De Corazón a Corazón
“Una Ventana Abierta al Camino del Éxito Juvenil”
Tiempo Joven Lección 07/13
¡Hola! ¿Cómo te va? Te saludamos con nuestro habitual afecto y con nuestros mejores deseos. ¿Notaste que éste es el capítulo central de nuestro curso? Quedan seis temas hacia atrás, y otros seis por delante. Si los temas anteriores te resultaron de interés, éste y los seis próximos te serán más interesantes todavía.
El 20 de julio de 1969 ha pasado a la historia como el día que marcó el comienzo de una nueva era para la humanidad. Algunos lo llamaron “el día más grande de todos los tiempos”. Otros dijeron que a partir de entonces se iniciaba el camino de la mayor esperanza para el mundo. Ese día el hombre llegaba por primera vez a la Luna.
N. Armstrong y E. Aldrin, dos de los tres astronautas de la nave espacial Apolo XI, apoyaban su pie sobre la solitaria superficie lunar. ¡Una hazaña científica realmente admirable!
Pero cabe preguntarse: ¿Anda mejor nuestro mundo desde que se inició la era del espacio? Todos los viajes espaciales, tripulados o no, ¿han permitido que se concretara la esperanza o la expectativa de un mundo más agradable y tranquilo para vivir? Ese era el sueño que tenía la gente en aquel memorable día de 1969.
Veamos por un instante si el sueño se ha cumplido. A pesar de los muchos intentos por crear un clima de paz en la tierra, todavía hay guerras en diversos lugares. El mundo dedica más dinero a la fabricación y compra de armas de guerra que a la educación, o a combatir los vicios, o a dar de comer a los hambrientos. Al parecer, el sueño no se ha cristalizado.
Todavía hay miseria, hambre, injusticia, corrupción, ignorancia, vicios y destrucción en los cinco continentes.
Pero felizmente la expectativa y la esperanza no han muerto. Podemos alentar optimismo.
¿Quieres saber en qué podemos basar este optimismo?
No en la ciencia espacial ni en la electrónica moderna.
No en la fuerza de los gobiernos.
No en los tratados internacionales de paz.
No en los falsos anuncios de algún pretendido profeta.
Nuestro optimismo cristiano, de que el mundo cambiará para bien, se basa en la actuación directa de Dios.
¿Parece extraña la idea? Sin embargo, el Libro que siempre dice la verdad –La Biblia– afirma que “lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” (S. Lucas 18:27).
Cuesta imaginar que por la intervención personal del Altísimo terminará algún día lo malo de este mundo. ¡Pero así ha de ser! Por lo tanto, éste es un tiempo de fundada expectativa. Y luego tendremos el mundo perfecto prometido por Dios. ¡Qué hermoso tema! ¿Verdad?
1. EL SIGNIFICADO DE ESTE TIEMPO
Vivimos en días únicos, que no conocieron nuestros antepasados. Hablando sobre este tema, San Pablo dijo:
1 Esto ten en cuenta, que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos.
2 Habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, desleales, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, arrebatados, infatuados, amantes de los placeres más que de Dios,
5 tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. A éstos evita” (2Timoteo 3:1-5)
¿No te parece que todas estas tristes características abundan hoy en día, y que son las culpables de la maldad que existe en la tierra? Y todo este cuadro de descomposición crea disconformidad, inseguridad y temor. La gente exclama con honda preocupación:
“¡Qué tiempo difícil nos ha tocado vivir!” “¡A qué extremo de maldad hemos llegado!”
“¡Esto ya no tiene arreglo!”
Hablando acerca de este mismo tiempo nuestro, Jesús predijo que el mundo de hoy se parecería al mundo antediluviano de los días de Noé:
“Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos” (S. Lucas 17:27).
Para completar esta descripción, recordemos que en aquellos días “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. Y se añade: “La tierra estaba llena de violencia” (Génesis 6:5, 11, 13).
Además, Jesucristo amplió su predicción, diciendo que nuestros días se parecerían a los de la antigua Sodoma, donde la depravación era tanta que Dios debió intervenir con su juicio destructor (S. Lucas 17:28-29). Lee un poco los diarios. Escucha los informativos de la radio y la televisión. Observa qué pasa a tu alrededor. Y comprenderás que el mal está arruinando la paz y la felicidad de la gente.
Con toda razón podrías preguntarte:
“¿Qué deberían hacer los gobiernos para mejorar la condición del mundo?” Y la respuesta es: Por más que luchen todos los gobiernos juntos para darnos un mundo mejor, no lo lograrán. La maldad y la perversión se han metido tanto en todos los rincones de la tierra, que no hay forma de poder desarraigarlas por completo.
Entonces, ¿qué fin nos espera? ¿Nos destruiremos los unos a los otros? ¿Se desatará una guerra nuclear que acabará con todos los seres humanos? Algunos piensan que sí.
¿Qué piensas tú?
Nosotros pensamos que ocurrirá lo que dice la Santa Biblia: que Dios intervendrá para poner punto final a todos los males que nos afligen.
2. UN SUEÑO ASOMBROSO
El segundo capítulo del libro bíblico de Daniel (del siglo VI AC) cuenta que Nabucodonosor, rey de Babilonia, cierta mañana se levantó muy perturbado. Durante la noche había tenido un extraño sueño que, lejos de ser una pesadilla, era una visión dada por Dios. Con la ayuda del profeta Daniel, el rey llegó a recordar todos los detalles de esa visión. Nabucodonosor había visto una enorme estatua, cuya cabeza era de oro; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Y mientras contemplaba la imponencia de semejante estatua, de pronto cayó sobre ella una gran piedra que la desmenuzó desde los pies hasta la cabeza. “Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra” (Daniel 2:35).
Y aquí viene lo asombroso de la visión, que es su significado. El profeta Daniel continuó diciéndole a Nabucodonosor:
“La cabeza de oro de la estatua te representa a ti y a tu Imperio Babilónico.
El pecho y los brazos de plata simbolizan al imperio que vendrá después del tuyo.
El vientre y los muslos de bronce representan al siguiente reino mundial.
Las piernas de hierro aluden al siguiente reino, que será fuerte y que todo lo desmenuzará.
Y los pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido, representan al reino dividido, que en parte será fuerte como el hierro y en parte débil como el barro”.
Veamos a qué reinos se estaba refiriendo Daniel. Ya sabemos que el primer reino, simbolizado por la cabeza de oro, era Babilonia. ¿Cuál sería el segundo reino mundial? La historia nos dice que fue el Imperio Medo persa (representado por el pecho y los brazos de plata de la gran estatua). Después vino el Imperio Griego (representado por el vientre y los muslos de bronce). Luego vino el Imperio Romano, simbolizado por las piernas de hierro, y realmente fuerte como el hierro.
¿Notas cómo al fin la visión que tuvo Nabucodonosor fue una admirable profecía divina, destinada a mostrar el curso de la historia?
Pero el relato continúa. Los pies con los diez dedos de la estatua representan a las diez partes o reinos en que se dividió el poderoso Imperio Romano. Esos diez reinos dieron origen a los actuales países de Europa.
¡Y ahora atención! El profeta Daniel dijo que en los días de estos reinos, es decir, en nuestros días, “el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” (Daniel 2:44).
¿Significa esto que en nuestros días Dios establecerá su reino eterno, para poner fin a todos los reinos y naciones del mundo? ¡Sí, exactamente! Esa piedra que cayó y destruyó por completo la estatua de Nabucodonosor, y que luego se hizo “un gran monte”, simboliza la segunda venida de Cristo a la tierra, quien vendrá para establecer para siempre su reino de paz, justicia y amor. ¡Y esto ha de ocurrir en nuestros días!
¿Te das cuenta entonces cuán importante es el tiempo en que vivimos? Jesús prometió: “Vendré otra vez” (S. Juan 14:3). ¡Y ciertamente volverá, para darnos un lugar en su reino inmortal!
3. LO MÁS IMPORTANTE
Ahora comprendemos que todo está bajo el control de Dios. El es el Dueño de la historia.
La maldad que hoy abunda en la tierra (mencionada en la sección 1 de esta tema) nos entristece por un lado, pero por otro nos llena de gozosa esperanza. Porque esa maldad nos está anunciando que Cristo pronto volverá. Y cuanto mayor sea la maldad, más cerca estaremos de ese día de gloria.
Cuanto más negra esté la noche moral del mundo, más cerca estaremos del eterno amanecer de Dios.
¿CUÁNTO FALTA PARA QUE VENGA CRISTO?
Cierta vez los discípulos le preguntaron a Jesús:
“¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo [mundo]?” (S. Mateo 24:3). Y el Maestro se espació en una respuesta completa y orientadora. Dijo que inmediatamente antes de que El regresara al mundo habría engaños religiosos, guerras entre las naciones, pestes, hambres, terremotos, angustia en la gente, inmoralidad, crisis en los hogares, etc.
(San Mateo 24:4 7; San Lucas 17: 26 - 30).
Es decir, todo lo que ocurre en la actualidad. Y además añadió:
“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca... Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios”
(S. Lucas 21:28-31).
De este diálogo entre Jesús y sus discípulos se desprenden varios hechos:
1) La segunda venida de Cristo coincide con el fin del mundo actual. Los dos acontecimientos ocurren al mismo tiempo.
2) Hoy vivimos en el tiempo del fin, cuando están ocurriendo las señales que anuncian la venida del Redentor y el comienzo de su reino.
3) Al observar estas señales y convencernos de que “está cerca el reino de Dios”, debemos prepararnos espiritualmente para ese día.
El reloj de Dios es perfecto. No tiene atrasos ni adelantos. Cuando llegue la hora exacta de la venida de Cristo, El vendrá como lo prometió. Sus planes no cambiarán. Y ese reloj divino ya está por marcar el momento final.
EL MAYOR ESPECTÁCULO DE LA HISTORIA
¿Te has imaginado alguna vez cómo será la venida de Cristo?
Esta vez no vendrá como el Niño de Belén. Vendrá como el “Rey de reyes y Señor de señores”. Vendrá en las nubes del cielo, y todos lo verán (Apocalipsis 1:7).
Como el relámpago que enciende el cielo de un extremo a otro, así será la venida de Cristo (S. Mateo 24:27). Será un espectáculo nunca visto, porque el Señor vendrá “con poder y gran gloria” (S. Lucas 21:27).
Y esa gloria será tan grande, que los impíos no podrán soportarla, y dirán “a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono” (Apocalipsis 6:16).
4. EL BIEN TRIUNFA SOBRE EL MAL
Jesús regresará como el Juez supremo que juzgará a todos los seres humanos. “Pagará a cada uno conforme a sus obras” (S. Mateo 16:27; Romanos 2:6).
Y su juicio será justo y correcto. No se equivocará. El que lo haya aceptado como su Salvador personal y haya vivido en armonía con su voluntad divina, tendrá “una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1).
¿Y qué pasará con los impíos? Quedarán afuera, serán destruidos (2 Tesalonicenses 1:8-9).
San Pedro afirma que los cristianos “esperamos...cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 S. Pedro 3:13).
Ese es el mundo maravilloso que Cristo nos dará como recompensa por nuestro amor hacia El. Allí no habrá ninguna clase de injusticia ni injustos. Reinará la total armonía y la felicidad de un mundo perfecto. Allí nadie vivirá aburrido, insatisfecho o abrumado por algún problema, porque el mal en todas sus formas– habrá quedado atrás para siempre.
En el reino de Dios gozaremos de perpetua juventud. No se conocerán la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4).
¿Te imaginas un mundo sin hospitales y sin cementerios? ¡Qué grandioso! ¡Todos estaremos sanos por siempre, eternamente! Ni siquiera nos cansaremos, por más actividad que realicemos. Los niños jugarán sin peligro con toda clase de animales. Los jóvenes disfrutarán de los más variados esparcimientos, y ¡realmente gozarán de la vida! En verdad, allí todos seremos siempre jóvenes.
El gozo más profundo lo tendremos cuando conozcamos a Jesús cara a cara. Cuando podamos conversar con Él y ser sus eternos amigos. El otro gozo profundo que experimentaremos será reencontrarnos con nuestros seres queridos que la muerte había quitado de nuestro lado. San Pablo escribe: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4: 16-17).
Sí, gracias a la resurrección de los muertos que producirá Jesús, las familias se volverán a unir para no separarse jamás. “Gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido” (Isaías 35:10).
¡El bien habrá triunfado definitivamente sobre el mal!
5. “COMO LADRÓN EN LA NOCHE”
“El día del Señor vendrá como ladrón en la noche”, escribe San Pedro (2 S. Pedro 3:10).
Se llamaba Marta. Su novio había sido enviado por el gobierno de su país a trabajar en una tierra lejana. La separación fue una experiencia muy difícil para ambos. Aquella ausencia se prolongaría durante varios años. Pero una cosa animaba el corazón de Marta: la confianza de que su novio regresaría, y que al poco tiempo se casarían. Queriendo alistarse para el día del regreso, Marta comenzó a confeccionarse vestidos y a hacer otros preparativos para la boda. Tan ocupada estaba con tales trabajos, que sus amigas comenzaron a criticarla y a decirle que su novio tardaría mucho todavía, y que tal vez nunca regresaría. Pero Marta persistía en su espera. ¡Y por fin el día llegó! ¡Qué reencuentro tan feliz! Semanas después se realizaba la boda tan ansiada.
Jesús también se fue. Ascendió al cielo junto a su Padre. Pero de allí vendrá. Por momentos parecería que El se está demorando demasiado. Quizá algunos podrían criticarnos por conservar esta esperanza. Pero aunque parece que El se demora, igualmente vendrá. Así que es sabio de nuestra parte ocuparnos en la preparación espiritual para la llegada de ese gran día.
Si Jesús no vino todavía es porque El “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 S. Pedro 3:9).
Cristo nos da a todos la oportunidad de arrepentirnos y de aceptarlo como nuestro Salvador. Si vivimos con El y hacemos su voluntad, estaremos preparados para su venida. Y cuando lo veamos venir, diremos con alegría: “Este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Isaías 25:9).
PARA RECORDAR
Después de considerar este tema, sabemos:
1) que el tiempo actual está lleno de “señales".
2) que ningún gobierno podrá arreglar los males del mundo;
3) que el Creador tiene un plan efectivo para poner fin a la maldad humana.
4) que Jesucristo volverá a la tierra para darnos un mundo perfecto y vida eterna.
Ante semejante futuro de gloria y eternidad, no podemos menos que asegurarte que,
TODO TE SALDRÁ BIEN...
1) Si amas a Dios y procuras hacer su voluntad.
2) Si conservas viva en tu corazón la esperanza de la segunda venida de Cristo.
3) Si te preparas para ir con Cristo al cielo.
Entonces realizarás el viaje espacial más espectacular de todos los tiempos.
¡Vivirás feliz ahora y por la eternidad!
¡Porque es Tiempo de Expectativa”
Atesora este tema en tu corazón y compártelo con tus amigos. ¡Hasta nuestro Próximo Capitulo “TIEMPO DE RESPUESTAS”. Así se titula nuestro Próximo tema. Será un diálogo amistoso acerca de diversas inquietudes juveniles.
La voz.org MHP
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