martes, 14 de junio de 2011

03. Tiempo de Encuentro. TIEMPO JOVEN


De Corazón a Corazón
“Una Ventana Abierta al Camino del Éxito Juvenil”
Tiempo Joven Lección 03/13

¡Un saludo afectuoso y los mejores deseos para tu vida! Si los dos temas anteriores de nuestro curso te resultaron útiles y atrayentes, éste que tienes en tu mano te ofrece un material de especial valor espiritual. Juventud es sinónimo de descubrimiento, de encuentro, de sorpresas, de renovación. De esto trata este capítulo. Por eso creemos que te va a cautivar.

Teruo Nakamura protagonizó un hecho insólito. A la edad de 57 años, en diciembre de 1974 regresó a la civilización, después de haber permanecido totalmente aislado ¡durante treinta años! En una de las islas de Indonesia. Como combatiente taiwanés de la segunda guerra mundial, permaneció escondiéndose de todo contacto humano sin saber que la guerra había terminado treinta años antes. Pero llegó el momento cuando Nakamura hizo su gran descubrimiento. ¡Casi no podía creer que la guerra había terminado!

Después de tantos años de aislamiento, mal alimentado con lo que encontraba en la selva, y con su ropa hecha jirones, un día tuvo su primer encuentro con un ser humano y con el resto de la sociedad. ¿Podemos imaginar la sorpresa, la alegría y la paz que habrá sentido Nakamura cuando terminó esa vida de miserable fugitivo? Se le acabaron todos sus temores, se reunió de nuevo con sus seres queridos, volvió a comer correctamente y recibió buena ropa para vestir. ¡Fue un encuentro que lo hizo una nueva persona!  Eso sí, nunca se pudo perdonar a sí mismo ese larguísimo tiempo que pasó en inútil aislamiento.

¿No te parece que el extraño caso de Nakamura ilustra la experiencia de muchos jóvenes de nuestra época?
Viven como escondiéndose, con temor y cobardía, sin iniciativa para enfrentar la vida. Prefieren el camino fácil –dejarse estar–, que al fin lleva al fracaso. Esquivan el esfuerzo del estudio, el trabajo y la disciplina, y así viven aislados en la soledad de la frustración.

Pero llega el día cuando estos jóvenes salen de su “escondite”. Prueban, luchan y avanzan. Tienen un encuentro con lo bueno de la vida. Disfrutan de ese encuentro y se renuevan maravillo maravillosamente. Se los ve contentos, con aire de prosperidad. Esa es la experiencia que deseamos para ti:  UN ENCUENTRO DE PROGRESO Y FELICIDAD. Ahora bien, ¿has pensado en qué consiste el mejor de los encuentros? ¿Imaginas el efecto que podría tener sobre tu vida? Para contestar estas dos preguntas vayamos directamente a nuestro tema.




1. UN GRAN DESCUBRIMIENTO
Perdida en la inmensidad del Océano Pacífico, casi sobre la línea del Trópico de Capricornio, se encuentra la diminuta Isla Pitcairn. Ese ínfimo punto del mapa encierra una fascinante historia, de la cual quizá hayas oído hablar alguna vez. Allí llegaron en 1790 los amotinados de la fragata inglesa Bounty, quienes se habían sublevado contra el capitán. No mucho tiempo después, ese pequeño grupo de hombres y mujeres se entregó al vicio y la disolución. Y como resultado, el grupo se redujo a unos pocos sobrevivientes.

Cierto día, uno de ellos abrió su viejo baúl. Y allí encontró un olvidado ejemplar de la Biblia. Comenzó a leerlo con gran interés. Y a consecuencia de su lectura, él y sus compañeros de la isla cambiaron por completo su conducta. Hasta hoy, Pitcairn, la isla que una vez fue escenario de violencia y degradación, sigue siendo conocida en todo el mundo por la integridad y la rectitud de sus habitantes.

Otro tanto podría decirse de muchas otras islas del Pacífico, de diversas tribus salvajes y de poblaciones paganas, que han experimentado una espectacular transformación gracias a la influencia de la Biblia.

¡EL LIBRO!
“La Biblia me parece un río de luz fluyendo a través de mi oscuridad” ( Hellen Keller, ciega, sorda y muda).
¿Qué importancia puede tener la Biblia para la vida de un joven? Está entre sus mayores descubrimientos. Esa puede ser la clave de su éxito juvenil. El salmista le decía a Dios: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105).

Sí, las palabras de Dios contenidas en la Biblia ayudan a caminar por la buena senda. Es como si en medio de la noche oscura, a punto de extraviarse, el muchacho o la chica encontrara una luz poderosa para saber por dónde seguir avanzando.

Ese encuentro podría salvarle la vida. ¡Eso es exactamente lo que la Biblia puede hacer en tu favor! Bien puede decirse que la Biblia es el libro de la juventud. A los viejos los vuelve jóvenes de espíritu; y a los jóvenes les muestra cómo conservarse apartados del mal y cómo vivir con un corazón alegre. David le pregunta a Dios: ¿Con qué limpiará el joven su camino?” Y él mismo responde: “Con guardar tu palabra”(Salmos 119:9).

Cuando la palabra de Dios es puesta en práctica, realmente limpia y refina el corazón. Mejoran los sentimientos y los pensamientos, y surge una nueva vida interior. San Pedro amplía esta idea, cuando declara: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 S. Pedro 1:23).

¿Notas que aquí la palabra divina es comparada con una semilla?  Pero no una semilla cualquiera, sino una sana y vigorosa, que brota y da fruto. Es increíble cómo una semilla sana puede conservar su poder germinativo durante siglos. En 1969, en la ciudad de Lima se preparó y se sirvió un almuerzo para un grupo de invitados especiales. La comida era muy sencilla, mayormente maíz y zapallo que habían crecido de semillas encontradas en urnas funerarias, en algunos casos con una antigüedad de más de 2.400 años.

Esas viejísimas semillas habían sido plantadas, y habían producido el maíz y el zapallo servidos en ese almuerzo. Parece que San Pedro conocía muy bien esta asombrosa propiedad de las semillas. Y destaca que esa misma virtud tiene la “semilla” de la palabra de Dios. Cuando ésta es sembrada en el alma, da frutos maravillosos.




2.  UN LIBRO ÚNICO
La Biblia es realmente un libro único. Es el más antiguo de la humanidad, y a la vez el que más se vende y el que está traducido a más idiomas y dialectos. A lo largo de la historia se lo quiso destruir de diversas maneras, pero cada vez es más leído y respetado.

En 1776, el filósofo francés Voltaire anunció: “De aquí a cien años no habrá una sola Biblia en la tierra, excepto aquella que sea estudiada por un investigador de curiosidades antiguas”. Sin embargo, cien años después Voltaire había muerto, y ¡su propia casa era utilizada por la Sociedad Bíblica para imprimir y almacenar Biblias! Pero la Biblia no es apenas un solo Libro. Es un conjunto de 66 libros (algunos más extensos que otros), agrupados en dos “testamentos”:  El Antiguo y el Nuevo.
Todas sus palabras son verdad (S. Juan 17:17).

Durante mucho tiempo se dudó de ciertas declaraciones de la Biblia, se las criticó e incluso se las ridiculizó. A veces se afirmaba que tenía errores, o que ciertas porciones no eran tan antiguas como se había creído. Pero todas esas acusaciones carecían de fundamento. Los numerosos descubrimientos arqueológicos realizados a lo largo del tiempo prueban que la Biblia dice la verdad.

Los hechos que narra, los nombres propios y geográficos que desfilan en sus páginas, todo, absolutamente todo es información veraz y confiable. ¡Qué encuentro maravilloso podemos tener con este Libro único!

María, muchacha de 18 años de edad, tuvo un encuentro emocionante con las palabras de la Biblia. Ella era ciega, pero no por eso dejaría de leer por sí misma el Libro Sagrado. Así que un día, en el pequeño pueblo de Francia donde vivía con su madre y su hermano, comenzó a tomar clases de lectura del sistema braille. Pero muy pronto María se dio cuenta de que las yemas de sus dedos no tenían la suficiente sensibilidad para captar los puntos en relieve de dicho sistema. Ocurría que para ayudar a su familia, ella se dedicaba a fabricar trabajos de esterilla. Y eso le producía una marcada callosidad en sus dedos, que le impedía tener la necesaria sensibilidad. Sin embargo, un día todo cambió. María tenía en sus manos una porción de la Biblia en braille, y distraídamente se la acercó a sus labios. Entonces descubrió asombrada que sus labios sí tenían la sensibilidad que no tenían sus dedos. Lentamente fue recorriendo el papel con sus labios, y ¡alcanzó a leer palabra por palabra! Tras lo cual exclamó con emoción: “¡Qué hermoso es poder leer y besar al mismo tiempo la Palabra de Dios!” A partir de ese día la vida de María fue otra. Se la veía feliz y animada. ¡Cuán profundo es el efecto de un encuentro con la Palabra de Dios! ¿No te parece?

¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
Los 66 libros que la componen fueron escritos por unos 40 autores diferentes, desde Moisés (del siglo XV antes de Cristo) hasta San Juan, del siglo primero de nuestra era. ¡16 siglos para terminar de escribir toda la Biblia! ¿No te parece asombroso? ¡Una obra tan completa y perfecta no podía ser resultado de unos pocos años!

Entre sus autores figuran reyes, labradores, sacerdotes, pescadores, pastores de ovejas, doctores, estadistas. Algunos de ellos debieron escribir en desiertos; otros, en prisiones, palacios o cuevas, en momentos de éxito y de fracaso. ¿Y el estilo literario que utilizaron? Fue muy variado: prosa, poesía, leyes, decretos, sermones, parábolas, cartas personales, profecías, etc
.
Todos estos autores escribieron bajo la inspiración divina. “Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 S. Pedro 1:21). “Toda la escritura es inspirada por Dios” (2Timoteo 3:16).

Los autores bíblicos no escribieron, pues, lo que les pareció mejor o lo que otros les contaron. Escribieron según el Espíritu Santo les inspiraba. Los hombres fueron apenas sus instrumentos. Por eso, este libro está por encima de todo los demás libros. Nunca pasa de moda. Su verdad este eterna dijo Jesús: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (San Mateo 24:35)

EL TEMA CENTRAL DE LA BIBLIA
El tema que más se destaca en toda la sagrada Escritura es el amor de Dios. Todo en la biblia está impregnado de amor: la maravillosa creación que se narra en sus primeras páginas: la conducción de Dios en favor de sus hijos; el contenido de los Diez Mandamientos; la acción divina por salvar al pecador; la enseñanza elevadora de Cristo; la muerte voluntaria de Jesús; el paraíso restaurado. Todo el texto de la biblia parte del corazón amante de Dios. Sin amor no habría Biblia. Sólo Dios. Que “es amor” (1Juan 4:8).

Podría ser su legítimo autor. Sin embargo, más específicamente, el eje central de la Biblia no es un tema sino una persona. Directa o indirectamente, todas las páginas bíblicas alude a esa persona: Jesucristo. Si sacaras este eje central de la Biblia. Te quedarían sólo las tapas. Jesús le da sentido, vida y poder a su divina Palabra. Y todo aquel que la estudie tendrá un encuentro con El.

3 EL JOVEN MÁS MARAVILLOSO
Además de ser la persona central de toda la Biblia, Jesucristo es el joven más extraordinario de todos los tiempos. Fue y sigue siendo el mejor amigo de los jóvenes. Comparte su poder con el débil y el desanimado. Cuando te sientes solo, confundido o desganado, con sólo pedir su ayuda EL se acerca a tu lado, y te dice: “No temas. Cuenta conmigo”.

Tener un encuentro con Cristo es lo más grande que podría ocurrirle a un muchacho o a una chica. Cuando El estuvo en la tierra. Muchos se le acercaron y dialogaron con El. Y a partir de esa hora fueron personas diferentes. El deshonesto Zaqueo se volvió honrado; la pecadora María abandonó su vida libertina; el vengativo Juan se convirtió en el discípulo del amor; y aun el feroz criminal se arrepintió de su maldad junto a la cruz de Jesús.

Se cumplían así sus propias palabras. Cuando dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (San Juan 10:10). Realmente Cristo da vida plena y llena de gozo el corazón.

Napoleón Bonaparte se encontraba cierto día en su tienda de campaña, discutiendo con sus Mariscales la mejor manera de atacar al ejército enemigo. Cada uno de ellos dio su opinión. Finalmente, Napoleón ordenó que se hicieran dos o tres movimientos rápidos y audaces. Entonces uno de los mariscales comentó, alarmado, que esos movimientos podrían costar la vida de unos diez mil soldados franceses. “¡Y qué son diez mil soldados para la gloria de Napoleón Bonaparte!”

¡Cuán diferente fue el espíritu de Jesucristo! Mientras Napoleón pretendía que los soldados murieran por él, Jesucristo estuvo dispuesto a morir por todos. San Pablo lo dice de esta manera: “Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:7-8).

¿Y por qué murió? No porque fracasó, sino porque ofrendó voluntariamente su vida; a fin de que aceptándola como su mayor regalo, podamos tener vida eterna (S. Juan 3:16). ¿Podríamos pedir más de Él?


4. NOS OFRECE SU AMISTAD


Cuenta una parábola que cierto día Confucio vio a un hombre atrapado por la arena movediza, y comentó: “Esto es prueba de que los hombres deben evitar lugares como éste”. Poco después pasó por allí Buda y, al ver al pobre hombre, dijo: “Que ésta sea una lección para los demás”, y siguió tristemente su camino. Más tarde pasó Mahoma por el lugar. Y al ver que el hombre se seguía hundiendo más y más en la arena, dijo: “¡Ay! pobre hombre, es la voluntad de Alá”.

Y por fin pasó Jesús por allí. Y al ver que el hombre ya estaba por desaparecer, se inclinó todo lo que pudo y, extendiéndole la mano, le dijo: “Dame tu mano, hermano, que te sacaré de aquí”.

Esta parábola ilustra la extraordinaria disposición de Jesús de tendernos su mano para ofrecernos su ayuda y su amistad. El te la ofrece de mil maneras diferentes. Cuando estás desorientado, El te muestra el camino. Cuando te encuentras abatido, El levanta tu ánimo. En la hora de la tentación, El es tu fortaleza. Si estás solo o sola, El te brinda su compañía. Así como El cambió la vida de tanta otra gente, puede cambiar la tuya en la medida en que lo necesites. El te ama, y puedes confiar en su amor. Con San Pablo puedes decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

A cierta muchacha le pidieron una vez que anotara las razones para elegir, o bien para no elegir, a Cristo como su Amigo. Pensó y pensó. Finalmente, como sólo encontró razones para sí elegir a Cristo como su Amigo, se hizo cristiana de todo corazón. ¿Cuáles serían “tus” razones?


5. TODO TE SALDRÁ BIEN
La juventud es el tiempo de los encuentros. Se encuentran las amistades, la vocación, el compañero o compañera de la vida, el rumbo de la conducta, la alegría de vivir, etc. Pero además existen otros dos grandes encuentros –estudiados en este capítulo– que aseguran tu bienestar y modelan toda tu vida:
1) tu encuentro con el maravilloso Libro de Dios, y
2) tu encuentro con el Personaje central de este Libro.

TODO TE SALDRÁ BIEN...
1) Si recuerdas que la Biblia puede ser “lámpara a tus pies”.
2) Si pones en práctica lo que dicen sus páginas.
3) Si tienes un encuentro amistoso con Cristo.
4) Si conservas tu amistad con Él, y buscas su ayuda para todas tus necesidades.

PARA RECORDAR
Bien puede decirse que la Biblia es el libro de la juventud. A los viejos los vuelve jóvenes de espíritu; y a los jóvenes les muestra cómo conservarse apartados del mal y cómo vivir con un corazón alegre.

 ¡Porque es tiempo de encuentro!

Nuestro próximo tema se titula: “Tiempo de la Salud”


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