Religión y salud.
La religión personal es de suprema importancia. Juan escribió a Gayo: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma" (3 Juan 2). La salud del cuerpo depende mayormente de la salud del alma; por lo tanto, si comemos o bebemos, o si hacemos cualquier otra cosa, hagámoslo todo para gloria de Dios. La religión personal se revela por la conducta, las palabras y las acciones. Produce crecimiento hasta que finalmente, la perfección reclama la alabanza del Señor: "Vosotros estáis completos en él" (Col. 2: 10).-Carta 117, 1901.
La religión pura produce serenidad, compostura y fortaleza.
La religión pura y sin mácula no es un sentimiento, sino la realización de obras de misericordia y amor. Esta religión es necesaria para la salud y la felicidad. Entra en el templo contaminado del alma y con un látigo, echa a los intrusos pecaminosos. Ocupando, el trono, consagra todo con su presencia, iluminando el corazón con los brillantes rayos del Sol de justicia. Abre las ventanas del alma hacia el cielo, permitiendo entrar la luz del sol del amor de Dios.
Con ella entran la serenidad y la compostura. Aumentan el poder físico, mental y moral, porque la atmósfera del cielo, como un agente viviente y activo, llena el alma. Cristo es formado en lo íntimo, la esperanza de gloria. -RH, 15 de oct. de 1901; MB 42.
Dios es la fuente de vida y gozo.
Dios es la fuente de vida, luz y gozo para el universo. Como los rayos de la luz del sol, como las corrientes de agua que brotan de un manantial vivo, las bendiciones descienden de El a todas sus criaturas. Y dondequiera que la vida de Dios esté en el corazón de los hombres, inundará a otros de amor y bendición. -CC 76 (1892).
Todos reciben la vida de Dios.
Todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán grandes sean sus aptitudes, reciben nuevamente la vida de la Fuente de toda vida. El es el origen, la fuente de vida. Sólo Aquel que es el único que tiene inmortalidad, que mora en luz y vida, podía decir: "Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar". -Ms 131, 1897; 5CBA 1088.
Satanás usa la influencia de la mente sobre la mente.
Expulsado del cielo, Satanás estableció su reino en este mundo, y desde entonces ha estado esforzándose incansablemente para seducir a los seres humanos y apartarlos de su lealtad a Dios. Usa el mismo poder que usó en el cielo: la influencia de la mente sobre la mente. Los hombres llegan a ser tentadores de sus semejantes. Se acarician los fuertes y corrompidos sentimientos de Satanás, los que ejercen un poder persuasivo y poderoso. Bajo la influencia de estos sentimientos, los hombres se unen en confederaciones, en gremios, y en sociedades secretas. Hay en operación en el mundo agencias que Dios no tolerará por mucho más tiempo. -Carta 114, 1903.
Es el estudiado propósito de Satanás emplear poderes para fines egoístas.
Satanás tiende redes y trampas, como las trampas del cazador, todas preparadas para atrapar a las almas. Es su estudiado propósito que los hombres utilicen las facultades que Dios les ha dado para fines egoístas antes que emplearlas para glorificar a Dios. Dios quiere que los hombres se ocupen en una obra que les proporcionará paz y gozo y les producirá un provecho eterno. Pero Satanás desea que concentremos nuestros esfuerzos en aquello que no aprovecha nada, en las cosas que perecen con el uso. -RH, 1º de sept. 1910; NEV 202.
La transgresión no trajo un nuevo orden de energía y pasiones.
No hemos de suponer que, desde la transgresión de Adán, Dios haya dado a los seres humanos un nuevo orden de energía y pasiones, porque entonces parecería como que Dios hubiera intervenido para implantar en la raza humana propensiones pecaminosas. Cristo comenzó su obra de conversión tan pronto el hombre transgredió, para que por medio de la obediencia a la ley de Dios y la fe en Cristo pudiera recuperar la perdida imagen de Dios. -Ms 60, 1905.
Cada uno debe elegir uno de los dos estandartes.
Este es el gran dilema. Aquí están los dos grandes poderes que se enfrentan, el Príncipe de Dios, Jesucristo, y el príncipe de las tinieblas, Satanás. Aquí llega el conflicto directo. Hay sólo dos clases en el mundo, y cada ser humano se alistará bajo uno de los dos estandartes, la bandera del príncipe de las tinieblas o la de Jesucristo. -Carta 38, 1894.
El pecado afecta el ser entero.
El pecado afecta al ser entero; también lo hace la gracia. -Carta 8, 1891.
Es el corazón descarriado el que ha arrastrado las facultades del alma. Todo aquel que quiera aprender la ciencia de la salvación debe ser estudiante sumiso en la escuela de Cristo, para que el templo del alma pueda ser el lugar de la morada del Altísimo. Si queremos aprender de Cristo, el alma debe vaciarse de todas sus orgullosas posesiones, para que Cristo pueda impresionar su imagen en el alma. -NEV 107 (1898).
La cruz da el nivel correcto a la mente humana.
¿Qué es lo que da el nivel apropiado a la mente humana? Es la cruz del Calvario. Contemplando a Jesús, que es el Autor y Consumador de nuestra fe, desaparece todo deseo de glorificación propia, se origina un espíritu de humillación y de humildad de la mente. Cuando contemplamos la cruz, podemos ver la admirable provisión que ha proporcionado a cada creyente. Dios en Cristo. . . si se lo ve correctamente, nivelará la exaltación y el orgullo humano. No habrá exaltación propia sino que habrá una verdadera humildad. -NEV 116
El hombre está completo en Cristo.
Cristo hace que sus discípulos lleguen a una unión viviente con él y con el Padre. El hombre es hecho completo en Cristo Jesús mediante la obra del Espíritu Santo en la mente humana. La unidad con Cristo establece un vínculo de unidad mutua. Esa unidad es la prueba más convincente ante el mundo de la majestad y virtud de Cristo y de su poder para eliminar los pecados. -Ms 111, 1903; 5CBA 1122.
Sólo Dios puede elevar el valor moral del hombre.
El valor del hombre, como Dios lo estima, depende de su unión con Cristo, porque Dios es el único que puede elevar al hombre en la escala de la dignidad moral mediante la justicia de Cristo. El honor y la grandeza mundanos tienen el valor que el Creador del hombre coloca sobre ellos. Su sabiduría es necedad y su fortaleza es debilidad. -NEV 151 (1873).
El egoísmo y su fruto.
El egoísmo es la esencia de la depravación, y debido a que los seres humanos han cedido a su poder, hoy se ve en el mundo lo opuesto a la obediencia a Dios. Las naciones, las familias y los individuos están deseosos de convertirse ellos mismos en la figura central. El hombre desea gobernar sobre su prójimo. Al separarse, en su engreimiento, de Dios y de sus semejantes sigue sus inclinaciones desenfrenadas. Actúa como si el bien de los demás dependiera de la sujeción de éstos a su supremacía. -RH, 25 de junio de 1908; CMC 27.
Se puede ganar la victoria.
Por medio del cultivo de los principios de justicia el hombre puede ganar la victoria sobre la predisposición al pecado. Si obedece la ley de Dios, sus sentidos no estarán distorsionados y deformados; sus facultades ya no serán pervertidas y desperdiciadas al ejercitarse en objetos que pueden alejarlo de Dios. Por medio de la gracia otorgada por el Cielo, las palabras, los pensamientos y las energías pueden ser purificados; se puede formar un carácter nuevo, y se puede vencer la degradación del pecado. -Ms 60, 1905.
La mente vacilante es el comienzo de la tentación.
El comienzo del acto de ceder a la tentación está en el pecado de permitir que la mente vacile, en ser inconsecuente en vuestra confianza en Dios. El perverso siempre anda buscando la oportunidad de desfigurar a Dios, y de atraer la mente a lo que es prohibido. Si logra conseguirlo, fijará la mente sobre las cosas de este mundo, se esforzará por excitar las emociones, por despertar las pasiones, por fijar los afectos en aquello que no es para el bien; pero vosotros podéis someter toda emoción y pasión a control, en serena sujeción a la razón y la conciencia. Entonces Satanás pierde su poder de controlar la mente. La obra a que Cristo nos llama, es la obra de vencer progresivamente los males espirituales de nuestro carácter. Las tendencias naturales deben ser vencidas. . . Los apetitos y las pasiones deben ser subyugados, y la voluntad debe ser puesta enteramente al lado de Cristo. -RH, 14 de junio de 1892; NEV 89.
Ninguno necesita desesperar por tendencias heredadas.
Satanás está siempre alerto para engañar y desviar. El usa todo ensalmo para atraer a los hombres al ancho camino de la desobediencia. Trabaja para confundir los sentidos con sentimientos equivocados y para cambiar los hitos poniendo sus inscripciones falsas en los postes indicadores que Dios estableció para señalar el camino correcto. Por cuanto estas agencias del mal están luchando para eclipsar cada rayo de luz que viene al alma, los seres celestiales han sido asignados para realizar su ministerio, guiar, guardar y controlar a los que han de ser herederos de la salvación. Ninguno necesita desesperar por causa de las tendencias heredadas hacia el mal, pero cuando el Espíritu de Dios convence de pecado, el impío debe arrepentirse y confesar y abandonar el mal. Fieles centinelas están de guardia para dirigir las almas por senderos correctos. Ms 8, 1900; 6BC 1120.
Participantes del pecado por asociación.
El alma que ha sido desviada por malas influencias y ha llegado a ser participante del pecado por su asociación con otros, para hacer lo contrario a la mente y el carácter de Dios, no necesita desesperar. "Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos" (Heb. 7: 26). Cristo no es sólo sacerdote e intercesor por nuestros pecados, sino también la ofrenda. El se ofreció una vez para siempre.- Carta 11, 1897.
La obra de Satanás es de desanimar; la de Cristo, inspirar esperanza.
Quisiera decirles a aquellos que están tentados, ni por un solo momento reconozcáis las tentaciones de Satanás, como estando en armonía con vuestras mentes. Alejaos de ellas, como os alejaríais del adversario mismo. La obra de Satanás consiste en desanimar el alma. La obra de Cristo consiste en inspirar al corazón con fe y esperanza. Satanás procura destruir nuestra confianza. El nos dice que nuestras esperanzas están edificadas sobre falsas premisas, más bien que sobre la palabra inmutable de Aquel que no puede mentir. -Ms 31, 1911; NEV 87.
Un remedio para cada clase de tentación.
Para cada clase de tentación hay un remedio. No somos abandonados a nosotros mismos para pelear la batalla contra el yo, y contra la naturaleza pecaminosa, mediante nuestra propia fuerza finita. Jesús es un poderoso ayudador, un sostén que nunca falla. . . Nadie necesita fracasar o desanimarse, cuando se ha hecho una provisión tan amplia para nosotros. RH, 8 de abril de 1884; NEV 90.
La sangre de Cristo es el único remedio.
La ley de Jehová es sumamente amplia. Jesús. . . declaró llanamente a sus discípulos que la santa ley de Dios podía ser violada aun por los sentimientos, los pensamientos y los deseos, tanto como por las obras y las palabras. El corazón que ama a Dios sobre todas las cosas, de ninguna manera se sentirá inclinado a estrechar sus preceptos hasta concederles un derecho mínimo, pero, el alma obediente y leal alegremente le rendirá una plena obediencia espiritual cuando la ley sea vista en su poder espiritual. Entonces, los mandamientos se posesionarán del alma con toda su verdadera fuerza. El pecado aparecerá sumamente pecaminoso. . . Ya no habrá más justicia propia, estima propia, honor propio. La seguridad propia habrá desaparecido. El resultado será una profunda convicción de pecado y aversión hacia sí mismo, y entonces el alma, comprendiendo el peligro que corre, se aferrará de la sangre del Cordero de Dios como su único remedio. . .-NEV 142 (1888).
Afrontemos el desafío del tentador.
Satanás se acercará a usted diciéndole: Usted es un pecador. Pero no le permita llenarle la mente con el pensamiento de que, porque es un pecador, Dios lo ha abandonado. Dígale: Sí, soy un pecador, y por eso necesito un Salvador. Necesito remisión y perdón, y Cristo dice que si voy a El no moriré. En su carta para mí leo: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1: 9). Creeré la palabra que El me ha dejado. Obedeceré sus mandatos. Cuando Satanás le diga que Usted está perdido, contéstele: Sí, pero Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Cuanto más grande sea mi pecado, mayor es mi necesidad de un Salvador. -carta 98b, 1896.
Dirijamos nuestra atención de la confusión a la obra de Dios.
Dios exhorta a sus criaturas para que aparten su atención de la confusión y perplejidad que las rodean, y admiren su obra. Los cuerpos celestes merecen ser contemplados. Dios los ha hecho para el beneficio del , hombre, y mientras estudiamos sus obras, ángeles de Dios estarán a nuestro lado para iluminar nuestra mente y guardarla del engaño satánico. -Ms 96, 1899; 4CBA 1167.
Qué hace la religión.
La verdadera religión ennoblece la mente, refina el gusto, santifica el juicio, y, hace de su poseedor un participante de la pureza y la santidad del Cielo. Acerca a los ángeles y nos separa más y más del espíritu y la influencia del mundo. Se integra a todos los actos y relaciones de la vida y nos da "el espíritu de. . . dominio propio", y el resultado es la felicidad y la paz. -ST, 23 de oct. de 1884; CH 629, 630.
Aumenta las facultades intelectuales.
Al igual que en el caso de Daniel, en la exacta proporción en que se desarrolla el carácter espiritual, aumentan las facultades intelectuales. -RH, 22 de marzo de 1898; 4CBA 1189.
Mejora la salud física.
Permita que la mente llegue a estar bien fundada y póngase la voluntad del lado del Señor, y habrá una maravillosa mejoría en la salud física. -Medical Missionary, Nov. -dic., 1892; CH 505.
Hacer lo recto se la mejor medicina.
La conciencia de hacer el bien es la mejor medicina para los cuerpos y las mentes enfermos. La bendición especial de Dios que descansa sobre que la recibe es la salud y la fortaleza. El que tiene una mente tranquila y satisfecha en Dios está en el camino hacia la salud. Tener la conciencia de que el ojo del Señor está sobre nosotros y su oído abierto a oír nuestras oraciones es realmente una satisfacción. Saber que tenemos un amigo que nunca falla, en quien podemos confiar todos los secretos del alma es una felicidad que las palabras no pueden expresar. -ST, 23 de oct. de 1884; CH 628.
El amor de Jesús rodea el alma con una atmósfera fragante.
Las almas de aquellos que aman a Jesús estarán rodeadas de una atmósfera pura y fragante. Hay quienes ocultan el hambre de su alma. Estos serán grandemente ayudados por una palabra tierna o un recuerdo bondadoso. Los dones celestiales, derramados abundante y ricamente por Dios, a su vez deben ser derramados por nosotros sobre, todos los que se hallan en la esfera de nuestra influencia. Así revelamos un amor que es nacido del cielo, el cual aumentará a medida que lo usemos abundantemente para bendecir a otros. Así glorificamos a Dios. -NEV 233 (1899).
Resultados de un momento de irreflexión.
Una sola salvaguardia eliminada de la conciencia, la indulgencia en un solo hábito malo, un solo descuido de las altas exigencias del deber, puede ser el comienzo de un camino de engaño que lo hará pasar a las filas de los que sirven a Satanás, mientras usted está profesando todo el tiempo amar a Dios y a su causa. Un momento de irreflexión, un sólo paso mal dado, puede cambiar toda la corriente de su vida en la dirección equivocada. -5T 398 (1885).
Dios no hace milagros para impedir la cosecha.
El Señor nos envía advertencias, consejos y reproches, para que tengamos oportunidad de corregir nuestros errores antes de que se conviertan en una segunda naturaleza. Pero si rehusamos ser corregidos, Dios no interviene para contrarrestar las tendencias de nuestra propia conducta. El no obra un milagro para que no brote y produzca fruto la semilla sembrada. Aquél hombre que se muestra temerariamente infiel o que manifiesta una impasible indiferencia ante la verdad divina, no está más que recogiendo la cosecha que él mismo ha sembrado. Tal ha sido la experiencia de muchos. Escuchan con estoica indiferencia las verdades que una vez conmovieron sus almas. Sembraron descuido, indiferencia y resistencia a la verdad; y tal es la cosecha que ahora realizan. La frialdad del hielo, la dureza del hierro, la naturaleza impenetrable e inimpresionable de la roca, todo esto encuentra una equivalencia en el carácter de muchos cristianos profesos. Así fue como el Señor endureció el corazón de Faraón. Dios habló al rey egipcio por boca de Moisés, dándole las evidencias más notables del poder divino; pero el monarca tercamente rehusó la luz que lo hubiera conducido al arrepentimiento. Dios no envió un poder sobrenatural para endurecer el corazón del rey rebelde, pero, como Faraón resistió a la verdad, el Espíritu Santo se retiró, y quedó en las tinieblas y la incredulidad que había elegido.
Los hombres se separan de Dios al rehusar la influencia del Espíritu. El no tiene en reserva agentes más poderosos para iluminar sus mentes. Ninguna revelación de su voluntad puede alcanzarlos en su incredulidad. -RH, 20 de junio de 1882; NEV 162.
Moldear las circunstancias que nos rodean en vez de ser moldeados por ellas.
Hay males que el hombre puede aminorar pero nunca eliminar. Ha de vencer los obstáculos y moldear sus circunstancias en vez de ser moldeado por ellas. Tiene lugar para ejercitar sus talentos creando orden y armonía de la confusión. En esta obra puede tener la ayuda divina si la pide. No es abandonado para luchar con la tentación y las pruebas con sus propias fuerzas. Hay ayuda disponible en Uno que es poderoso. Jesús abandonó las cortes reales del cielo y sufrió y murió en un mundo degradado por el pecado para poder enseñar al hombre cómo pasar por las pruebas de la vida y vencer las tentaciones. Aquí hay un modelo para nosotros. -5T 312 (1885).
Dios desea que la mente se renueve.
La escoria de los principios y las prácticas dudosos, debe ser barrida. El Señor quiere que la mente se renueve, y que el corazón sea lleno de los tesoros de verdad. -NEV 108 (1901).
Tratar juiciosamente con las diferentes mentes.
Todos necesitamos estudiar el carácter y las maneras para poder saber cómo tratar juiciosamente con las diferentes mentes, para poder usar nuestras mejores capacidades en ayudarles a llegar a una comprensión correcta de la Palabra de Dios y a una verdadera vida cristiana. Deberíamos leer la Biblia con ellos y alejar sus mentes de las cosas temporales y llevarlos hacia los intereses eternos. Es el deber de los hijos de Dios ser misioneros para El, relacionarnos con los que necesitan ayuda. Si uno está vacilando bajo la tentación, su caso debiera ser tomado cuidadosamente y atendido sabiamente; pues sus, intereses eternos están en juego, y las palabras y los actos de quienes trabajan por él pueden ser un sabor de vida para vida o de muerte para muerte. 4T 69 (1876).
Principios inflexibles señalan a los discípulos de Jesús.
Una fidelidad inquebrantable a los principios ha de señalar la conducta de aquellos que se sientan a los pies de Jesús y aprenden de él. -RH, 20 de junio de 1882; NEV 162.
(Mente, Carácter y Personalidad 1 de E.G. de White)
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