edad, a llevar diariamente sus ligeras cargas, asignando a cada niño alguna tarea particular de cuyo 259 cumplimiento es responsable ante sus padres o tutores. Aprenderán así a llevar el yugo del deber mientras sean jóvenes; y la ejecución de sus tareas menudas llegará a ser un placer que les comunicará una felicidad que se obtiene únicamente al hacer el bien. Se acostumbrarán a trabajar y a llevar responsabilidades; la ocupación les agradará y percibirán que la vida les reserva quehaceres más importantes que el de divertirse. . . .
El trabajo es bueno para los niños; son más felices cuando están ocupados en algo útil durante gran parte del tiempo; encuentran placer más intenso en sus diversiones inocentes cuando han terminado con éxito sus tareas. El trabajo fortalece los músculos y el intelecto. Pueden las madres transformar a sus hijos en preciosos auxiliares menores; y mientras les enseñen a ser útiles pueden ellas mismas obtener conocimiento de la naturaleza humana, aprender a tratar con estos seres jóvenes y conservar ellas mismas calor y juventud en su corazón por su trato con los pequeñuelos. Y así como sus hijos dependen de ellas con confianza y amor, ellas también pueden mirar al amado Salvador para obtener ayuda y dirección. A medida que crecen en edad, los niños debidamente educados aprenden a amar el trabajo que alivia las cargas de sus seres queridos.*
Asegura el equilibrio mental.-
En el cumplimiento de las tareas que se les hayan asignado pueden fortalecer la memoria y obtener un equilibrio mental correcto, así como estabilidad de carácter y prontitud. El día, con su ciclo de deberes menudos, exige reflexión, cálculos y un plan de acción. A medida que los niños van creciendo, se les debe pedir algo más. No debe ser una labor agotadora, ni debe ser su trabajo tan prolongado que los canse y desanime; sino algo escogido juiciosamente con respecto al desarrollo físico más deseable y al debido cultivo de la mente y del carácter.*
Los vincula con los obreros del cielo.-
Si se les enseñara a los niños a considerar el humilde ciclo de deberes diarios como 260 la conducta que el Señor les ha trazado, como una escuela en la cual han de prepararse para prestar un servicio fiel y eficiente, ¡cuánto más agradable y honorable les parecería su trabajo! El cumplimiento de todo deber como para el Señor rodea de un encanto especial aun los menesteres más humildes, y vincula a los que trabajan en la tierra con los seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo.*
En el cielo se obra constantemente. Allí no hay ociosos. Dijo Cristo: "Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro." No podemos suponer que cuando llegue el triunfo final, y las mansiones estén preparadas para nosotros, la ociosidad será nuestra porción y que descansaremos felices, sin hacer nada.*
Fortalece los lazos familiares.-
En la educación que reciben los jóvenes en el hogar, el principio de la cooperación es valiosísimo.... Los mayores deberían ser los ayudantes de sus padres, y participar en sus planes, sus responsabilidades y preocupaciones. Dediquen los padres tiempo a la enseñanza de sus hijos, háganles ver que aprecian su ayuda, desean su confianza y se gozan en su compañía, y los niños no serán tardos en responder.
No sólo, se aliviará la carga de los padres y recibirán los niños una preparación práctica de inestimable valor, sino que se fortalecerán los lazos del hogar y se harán más profundos los cimientos del carácter.*
Contribuye a la excelencia mental, moral y espiritual.-
Tanto los niños como los jóvenes deben hallar placer en aliviar la carga de sus padres mostrando un interés abnegado por las cosas del hogar. Mientras llevan animosamente las cargas que les corresponden reciben una educación que los hará aptos para ocupar puestos de confianza y utilidad. Cada año han de hacer progresos constantes, dejando gradual pero seguramente a un lado la inexperiencia de la infancia a cambio de la experiencia de la madurez. En el desempeño fiel de los sencillos deberes del hogar, los muchachos y las 261 niñas ponen el cimiento de la excelencia mental, moral y espiritual.*
Da salud al cuerpo y paz al espíritu.-
La aprobación de Dios descansa con amante seguridad sobre los hijos que alegremente asumen su parte en los deberes de la vida doméstica, compartiendo las cargas de sus padres. En recompensa tendrán salud del cuerpo y paz mental, y disfrutarán del placer de ver a sus padres obtener su parte del placer social y recreación sana, lo cual prolongará su vida. Los niños educados en el cumplimiento de los deberes prácticos de la vida saldrán del hogar para ser miembros útiles de la sociedad con una educación muy superior a la que se obtiene por estar encerrados en el aula desde edad temprana, cuando ni la mente ni el cuerpo son bastante fuertes para soportar la tensión.* En algunos casos sería mejor que los hijos trabajasen menos en la escuela y recibiesen más preparación en el cumplimiento de los deberes domésticos. Sobre todo lo demás se les debiera enseñar a ser serviciales. Muchas cosas que se aprenden de los libros son mucho menos esenciales que las lecciones prácticas de laboriosidad y disciplina .*
Asegura sueño y descanso.-
Las madres deben llevar a sus hijas consigo a la cocina y educarlas pacientemente. Su constitución se beneficiará con este trabajo; sus músculos adquirirán tono y fortaleza, y sus meditaciones serán más sanas y elevadas al fin del día. Tal vez se cansen; pero ¡cuán dulce es el reposo después de trabajar como es debido! El sueño, dulce restaurador natural, vigoriza el cuerpo cansado y lo prepara para los deberes del día siguiente. No dejéis creer a vuestros hijos que no importa que trabajen o no. Enseñadles que se necesita su ayuda, que su tiempo es valioso, y que dependéis de su trabajo.*
Es un pecado dejar que los niños se críen en la ociosidad. Ejerciten sus miembros y músculos, aun cuando los canse. Si no se los recarga demasiado, ¿cómo puede el cansancio 262 perjudicarles más que a vosotros? Hay mucha diferencia entre el cansancio y el agotamiento. Los niños necesitan cambiar de ocupación más a menudo que los adultos y tener con más frecuencia intervalos de descanso; pero aun en edad temprana, pueden comenzar a aprender a trabajar, y serán felices al pensar que se están haciendo útiles. El sueño les será dulce después de un trabajo saludable, y quedarán refrigerados para el siguiente día de trabajo.*
No digáis: "Mis hijos me molestan."-
"¡Oh! -dicen algunas madres- mis hijos me molestan cuando procuran ayudarme." Así me pasaba a mí con los míos, pero ¿pensáis que se lo dejaba saber? Alabad a vuestros hijos. Enseñadles, renglón tras renglón, precepto sobre precepto. Esto es mejor que leer novelas, hacer visitas, o seguir las modas del mundo.*
Una visión del Modelo.-
Durante un tiempo la Majestad del cielo, el Rey de gloria, no era sino el Niño de Belén y sólo podía representar al bebé en los brazos de su madre. En su infancia sólo podía hacer el trabajo de un niño obediente mientras cumplía los deseos de sus padres y los deberes que correspondían a su capacidad de niño. Esto es todo lo que los niños pueden hacer, y debe educárselos para que puedan seguir el ejemplo de Cristo. El actuaba de una manera que beneficiaba a la familia en la cual se encontraba, porque estaba sujeto a sus padres y así realizaba obra misionera en la vida del hogar. Escrito está: "Y el niño crecía, y fortalecíase, y se henchía de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él." "Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres." *
Es el precioso privilegio de maestros y padres cooperar en lo que respecta a enseñar a los niños a absorber la alegría de la vida de Cristo mientras aprenden a seguir su ejemplo. Los primeros años del Salvador fueron años de utilidad. Ayudaba a su madre en el hogar; y estaba tan ciertamente cumpliendo su misión cuando ejecutaba los deberes de la casa y trabajaba 263 en el banco de carpintero como cuando se dedicaba a la obra pública de su ministerio.*
En su vida terrenal, Cristo fue un ejemplo para toda la familia humana, fue obediente y servicial en el hogar. Aprendió el oficio de carpintero, y trabajó con sus propias manos en el tallercito de Nazaret. . . . Mientras trabajaba en la infancia y la juventud, desarrolló su mente y su cuerpo. No empleó temerariamente sus facultades físicas, sino de una manera que lo mantuviese sano, y le permitiese hacer el mejor trabajo en todo sentido. *
50. El Honor Debido a los Padres
Lo que el niño debe a sus padres.-
Los hijos deben sentir que tienen una deuda con sus padres que los han vigilado durante su infancia, y cuidado en tiempos de enfermedad. Deben darse cuenta de que sus padres han sufrido mucha ansiedad por ellos. Los padres piadosos y concienzudos han sentido especialmente el más profundo interés en que sus hijos eligiesen el buen camino. ¡Cuánta tristeza sintieron en sus corazones al ver defectos en sus hijos! Si éstos, que causaron tanto dolor a esos corazones, pudiesen ver el efecto de su conducta, se arrepentirían ciertamente de ella. Si pudiesen ver las lágrimas de su madre, y oír sus oraciones a Dios en su favor, si pudiesen escuchar sus reprimidos y entrecortados suspiros, sus corazones se conmoverían, y prestamente confesarían sus pecados y pedirían perdón.*
Cuando los hijos lleguen a la edad adulta apreciarán al padre que trabajó fielmente y no les permitió que cultivasen sentimientos erróneos y cediesen a malos hábitos.*
Una orden vigente para todos.-
"Honra a tu padre y a tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da." Este es el primer mandamiento con promesa. Está en vigencia para los niños y los jóvenes, para los adultos y los ancianos. No hay época en la vida en que los hijos estén excusados de honrar a sus padres. Esta solemne obligación rige para cada hijo e hija y es una de las condiciones impuestas para que se prolongue su vida en la tierra que el Señor dará a los fieles. Este no es un asunto indigno de atención, 265 sino que es de vital importancia. La promesa se hace a condición de que se obedezca. Si obedecéis, viviréis mucho tiempo en la tierra que Jehová vuestro Dios os da. Si desobedecéis, vuestra vida no se prolongará en aquella tierra.*
Se debe a los padres mayor grado de amor y respeto que a ninguna otra persona. Dios mismo, que les impuso la responsabilidad de guiar las almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los primeros años de la vida, los padres estén en lugar de Dios respecto a sus hijos. El que desecha la legítima autoridad de sus padres, desecha la autoridad de Dios. El quinto mandamiento no sólo requiere que los hijos sean respetuosos, sumisos y obedientes a sus padres, sino que también los amen y sean tiernos con ellos, que alivien sus cuidados, que escuden su reputación, y que les ayuden y consuelen en su vejez.*
Dios no puede prosperar a los que obran en forma directamente contraria al deber que se especifica más claramente en su Palabra, el de los hijos para con sus padres. . . . Si desprecian y deshonran a sus padres terrenales no respetarán ni amarán a su Creador. * Cuando los hijos tienen padres incrédulos, cuyas órdenes contradigan lo que Cristo requiere, entonces, por doloroso que sea, deben obedecer a Dios y confiarle las consecuencias.*
Muchos violan el quinto mandamiento.-
En estos postreros días, los hijos se distinguen tanto por su desobediencia y falta de respeto, que Dios lo ha notado especialmente. Ello constituye una señal de que el fin se acerca y demuestra que Satanás ejerce un dominio casi completo sobre la mente de los jóvenes. Muchos no respetan ya las canas.*
Hay muchos niños que profesan conocer la verdad y no tributan a sus padres el honor y afecto que se les debe, que manifiestan poco amor hacia ellos y no los honran cediendo a sus deseos o tratando de evitarles ansiedad. Muchos de los que profesan ser cristianos no saben lo que es "honra a tu 266 padre y a tu madre," y en consecuencia poco sabrán lo que significa "porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da." *
En esta era de rebelión, los hijos no han recibido la debida instrucción y disciplina y tienen poca conciencia de sus obligaciones hacia sus padres. Sucede a menudo que cuanto más hacen sus padres por ellos, tanto más ingratos son, y menos los respetan. Los niños que han sido mimados y rodeados de cuidados, esperan siempre un trato tal; y si su expectativa no se cumple, se chasquean y desalientan. Esa misma disposición se verá en toda su vida. Serán incapaces, dependerán de la ayuda ajena, y esperarán que los demás los favorezcan y cedan a sus deseos. Y si encuentran oposición, aun en la edad adulta, se creen maltratados; y así recorren su senda por el mundo, acongojados, apenas capaces de llevar su propio peso, murmurando e irritándose a menudo porque todo no les sale a pedir de boca.*
En el cielo no caben los hijos ingratos.-
Vi que Satanás ha cegado los intelectos de los jóvenes para que no puedan, comprender las verdades de la Palabra de Dios. Tan embotada está su sensibilidad que no consideran las órdenes del santo apóstol: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra [nueva]." "Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor." Los hijos que deshonran y desobedecen a sus padres, y desprecian sus consejos e instrucciones, no pueden tener parte en la tierra renovada y purificada. Esta no será para el hijo o la hija que hayan sido rebeldes, desobedientes e ingratos. A menos que los tales aprendan a obedecer y someterse aquí, nunca lo aprenderán; la paz de los redimidos no será turbada por hijos desobedientes, revoltosos e insumisos. Nadie que viole los mandamientos puede heredar el reino de los cielos.* 267
Debe manifestarse amor.-
He visto hijos que no paren tener afecto que conceder a sus padres, ni les expresan amor y cariño que les deben y que ellos apreciarían, pero prodigan afecto y caricias a los escogidos a quienes manifiestan preferencia. ¿Es esto lo que Dios quiere? No, no. Introducid en el círculo del hogar cuantos rayos de sol, amor y afecto os quepan. Vuestros padres apreciarán estas pequeñas atenciones que podáis otorgarles. Vuestros esfuerzos por aligerar las cargas, y por reprimir toda palabra de irritación e ingratitud, demuestran que no sois hijos irreflexivos, y que apreciáis el cuidado y el amor que os dieron durante los años de vuestra infancia desamparada.*
Niños, es necesario que vuestras madres os amen. De lo contrario, seríais muy desgraciados. ¿No conviene asimismo que los hijos amen a sus padres, y revelen este amor por miradas y palabras agradables, así como por una cooperación alegre y cordial para ayudar al padre fuera de la casa y a la madre dentro de ella? *
Hecho como para el Señor Jesús.-
Si sois verdaderamente convertidos e hijos de Jesús, honraréis a vuestros padres. No sólo haréis lo que os digan, sino que buscaréis oportunidades de ayudarles. Al obrar así, trabajáis para Jesús. El considera todas estas acciones atentas y serviciales como si las hubieseis hecho para él. Esta es la clase más importante de obra misionera; y los que son fieles en estos pequeños deberes diarios adquieren una experiencia valiosa.* 268
51. Consejos para los Niños
Busquen temprano a Dios.-
Los niños y los jóvenes deben empezar temprano a buscar a Dios, porque los hábitos y las impresiones que se adquieren temprano ejercen con frecuencia una influencia poderosa sobre la vida y el carácter. Por lo tanto, los jóvenes que quieran ser como Samuel, Juan y especialmente como Cristo, deben ser fieles en las cosas menores, apartándose de los compañeros que se proponen obrar mal y consideran que su vida en el mundo debe consistir en placeres egoístas, Muchos de los deberes domésticos menudos se pasan por alto como cosas sin importancia; pero si se descuidan las pequeñeces, también se descuidarán los deberes mayores. Queréis llegar a ser hombres y mujeres sanos, dotados de un carácter puro, sólido y noble.
Comenzad a obrar así en casa; asumid los deberes pequeños y cumplidlos con esmero y exactitud. Cuando el Señor vea que sois fieles en lo poco, os confiará responsabilidades mayores. Tened cuidado acerca de cómo edificáis y de la clase de material que ponéis en la construcción. El carácter que modeláis ahora durará tanto como la eternidad.
Permitid a Jesús que tome posesión de vuestra mente, vuestro corazón y vuestros afectos; obrad como obró Cristo, ejecutando concienzudamente los deberes domésticos, los pequeños actos de abnegación así como las acciones bondadosas, aprovechando los momentos con diligencia, manteniéndoos en guardia cuidadosa contra los pecados menudos y conservando gratitud en vuestro corazón por las pequeñas 269 bendiciones, y mereceréis al fin un testimonio como el que se dio acerca de Juan y Samuel, y especialmente de Cristo: "Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres." *
"Dame ... tu corazón."-
El Señor dice al joven: "Dame, hijo mío, tu corazón." Al Salvador del mundo le agrada que los niños y jóvenes le entreguen su corazón. Quizá haya un gran ejército de niños que serán hallados fieles a Dios porque andan en la luz, así como Cristo está en la luz. Amarán al Señor Jesús, y se deleitarán en agradarle. No se impacientarán si fueren reprendidos, y alegrarán el corazón de sus padres con su bondad, su paciencia y su disposición a hacer todo lo que puedan para ayudar a llevar las cargas de la vida diaria. Serán fieles discípulos de nuestro Señor en toda su infancia y juventud.*
Debe hacerse una decisión individual.-
Velad, orad y obtened una experiencia personal en las cosas de Dios. Vuestros padres pueden enseñaros, pueden procurar guiar vuestros pies por sendas seguras; pero les resulta imposible cambiar vuestro corazón. Debéis entregarlo a Jesús y andar en la preciosa luz de la verdad que os ha dado. Asumid fielmente vuestros deberes en la vida familiar y por la gracia de Dios podréis crecer hasta alcanzar la estatura a la cual Cristo quiere que llegue un niño en él. El hecho de que vuestros padres observen el sábado y obedezcan a la verdad, no asegura vuestra salvación. Porque aun cuando Noé, Job y Daniel estuviesen en la tierra, "vivo yo, dice el Señor Jehová, no librarán hijo ni hija; ellos por su justicia librarán su vida."
En la infancia y la juventud podéis obtener experiencia en el servicio de Dios. Haced lo que sabéis es correcto. Obedeced a vuestros padres. Escuchad sus consejos; porque si aman y temen a Dios sienten la responsabilidad de educar, disciplinar y preparar vuestra alma para la vida inmortal. Recibid con agradecimiento la ayuda que quieren daros, y alegrad sus 270 corazones sometiéndoos de buen grado a los dictados de su juicio más sabio. Así honraréis a vuestros padres, glorificaréis a Dios y llegaréis a ser una bendición para aquellos con quienes tratéis.* Pelead la batalla, niños; recordad que cada victoria os coloca en un nivel superior al del enemigo.*
Deben orar para obtener ayuda.-
Los niños deben orar para obtener gracia con que resistir a las tentaciones que les vendrán, es decir las incitaciones a cumplir su propia voluntad y buscar su propio placer egoísta. Cuando pidan a Cristo que les ayude a prestar un servicio veraz, bondadoso, obediente, y a llevar las responsabilidades del círculo familiar, él oirá su sencilla oración.*
Jesús quiere que los niños y los jóvenes acudan a él con la misma confianza con que van a sus padres. Así como un niño pide pan a su madre o a su padre cuando tiene hambre, así quiere el Señor que le pidáis las cosas que necesitáis.... Jesús conoce las necesidades de sus hijos, y se deleita en escuchar sus oraciones. Los niños deben aislarse del mundo y de cuanto apartaría de Dios sus pensamientos. Considérense como estando a solas con Dios, cuyo ojo mira lo más íntimo del corazón y discierne el deseo del alma, y recuerden que pueden conversar con Dios....
Luego, niños, pedid a Dios que haga en vuestro favor lo que no podéis hacer vosotros mismos. Decídselo todo a Jesús. Abridle los secretos de vuestro corazón; pues su ojo escudriña lo más oculto del alma, y lee vuestros pensamientos como un libro abierto. Cuando le hayáis pedido las cosas necesarias para el bien de vuestra alma, creed que las recibís, y las tendréis.*
Cumplan con alegría sus deberes en la casa.-
Los niños y jóvenes deben ser misioneros en el hogar y hacer lo que necesita ser hecho por alguien.... Mediante el cumplimiento fiel de las cosas menudas que os parecen sin importancia, 271 podéis demostrar que tenéis un espíritu verdaderamente misionero. Vuestra disposición a ejecutar los deberes que se os presenten, a aliviar vuestra sobrecargada madre, probará que sois dignos de que se os confíen responsabilidades mayores. No consideráis que lavar los platos sea agradable; sin embargo no os gustaría veros privados de comer el alimento puesto en esos platos. ¿Os parece que para vuestra madre el hacer estas cosas es trabajo más agradable que para vosotros? ¿Estáis dispuestos a dejar que vuestra cansada madre realice una tarea desagradable mientras desempeñéis el papel de grandes señores? Hay pisos que barrer, hay alfombras que sacudir y habitaciones que poner en orden; y mientras descuidáis la ejecución de esos trabajos, ¿es consecuente de vuestra parte que deseéis responsabilidades mayores? ¿Habéis considerado cuántas veces vuestra madre tiene que atender a todos estos deberes domésticos mientras se os exime de ellos para que podáis asistir a la escuela o divertiros? *
Muchos hijos atienden a sus deberes domésticos como si fuesen tareas desagradables, y sus rostros indican claramente que así les resultan. Critican, murmuran, y nada hacen con buena voluntad. Esto no es obrar como Cristo; es manifestar el espíritu de Satanás, y si lo albergáis, seréis como él. Os sentiréis desgraciados vosotros mismos y haréis la vida miserable para cuantos os rodeen. No os quejéis acerca de cuánto tenéis que hacer y de cuán poco tiempo tenéis para divertiros; sed antes serviciales y cuidadosos. Al dedicar vuestro tiempo a algún trabajo útil, estaréis cerrando una puerta a las tentaciones de Satanás. Recordad que Jesús no vivió para agradarse a sí mismo, y que debéis ser como él. Haced de esto un asunto de principios religiosos, y pedid a Jesús que os ayude. Ejercitando vuestra mente en este sentido, os prepararéis para llevar cargas en la causa de Dios así como las llevasteis en el círculo del hogar. Ejerceréis buena influencia sobre los demás y los ganaréis para que sirvan a Cristo.* 272
Concedan descanso y variedad a sus madres.-
Para una madre amorosa es difícil instar a sus hijos a que le ayuden cuando ve que no ponen el corazón en su trabajo y fraguan toda clase de excusas para librarse de hacer una tarea desagradable. Niños y jóvenes, Cristo os mira. ¿Os verá descuidar el cometido que confió a vuestras manos? Si queréis ser útiles, tenéis la oportunidad de serlo. Vuestro primer deber consiste en ayudar a vuestra madre, que tanto ha hecho por vosotros.
Llevad sus cargas, dadle días agradables de descanso; porque ha tenido muy pocas vacaciones y variedad en su vida. Vosotros habéis procurado obtener como un derecho todo el placer y la diversión a vuestro alcance; pero ha llegado el momento en que os toca alegrar el hogar. Asumid vuestro deber; poneos a trabajar. Mediante vuestra devoción abnegada, dadle a ella descanso y placer.*
La recompensa divina para los que sean como Daniel.-
Se necesitan ahora hombres que, como Daniel, se atreverán a obrar. En el mundo de hoy se necesita tener un corazón puro y fuerte, y una mano intrépida. Dios quiso que el hombre mejorase constantemente y se elevase diariamente a un peldaño más alto en la escala de la excelencia. Nos ayudará si procuramos ayudarnos a nosotros mismos. Nuestra esperanza de felicidad en ambos mundos depende de que progresemos en uno de ellos....
Amados jóvenes, Dios os invita a hacer una obra que podéis hacer por su gracia. "Os ruego . . . que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto." Destacaos en la dignidad que Dios os ha dado como hombres y mujeres. Revelad en vuestros gustos, apetitos y hábitos una pureza que se compare con la manifestada por Daniel. Dios os dará en recompensa nervios serenos, un cerebro despejado, un juicio inalterado y percepciones agudas. Los jóvenes de hoy que tengan principios 273 firmes y resueltos serán bendecidos con salud del cuerpo, la mente y el alma.*
Empiecen a redimir lo pasado.-
La juventud está ahora decidiendo su destino eterno, y quiero suplicamos que consideréis el mandamiento al cual Dios agregó esta promesa: "Porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da." Niños, ¿deseáis la vida eterna? Entonces respetad y honrad a vuestros padres. No hiráis ni agraviéis su corazón; no les hagáis pasar noches de insomnio, por la ansiedad y angustia que les causen vuestros casos. Si habéis pecado al no tributarles amor y obediencia, empezad ahora a redimir lo pasado. No podéis asumir otra conducta; porque ésta significaría perder la vida eterna.*274
(El Hogar Cristiano de E. G. de White)
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