De Corazón a Corazón
“Una Ventana Abierta al Camino del Éxito Juvenil”
Tiempo Joven Lección 06/13
¿Cómo te encuentras? ¿Cómo te sientes para que hablemos acerca del amor? Antes de abordar el tema, recibe nuestro saludo de amistad y buenos deseos.
Suele decirse que los tres grandes momentos en la vida de una persona son su nacimiento, su casamiento y su muerte. Sobre el primero de ellos no se puede ejercer mayor control. Acerca del tercero, la muerte, algo podemos hacer: cuidarnos razonablemente, para que llegue lo más tarde posible. Pero sobre el segundo de estos momentos, el casamiento, el control está en nuestras manos.
¿De qué forma se puede tener “control” sobre el casamiento?
Eligiendo bien, y viviendo un buen noviazgo. Este es precisamente nuestro tema de hoy: cómo orientar el amor de la juventud hacia un matrimonio feliz. Queremos compartir contigo algunas reflexiones prácticas que puedan asegurarte, por vía del amor, la mayor felicidad por el resto de tu vida.
Según la información estadística, los casados viven más que los solteros. De manera que el matrimonio, bien establecido y desarrollado, ofrece felicidad y también prolongación de la vida. Así que éste es un tema que te interesa, y por este motivo lo hemos incluido en nuestro curso.
Frente a un paso tan decisivo como es el casamiento, la gran pregunta es: ¿Cómo elegir? ¿Cómo buscar? ¿Dónde encontrar?
Un muchacho decía: “Para casarme, debo encontrar a una chica que tenga cuatro condiciones: que sea buena, linda, rica y tonta”. Y cuando le preguntaron por qué debía ser tonta, el muchacho contestó: “Es muy fácil. Si no es buena, Iinda y rica, yo no me caso con ella; pero si no es tonta, ella no se casaría conmigo”.
En broma o en serio, este muchacho c o m e t í a e l error muy común de pensar sólo en lo que quería conseguir de su posible novia, y olvidaba lo que también debía ofrecer, es decir, lo que su novia podía pretender de él. ¿Para qué se casa la gente? Algunos, para tener un mejor pasar económico; otros, para combatir la soledad, para lograr el placer de la intimidad, o para tener hijos. Pero ¿son éstos los motivos más dignos y valederos?
Acaso el casamiento, ¿no está especialmente programado para amar y ser amado? Y sólo a partir de entonces se cumple la ley del verdadero amor: que asegura felicidad. Cuando se comparte lo mejor de la vida, y no sólo cuando se pretende recibir. ¿Coincidimos?
1. “¿CON QUIÉN ME CASARÉ?”
Cierto muchacho que deseaba casarse, se dirigió a una conocida agencia matrimonial que había lanzado el eslogan: “Usted tiene la iniciativa”.
Al llegar a la oficina, en seguida lo llevaron a una habitación que daba a dos puertas. Sobre una de ellas se leían estas palabras: “Mujeres jóvenes y hermosas”. Sobre la otra: “Mujeres de edad madura”. Por su puesto, el muchacho entró por la primera de las puertas. Y allí se encontró con una pequeña pieza que daba a otras dos puertas. Una, con la leyenda: “Buenas amas de casa”. La otra que decía: “Incapaces”,
Nuevamente, el muchacho eligió pasar por la primera de las puertas. Y allí se encontró con otras dos puertas. Esta vez, decían: “Suegros adinerados “, “Suegros humildes”. El muchacho empujo entonces la primera puerta, y entró en una pieza que tenía un gran espejo, sobre el cual se leían estas palabras: “Ya que tiene tantas pretensiones,
¿no le parece que debería darse una mirada en el espejo?
Nos sonreímos. Y con razón. Pero de esa manera la agencia matrimonial hacía pensar a sus clientes acerca de la correcta actitud para encontrar novio, o novia. ¡Cuán común es que un joven se concentre tanto en las cualidades de la chica que busca, que por fin se olvide él mismo de mirarse en el espejo! Por cierto, esto también suele pasarle a más de una chica. Se busca tanta virtud, belleza o perfección en el novio o novia, que la búsqueda siempre termina en fracaso.
¿No crees que el que es exigente con los demás debería serlo también consigo mismo? Sería injusto pretender más de lo que podemos ofrecer. Por eso, con la pregunta “¿Con quién me casaré?” Sería necesario preguntarse: “¿Cómo me estoy preparando yo para merecer una buena chica, o un buen muchacho?”. Pero así como existe el extremo de la excesiva pretensión, también puede existir el extremo opuesto, que consiste en dejarse llevar por el primer impulso del corazón y elegir sin criterio seguro. Por eso, ante la posibilidad de incurrir en cualquiera de estos dos extremos, cuán importante es saber observar y pedir consejo para hacer una elección acertada.
Hay por lo menos tres fuentes de consejo, que vale la pena consultar. Ellas son:
1) los padres y amigos adultos de confianza;
2) la Palabra de Dios;
3) Dios mismo, mediante la oración.
2. FELICIDAD O DESDICHA
Con frecuencia se dice que en la hora del casamiento se decide la suerte de los contrayentes. Y aunque esto es cierto en un sentido, es más cierto todavía que la felicidad o la desdicha del matrimonio se decide en el mismo acto de elegir al novio o la novia.
Cuando le declaras tu amor a una chica, y ella te acepta, en ese instante se decide el rumbo de las dos vidas para bien o para mal, para la dicha o la desgracia de ambos.
¿Comprendes entonces la trascendencia que tiene esa elección?
Elegir mal significa sufrir las consecuencias por el resto de la vida; o de lo contrario, interrumpir el noviazgo o el matrimonio, con sus penosas derivaciones. En cambio, elegir bien significa descubrir la felicidad, la armonía del amor y la certeza de la felicidad. Pero esto, que están fácil decirlo, es difícil lograrlo. La misma realidad nos dice que un elevado número de matrimonios no goza de verdadera armonía. ¿la razón ? casi siempre, un error en la elección Tras lo cual vino después un noviazgo defectuoso, una actitud apática, un matrimonio desavenido, y finalmente toda una familia triste y desunida.
¿Has pensado qué clase de hogar te agradaría formar el día de mañana?
Si estas por elegir, o ya has elegido a quien amas, asegúrate que tu noviazgo este bien encauzado, que ambos se lleven bien, y que juntos puedan planear la vida futura. Observa los errores de las familias que conoces, para evitarlos cuando te cases. Observa también las virtudes de otras familias, a fin de imitarlas cuando tengas tu propio hogar.
Al ver los muchos hogares desdichados de nuestros días, deseamos que Dios te ilumine para elegir bien, para que luego puedas tener la bendición de formar un hogar dichoso.
3 LO MÁS IMPORTANTE
Marcelo y Norma comentaban con satisfacción: “Ya tenemos todo para casarnos: el departamento, los muebles, la heladera, el lavarropas. El mes que viene formaremos nuestro hogar. Y los novios se casaron. Pero seis meses más tarde rompieron su matrimonio.
¿Qué les ocurrió? ¿No tenían acaso “todo” lo que necesitaban para ser felices?
Aparentemente sí. Tenían la casa bien puesta, pero se habían olvidado de construir el hogar. La parte material estaba muy bien, pero Marcelo y Norma no se entendían. No pudieron vivir en armonía. Y por fin se separaron.
El error de estos jóvenes se repite en muchísimos otros matrimonios. La felicidad conyugal no depende de la belleza o la comodidad de la casa, sino del amor y la comprensión que exista en el corazón. ¿No te parece? Por lo tanto, los novios inteligentes no sólo velan por lo material de su futura vida matrimonial. Especialmente se interesan por llevarse bien, amarse profundamente, y tener ideales comunes que los lleven a convivir en armonía.
No es lo que ponemos en la casa, sino lo que ponemos en el corazón, lo que decide qué clase de hogar tendremos. Por eso, así como los novios hablan de lo que comprarán para su futura casa, con mayor razón deberían hablar acerca de sus sentimientos y sus anhelos más íntimos. Deberían ayudarse mutuamente, para superar a tiempo sus defectos de carácter. Deberían ser espirituales, y darle a Dios el primer lugar en sus vidas.
El sabio Salomón aconseja:
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).
Los novios que confíen en Dios se verán libres de muchos problemas, y armonizarán más fácilmente sus vidas. Y si Cristo mora en sus corazones, el amor de ambos aumentará y se perfeccionará. Estarán así mejor preparados para retener su felicidad.
4. UN NOVIAZGO BIEN ORIENTADO
El noviazgo constituye una relación de amor. Por lo tanto, el trato entre los novios no debería ser eclipsado por ningún otro sentimiento, ni manejado por otro interés que no sea la belleza del amor. San Pablo declara que una persona podría tener muchas virtudes y poderes espirituales, y hasta llegar al extremo de morir como mártir. Pero si esa persona no tiene amor, de nada le sirve todo lo demás (1 Corintios 13:1-3).
Si el amor verdadero ocupa un lugar tan importante en la vida de los seres humanos en general, con mayor razón esto es cierto en la relación que mantienen un muchacho y una chica con fines matrimoniales.
Quítese el amor del noviazgo, y tan sólo quedará una amistad, una vinculación social o una atracción pasajera. Pero cuando el amor es sincero y profundo, no sólo mantiene unidos a los novios, sino que hasta es capaz de sanar la enfermedad cuando uno de ellos cae postrado.
Así lo ilustra la siguiente historia.
Cierto juez había tenido una pelea con su novia, poco después de lo cual enfermó de suma gravedad. Gracias al tratamiento médico que recibió, alcanzó a salir de la crisis, pero de todos modos al parecer estaba condenado a morir.
Una mañana, casualmente, la distanciada novia se encontró con el médico, a quien le preguntó:
– ¿Cómo está mi novio, doctor? –Por ahora ha superado la crisis, pero igualmente morirá.
–No comprendo –repuso la joven–, si ha salido de la crisis, ¿por qué ha de morir?
–Muere de un gran amor por usted –respondió el médico.
Al oír estas palabras, la muchacha le pidió al médico que la acompañara hasta una florería cercana. Allí compró un hermoso ramo de flores, en el cual colocó una tarjeta con estas palabras:
“Con todo mi amor”, y la firmó. Minutos más tarde el médico ponía las flores junto a la cama del enfermo, quien en ese momento estaba dormido. Al instante se despertó, y dijo con gesto amable: “Gracias por estas flores, doctor”. El médico entonces le explicó que no eran un obsequio suyo, y le pidió que leyera la tarjeta. Cuando el juez leyó: “Con todo mi amor”, en seguida cambió su semblante. ¡Su rostro pareció otro! Nueve días después él y su novia se casaban en la capilla del hospital.
Sí, el amor genuino tiene un extraordinario poder curativo. Pero además también comprende, perdona, respeta y ayuda. Así es como actúa el amor durante el noviazgo, y luego también en el matrimonio. Adicionalmente, con las virtudes que trae consigo, el amor actúa como una fuerza aniquiladora de malos sentimientos.
Por ejemplo, destruye los celos, la desconfianza, la inmadurez, la deslealtad, la impureza mental, el engaño y cualquier otro sentimiento que estropee la buena relación entre los novios. En resumen, el amor fomenta el desarrollo de un buen carácter y de un noviazgo armonioso.
“PRUEBA DE AMOR”
¿De qué manera se demuestra el amor durante el noviazgo?
A través de la amistad afectuosa, del gesto cariñoso, de la atracción mutua que crece, y de la afinidad que fusiona los dos corazones.
Sin embargo, no falta el novio que desea explorar en otra dirección. Le pide a su novia que le dé la máxima “prueba de amor”, consistente en la unión corporal. Y el argumento es que así podrán conocerse mejor y asegurar una mayor armonía matrimonial desde un mismo comienzo. De ser cierto el argumento, esta práctica tendría que producir matrimonios más estables, porque los contrayentes se “conocieron” previamente.
Pero ¿qué dicen las frías estadísticas acerca de los matrimonios que antes del casamiento practicaron esa “prueba de amor”?
Que tales matrimonios son los más inestables, con mayor índice de desavenencias y de separación. Eso sin contar que tal práctica provoca frecuentes casamientos de apuro, amargadas madres solteras, abortos traumatizantes, diversos tipos de enfermedades, hijos abandonados o, en el caso de la mujer, la penosa sensación de haber sido usada como un objeto sexual, mayormente para gratificación genital del varón.
Muchacha, un comentario para tu manejo personal.:
Si necesitas tener alguna razón para rechazar la propuesta de la “prueba de amor”, aquí te sugerimos cuatro. Podrías decirle a tu novio:
1) ¿Te gustaría que el novio de tu hermana le pidiera a ella esto mismo?
2) Con todo lo que nos conocemos y queremos, ¿te parece que necesitas esto para demostrarte que te quiero?
3) Si quieres que yo sea la madre de tus hijos, ¿cómo me propones una cosa así? ¿Qué dirías si el día de mañana el novio de nuestra hija le pidiera esto a ella?
4) Tú me pides una “prueba” de mi amor. Pues, yo te pido una “prueba” de respeto hacia mí. ¿Tú quieres usarme, o amarme?
Pero si el caso fuese inverso, y fuera tu novia la que te provoca sexualmente, ¿qué harías tú? ¿Demostrarle que eres hombre y aceptar la provocación de ella? ¿O justamente por ser “hombre” decirle que lo que tú quieres es una “mujer” para novia y esposa, y, no una liviana que podría serte infiel en cualquier momento?
San Pablo declara: “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba” (Romanos 14:22).
¡Cuán fácilmente un joven puede arruinar su vida por causa de lo que aprueba al actuar de manera irreflexiva! Que tú puedas aprobar y practicar en tu comportamiento lo que sea noble y constructivo. ¡Entonces serás bienaventurado(a)! Es decir, tendrás dicha y bienestar.
COMPATIBILIDAD
Una novia nos escribía tiempo atrás: “Casi cada semana tengo una pelea con mi novio, pero igual yo lo quiero, y sé que él cambiará. Me voy a casar con él”. Otra chica nos decía: “Mi novio es alcohólico, pero estoy segura de que cuando nos casemos él cambiará”.
¡Como condición para la armonía matrimonial, la afinidad debería existir antes del casamiento.!
¿Podrían entenderse dos novios que se pelean con frecuencia?
¿Cómo podrían vivir en armonía si no tienen afinidad ni compatibilidad de caracteres? Para evitar desavenencias y para asegurar la felicidad, primeramente deberá estar presente el amor, pero además una cuota elemental de afinidad que lleve a los novios a vivir unidos y en paz. ¿No te parece? La afinidad engendra la comprensión, acrecienta el amor y promueve la convivencia feliz.
Ya en sus días, el profeta Amós se había preguntado: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:3).
Eso es precisamente “compatibilidad” o “afinidad”: llevarse bien, estar de acuerdo. Y esto será posible sólo cuando entre los novios haya más coincidencias que divergencias, más madurez que caprichos, y más amor que egoísmo.
5. TODO TE SALDRÁ BIEN
El tiempo actual se caracteriza por los hogares tensionados y cargados de los más diversos problemas. Tales problemas producen infelicidad y ruina en multitud de familias.
¿Dónde yace casi siempre el comienzo o la causa de semejante cuadro?
En los noviazgos mal constituidos y mal desarrollados. Todavía tú estás a tiempo para enmendar cualquier error, o para elegir inteligentemente a la chica (o al muchacho) con quien puedas asegurar tu felicidad.
Tú puedes librarte de males futuros. Puedes labrar desde ahora tu felicidad en el amor, si tomas en cuenta el contenido de todo este capítulo. En otras palabras,
TODO TE SALDRÁ BIEN. . .
1) Si sabes elegir con cordura, y motivado por el amor.
2) Si eres digno de merecer a la buena chica (o muchacho) que buscas. No podrías exigir más de lo que eres capaz de ofrecer. Cultiva tu vida, antes de tener aspiraciones elevadas en materia de noviazgo.
3) Si pides consejo a tus padres, y especialmente a Dios. Dale un sentido espiritual a tu amor y a tu noviazgo. Esto te mantendrá unido a Dios, y te librará de muchos errores y problemas.
4) Si amas con respeto, madurez y limpieza al ser con quien deseas formar una familia feliz.
Que el Altísimo te ilumine, para que tus sueños acerca del amor se cristalicen plenamente en tu vida.
PARA RECORDAR
UN FAVOR A UN AMIGO Si quisieras hacerle un favor o un regalo de valor a alguno de tus amigos o amigas. Háblale de las bondades del curso. TIEMPO JOVEN
¡Porque es tiempo de Amor!
“TIEMPO DE EXPECTATIVA”. Tal es el título de nuestro Próximo tema. Prepárate para disfrutar de su contenido.
La voz.org MHP
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