Diversidad de disposiciones.
No todos tienen los mismos talentos ni la
misma disposición. Los obreros difieren en sus planes e ideas. Se necesitan
diversos dones combinados para el éxito de la obra. Recordemos que algunos
pueden desempeñar ciertas posiciones con más éxito que otros. El obrero que ha
recibido tacto y habilidad que lo capacitan para desempeñarse en un aspecto
especial de la obra, no debería culpar a los demás por no ser capaces de hacer
lo que él tal vez puede hacer fácilmente. ¿Acaso no hay otras cosas que sus
compañeros de trabajo pueden hacer con mucho más éxito que él? Ev 80 (1903).
Diferentes disposiciones, diferentes enfoques.
Toda asociación en la vida requiere el
ejercicio del dominio propio, hábitos y educación, que nuestra manera de ver
las cosas varía mucho. Juzgamos de modos distintos. Nuestra comprensión de la
verdad, nuestras ideas acerca del comportamiento en la vida, no son idénticas
en todos los aspectos. No hay dos personas cuyas experiencias sean iguales en
todo detalle. Las pruebas de uno no son las de otro. Los deberes que a uno le
parecen fáciles, son para otro en extremo difíciles y lo dejan perplejo. MC
384 (1905). 642
Diversidad de disposiciones en la familia.
Con frecuencia existen en la misma familia
notables diferencias de temperamento y carácter, pues está dentro de los planes
de Dios que se relacionen personas de temperamentos variados. Cuando esto
sucede, cada miembro del hogar debiera considerar como sagrados los
sentimientos y los derechos de los otros y debiera respetarlos. De esta manera
se cultivarán la consideración mutua y la tolerancia, se suavizarán los
prejuicios y se alisarán las asperezas del carácter. Si puede lograrse la armonía
y la combinación de los diversos temperamentos será para beneficio mutuo. CN
190 (1886).
Los padres transmiten su disposición.
Tanto los padres como las madres están
comprendidos en esta responsabilidad. Ambos padres transmiten a sus hijos sus
propias características, mentales y físicas, su temperamento y sus apetitos.
PP 604 (1890).
Disposiciones heredadas.
Dios quiere que nos ayudemos mutuamente
mediante la manifestación de simpatía y amor abnegado. Hay quienes han heredado
caracteres y disposiciones peculiares. Son difíciles de tratar, pero, ¿somos
perfectos nosotros? No se los debe desanimar. No debemos hacer de sus errores
una propiedad común. Cristo se compadece y ayuda a los que comenten errores de
juicio. Sufrió la muerte por cada hombre, y por eso mismo tiene un interés
personal y profundo por todo ser humano.
9T 222 (1909).
Hagamos que nuestra disposición sea dulce.
"Velad y orad", es una orden a
menudo repetida en las Escrituras. En la vida de los que obedezcan esta orden,
habrá una subcorriente de felicidad, que beneficiará a todos aquellos con
quienes traten. Los que tienen una disposición agria e irritable, se volverán
buenos y amables; los orgullosos se volverán mansos y humildes.
CM 279 (ed.
PP); 224 (ed. ACES) (1913). 643
La regularidad y el orden mejoran la
disposición.
Si los jóvenes forman hábitos de regularidad y
orden, mejorarán en salud, en energía, en memoria y en carácter. CN 104
(1897).
La disposición puede ser modificada.
Dada su misericordia, el Señor revela a los
hombres sus defectos ocultos. Él quiere que los seres humanos examinen con
espíritu crítico las complejas emociones y móviles de su propio corazón, y
disciernan lo que está mal, modifiquen su manera de ser y refinen sus modales.
Dios anhela que sus siervos conozcan su propio corazón. Para que éstos puedan
darse cuenta a ciencia cierta de su situación, el Señor permite que se vean
sometidos al fuego de la aflicción, y así se purifiquen.
MeM 94 (1894).
La disposición lúgubre socava la eficiencia
del maestro.
Más que nadie, el encargado de educar a los
jóvenes debe precaverse contra el ceder a una disposición sombría o lóbrega;
porque ella le impedirá simpatizar con sus alumnos, y sin simpatía no puede
beneficiarlos. No debemos oscurecer nuestra propia senda o la ajena con la
sombra de nuestras pruebas. Tenemos un Salvador a quien recurrir, en cuyo oído
compasivo podemos volcar toda queja. Podemos confiarle todos nuestros cuidados
y preocupaciones, y entonces nuestra labor no parecerá difícil ni severas
nuestras pruebas.
CM 221, 222 (ed. PP); 178 (ed. ACES) (1913).
Combinemos la simpatía con la integridad.
La religión de Jesús ablanda cuanto haya de
duro y brusco en el genio, y suaviza los modales toscos y violentos. Hace
amables las palabras y atrayente el porte. Aprendemos de Cristo a combinar la
pureza y la integridad con una disposición alegre. Un cristiano bondadoso y
cortés es el argumento más poderoso que se pueda presentar en favor del
cristianismo. OE 128 (1915). 644
La alimentación inadecuada malogra la
disposición.
Muchos echan a perder su ánimo o disposición
comiendo en forma impropia. Debemos ser tan cuidadosos para aprender las
lecciones de la reforma pro salud como lo somos para tener nuestros estudios
perfectamente preparados; porque los hábitos que adoptamos en este sentido
ayudan a formar nuestro carácter para la vida futura. Es posible que uno eche a
perder su experiencia espiritual por un mal uso del estómago. CRA 150 (1908).
El consumo de carne produce una disposición
irritable.
Dios no sustrajo la carne de la alimentación
de los hebreos en el desierto simplemente para mostrar su autoridad, sino para
su bien, para que pudieran preservar su fortaleza física y moral. Él sabía que
el uso del alimento animal fortalece las pasiones animales y debilita el
intelecto. Sabía que la satisfacción del apetito de los hebreos mediante la
carne debilitaría sus facultades morales, y los pondría en una disposición
irritable tal que la vasta multitud llegaría a ser insubordinada, perdería el
alto sentido de sus obligaciones morales y rehusaría ser legislada por las
sabias leyes de Jehová. Te 141, 142 (1876).
El azúcar y la disposición.
El azúcar no es bueno para el estómago. Causa
fermentación, y esto anubla la mente y trae mal humor. CRA 389 (1901).
Cómo suavizar una disposición perversa.
El progreso en la experiencia cristiana se
caracteriza por el incremento de la humildad, como resultado del aumento del
conocimiento. Quienes estén unidos con Cristo se apartarán de la iniquidad.
Les digo, en el temor de Dios, que se me ha
mostrado que muchos de ustedes perderán la vida eterna porque están edificando
sus esperanzas celestiales sobre un falso fundamento. Dios los está dejando
librados a ustedes mismos, "para humillarlos y probarlos, a fin de saber.
. . qué hay en 645 sus corazones".
Han descuidado las Escrituras. Desprecian y rechazan los Testimonios porque
éstos reprenden sus pecados acariciados y perturban su complacencia
propia.
Cuando se alberga a Cristo en el corazón, su
imagen se manifiesta en la vida. La humildad reinará donde antes predominaba el
orgullo. La sumisión, la mansedumbre y la paciencia suavizarán los rasgos
ásperos de una disposición naturalmente perversa e impetuosa. El amor a Jesús
se manifestará en el amor a su pueblo. No será vacilante ni espasmódico, sino
tranquilo, profundo y fuerte.
La vida del cristiano estará desprovista de
toda pretensión, libre de toda afectación, artificio y falsedad. Será
ferviente, verdadera, sublime. Cristo aparecerá en cada palabra. Se lo verá en
cada acto. La vida resplandecerá con la luz del Salvador que mora
interiormente. En comunión con Dios y en la feliz contemplación de las cosas
celestiales, el alma se preparará para el cielo y trabajará para atraer a otras
almas al redil de Cristo. Nuestro Salvador es capaz y está dispuesto a hacer
por nosotros más de lo que podemos pedir y aun pensar. 5T 49, 50 (1882).
Dios puede modelar la disposición.
No importa cómo sea su disposición, Dios es
capaz de modelarla para que sea dulce y semejante a la de Cristo. Al vivir por
la fe, usted puede separarse de todo lo que no esté de acuerdo con la voluntad
de Dios, para así introducir el cielo en su vida aquí abajo. ¿Lo hará? Si lo
hace, habrá luz en cada paso que dé. Ms 91, 1901.
Una bendición para los enfermos.
Dios usará la disposición agradable y el
carácter hermoso para bendecir a los enfermos. Las verdades de la Palabra de
Dios poseen un poder santificador y transformador. Si se las recibe en el
corazón y se las pone en práctica en la vida, serán un sabor de vida para vida.
Que los que están empleados en nuestras instituciones sean de tal naturaleza
que la luz de la verdad resplandezca en las palabras que pronuncian cada día y
en 646 sus acciones. Sólo a los tales puede aceptar Cristo como sus obreros.
Ms 69, 1909; (MM 173).
Armonía entre las distintas disposiciones.
La armonía y la unión existentes entre hombres
de diversas tendencias es el testimonio más poderoso que pueda darse de que
Dios envió a su Hijo al mundo para salvar a los pecadores. A nosotros nos toca dar este testimonio; pero
para hacerlo, debemos colocarnos bajo las órdenes de Cristo; nuestro carácter
debe armonizar con el suyo, nuestra voluntad debe rendirse a la suya. Entonces
trabajaremos juntos sin contrariarnos. 3JT 246 (1904).
Una disposición imbuida de gratitud y paz.
De todas las cosas buscadas, apreciadas o
cultivadas, no hay nada tan valioso a la vista de Dios como un corazón puro,
una disposición rebosante de agradecimiento y paz. 1JT 579 (1881).
La resurrección no cambiará la disposición.
Si queréis ser santos en el cielo, debéis ser
santos primero en la tierra. Los rasgos de carácter que cultivéis en la vida no
serán cambiados por la muerte ni por la resurrección. Saldréis de la tumba con
la misma disposición que manifestasteis en vuestro hogar y en la sociedad.
HAd
12 (1891). 647